El turismo en Colombia ha mostrado una dinámica de crecimiento importante, sobre todo a partir de la recuperación de la economía que se inició en 2003 y de la mejora en las condiciones de seguridad del país que se han traducido en un incremento continuado del número de turistas internacionales y en una fuente significativa de divisas.
Según Proexport, la llegada de viajeros extranjeros viene creciendo a un ritmo anual promedio cercano al 10 por ciento en los últimos 10 años, con la entrada de 1,69 millones de extranjeros en 2012, con un crecimiento del 7 por ciento frente al 2011. De esta cifra, el 61,3 por ciento declaró ingresar al país por asuntos de turismo y el 7,6 por ciento tuvo como motivo de viaje, la asistencia a eventos promovidos en las diferentes ciudades.
En materia de generación de divisas, con más de 3.200 millones de dólares en la balanza de pagos por concepto de viajes y transporte, hoy el turismo es la tercera fuente de divisas, después del petróleo y el carbón, superando las exportaciones de café, banano y flores. Pese a estos datos y al progreso del turismo en la actividad económica, la participación en el PIB de uno de sus renglones importantes como lo es el sector de servicios de hotelería y restaurantes, escasamente alcanza el 2 por ciento en los últimos 4 años.
La cifra es bastante modesta si se tiene en cuenta que en los países en desarrollo, en los que el sector turismo es una fuente central de ingresos, la importancia del sector en la economía supera el 10 por ciento del PIB. Así mismo, al considerar el gasto en turismo como porcentaje del PIB, mientras los países líderes en la región como Barbados, Jamaica, República Dominicana y Costa Rica presentan niveles superiores al 10,1 por ciento del PIB, en Colombia, este gasto solo ascendió al 1,9 por ciento en 2009.
Un alto potencial
Los anteriores datos lucen inconsistentes, si consideramos que a diferencia de estos países y de muchos otros que son referentes en materia turística, Colombia posee un enorme potencial en este campo representado en playas, patrimonio cultural, entorno ambiental, clima, diversidad regional, sólo para citar algunas de nuestras mayores riquezas.
Sin duda los problemas de seguridad y violencia, la débil infraestructura terrestre y de puertos, la escasa vocación turística en muchas regiones y la falta de certificación en normas de calidad en el sector hotelero, entre otros aspectos, se constituyen en obstáculos para impulsar una mayor competitividad del sector.
Pese a esto, la iniciativa gubernamental y el esfuerzo de los gremios del sector comienzan a posesionar al turismo como un sector estratégico de la economía del país, capaz de generar empleo, desarrollar infraestructura, servicios públicos, transporte, comunicaciones y mejorar los servicios financieros.
En este sentido, se destacan cambios importantes en aspectos que van desde una política pública para el desarrollo del sector, hasta cambios que tienen una influencia directa en la dinámica del sector derivado de avances tecnológicos asociados con el uso creciente de Internet, de cambios en la industria del transporte aéreo con el surgimiento de las aerolíneas de bajo costo y de una mayor presencia de la inversión extranjera para el sector.
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