Donald Trump siempre encuentra la manera para incrementar su ya millonario patrimonio. Él es el vivo ejemplo de la frase que hizo famosa Salvador Dalí: “Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí”, y bajo esa premisa, el precandidato republicano, que va de tribunal en tribunal en Estados Unidos, aprovechó esta semana para abrirse camino en el mundo del calzado con una línea de zapatillas con las que quiere sumar más dólares a sus cuentas, y hacerle competencia a las populares Air Jordan del histórico del baloncesto, Michael Jordan.
Y es que el magnate sacó espacio en medio de sus procesos judiciales y la campaña por la nominación republicana, para presentar las Never Surrender (Nunca te rindas, por su traducción al español), unas zapatillas doradas con detalles de la bandera estadounidense en el tobillo, suela roja y la letra T de su apellido. Un mensaje directo a lo que representa, según él, su situación actual: no rendirse ante “la cacería de brujas” que está haciéndole el gobierno de Joe Biden para evitar su llegada, de nuevo, a la Casa Blanca.
Las zapatillas, con un modelo muy similar a las Jordan, fueron presentadas por el mismo magnate en la pasada Sneaker Con en Filadelfia (Pensilvania), en medio del abucheo de sus detractores y la ovación de sus seguidores, todo un reflejo de la polarización estadounidense en el marco de la campaña por las presidenciales en noviembre.
Los tenis, que ya están a la venta con un precio de 399 dólares (aproximadamente 1.500.000 de pesos colombianos, al cambio de este martes) y cuyos primeros 1.000 pares ya están agotados, supone, además de una campaña de mercadeo para Trump, también una posible salida a futuros problemas financieros por el pago de millonarias multas impuestas por los tribunales en las últimas semanas.
Así las cosas, Trump no podrá solicitar préstamos a cualquier institución financiera registrada en el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York durante tres años, y mucho menos desempeñarse como funcionario o director de cualquier empresa u otra entidad en esa ciudad, en un plazo de tres años.
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Pero además de esto, el pasado 25 de enero, otro tribunal neoyorquino condenó a Trump a pagar 83,3 millones a la escritora E. Jean Carroll por daños y perjuicios por sus comentarios difamatorios tras el juicio por abuso sexual que también perdió el año pasado y en el que lo obligaron a pagarle otros 5 millones de dólares a Carroll.
La cifra fue muy superior a los 10 millones que reclamaba la escritora y periodista, y se desglosa en 65 millones de dólares por daños e interés, 11 millones por reparación por afectar su reputación y 7,3 millones de compensación financiera, según medios como New York Times y CNN.
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Según Forbes, la fortuna de Trump es de 2.600 millones de dólares, pero solo dispone de 426 millones en efectivo, por lo que hay dudas de que pueda pagar las multas. Sin embargo, medios estadounidenses advierten que no hay manera de que las zapatillas proporcionen un gran impulso financiero a Trump.
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Pero en lo político, sus Never Surrender, tienen otra lectura. Según NYT “son como una hoja de ruta hacia el sistema de valores y la estrategia electoral de Trump en forma sartorial”.
“Al igual que la tendencia de Trump de convertir cada comparecencia ante el tribunal en una forma de entretenimiento que puede usarse como operación de campaña, su esfuerzo por mercantilizar su riesgo legal es una jugada estratégica a largo plazo. Al reducir sus acusaciones a un eslogan sobre un bien de consumo, está reduciendo su gravedad”, sostiene el New York Times.
Y es que no es la primera vez que Trump convierte en entretenimiento sus comparecencias para luego hacerlas parte de su estrategia de campaña. El año pasado, cuando fue arrestado por el caso de sobornos a la actriz de películas para adultos, Stormy Daniels, su foto de reseña fue utilizada en toda clase de merchandising.
Su mirada ceñuda y de apariencia vengativa captada en una cárcel del estado de Georgia, se convirtió en imagen de camisetas, tazas, calcomanías y termos con la primera fotografía policial de un expresidente estadounidense.
El gurú del marketing Daniel Binns le dijo a la AFP el año pasado que esa foto podría ser una herramienta de marca “enormemente poderosa” para Trump, así como podrían llegar a ser sus tenis, que al igual que la popular foto utilizan en mismo slogan: Never Surrender, nunca te rindas. No en vano reconoce que “me convertí en presidente gracias a mi marca”.