Luis Bolívar es el torero colombiano de mayor cartel en la actualidad. De eso no hay duda. Sin embargo, en el círculo taurino del país muchos han puesto alguna incógnita sobre su futuro. Pero Luis prefiere no pensar en eso. De momento, en su cabeza sólo deambula el reto de su regreso a Medellín. Porque asegura que es algo especial. Como lo viene siendo su temporada colombiana: "una temporada para despejar dudas".
Será el sexto paseíllo del ciclo colombiano. Y aunque ha triunfado y salido a hombros, como en Cali y Medellín, esta vez Bolívar no ha estado en la discusión de los trofeos.
No lo desvela. Su objetivo es otro. Demostrar que su toreo va en evolución. Lo que él llama "una nueva dimensión".
¿Qué conclusiones saca de su paso por Cali, Manizales y Bogotá, en un año que era bastante significativo para ti?
"Positivo porque pienso que he dado la dimensión por la que he venido trabajando y se ha notado delante del toro, tanto con el bueno como con el malo, y eso ha sido fundamental. La gente ha visto el cambio, la nueva sangre si se puede decir, y eso es lo que hace que este paso positivo".
Ha habido otras ferias más rotundas en cuanto a números, pero, ¿en qué lugar sitúa esta?
"Esta para mi era muy importante por todo, por las dudas que se han venido creando a principio de año, luego los problemas de cambio de apoderado, pues es normal que la gente tenga dudas. Y por eso en esta feria tenía que afinar muchas cosas, a ver si era verdad, entonces yo la situaría a esta feria como un nuevo punto de partida de mi carrera".
El primer toro de su temporada, en Cali, fue una declaración de intenciones...
"El traje de luces siempre es el reflejo del alma, y desde el mes de agosto hubo un cambio completamente en mí, en el torero, en la persona, en mi forma de vivir, de sentir. En España se notó y entonces aquí en Colombia era una reafirmación de todo y tenía que demostrar esa rotundidad".
Se le han visto momentos de arrebatos, en algunos remates de las suertes, ¿es un nuevo concepto de su tauromaquia?
"Uno como torero cree que tiene un techo, pero cuando me pasó todo aquello y me dediqué 200 por ciento al toro, me di cuenta que puedo pasar ese techo y encontrar nuevos límites, ahora los disfruto más, con el capote tengo otra soltura, voy cogiendo confianza y lo bueno es que se están depurando defectos y la gente lo nota".
Bogotá marcó la diferencia frente a la temporada anterior, pues fue regresar tras dos años ausente. ¿Qué sensaciones hubo de la tarde del domingo anterior?
"A mi siempre me ha encantado la Santamaría, esa afición, me he sentido como en casa . La del domingo fue una de mis faenas más redondas en esta plaza. Pude disfrutar del toreo, que siento que es mi vida, y con este toro por momentos he gozado como nunca. Fue una pena no haberlo rematado con la espada".
¿Y Medellín?
"He tenido suerte porque siento que el toreo que expreso le gusta a esa afición cuando se hace el toreo bien, con muchas ganas de estar allí. Quiero complementar una temporada colombiana rotunda, que genere la sensación la forma como Luis Bolívar ha madurado, como Bolívar se está afinando. Eso quiero que salga a final de temporada".
Hoy hará el paseíllo en mano a mano con Castella. ¿Es un reto, o una motivación diferente?
"Cuando nos vestimos de luces siempre hay competencia. Las tardes con Sebastián son al límite, porque es un torero que atraviesa todos los límites y uno no quiere quedarse atrás. Lo mismo pasa en los tentaderos. Nos gusta ir juntos porque hasta allí existe una gran competencia".
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
