Las autoridades chilenas están tras las pistas de los asesinos de Jhon Sebastián Grueso Vásquez. El joven colombiano de 24 años fue desmembrado y su cuerpo fue repartido en distintos puntos de la ciudad de Santiago.
“El cadáver está decapitado, sin cabeza, está con las piernas cercenadas también a la altura de las rodillas aproximadamente, con algún tipo de herramienta y mantiene sus manos atadas con una cuerda”, fue el reporte de Felipe Olivari, fiscal del caso.
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Hacia las 11:00 de la noche de este sábado 27 de mayo, las cámaras de seguridad captaron el momento en el que tres hombres abandonaron lo que parecía un costal en una de las esquinas para la disposición de basuras de Santiago.
Horas después –ya en la madrugada del domingo– un taxista se topó con el torso del colombiano. Lo dejaron en un paradero de buses en la intersección de los sectores Abate Molina con Alameda. Los demás restos de Grueso Vásquez fueron hallados después en un radio de tres kilómetros del primer hallazgo.
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“Es clave que este hecho no quede en la impunidad y que se siga y se profundice un trabajo para desbaratar a estas bandas, que lamentablemente se han ido tomando distintos espacios territoriales”, señaló la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler.
De la víctima se sabe que ingresó a Chile en 2017 con pasaporte de turista. Información recopilada por Radio Bío Bío indica que Grueso Vásquez había sido condenado en 2020 por cometer el delito de robo con violencia. En el presente cumplía su pena bajo la modalidad de “libertad vigilada”.
El teniente Bruno Hiche, del laboratorio de criminalística de los carabineros chilenos, señaló que de momento no hay capturas y que sus uniformados realizaron la inspección a una vivienda que les resultó sospechosa.
Las autoridades chilenas, además, buscarán establecer si este crimen tiene relación con la disputa que sostienen bandas criminales transnacionales en la capital chilena como Tren de Aragua (venezolanos), Los Espartanos (colombianos) o Los Pulpos (peruanos).
El Tren de Aragua protagonizó una estela de crímenes de manera similar en Bogotá el año pasado. Las víctimas eran descuartizadas y sus cuerpos eran abandonados en basureros, carros y en las calles de la capital colombiana. Los asesinatos respondían a una disputa por el control de rentas ilegales.