De cero y en las calles, sin herramientas sofisticadas ni recursos para comprarlas, Forrest Heath se juntó con un grupo de amigos y personas que necesitaban darle una solución a un problema de conectividad y ahí nació Somos hace seis años, una compañía de tecnología que ofrece internet a sus usuarios de alta calidad.
Detrás de esta historia está Forrest Heath, un estadounidense que llegó a Medellín en son de paseo a sus 20 años, con una mochila a cuestas y con ganas de cambiar el mundo. Sin hablar bien español, se topó con un grupo de personas que estaban intentando armar un proyecto de conectividad en los barrios populares y como él es un apasionado de la tecnología y le gusta “cacharriar” con aparatos, comenzaron a explorar modelos y sistemas para llevar el internet a esas zonas donde el servicio “es horrible”.
La calle y los andenes de la comuna 13 fueron usados como taller para diseñar y armar las primeras redes de internet artesanal y lograron conectar las primeras 10 viviendas, a las que les ofrecieron un servicio ilimitado por $5.000.
El reto era el de armar una estructura que fuera autosostenible, con bajo costo y una tecnología tan eficiente que les permitiera atraer más clientes. Y les dio resultado: comenzaron a escalar en número de casas conectadas y literal, los primeros 200 aparatos que sirvieron para ese fin, los hizo Forrest con sus propias manos. De ahí en adelante fueron invirtiendo capital, que obtuvieron de una beca y desde entonces no han parado de crecer. “Fuimos comprando componentes artesanales, logramos ir conectando alrededor de 5.000 personas en las comunas 8 y 13”, recuerda Forrest.
Recursos de capital
El proyecto resultó tan atractivo que se postularon a la aceleradora de startup Y Combinator, que es la misma de Rappi y otros grandes, y lograron que fueran sus primeros inversionistas. “Ellos son muy selectivos con las inversiones, es un programa abierto y de 30.000 a 40.000 que aplican, solo seleccionan a unas 200 y nosotros fuimos uno de esos”.
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Con esos recursos siguieron trabajando en su modelo y en 2022 ya tenían 16.000 clientes, no solo de viviendas, sino también en edificios, en cualquier lugar de la ciudad. “Hoy estamos conectando cada mes a 2.000 nuevos clientes y en el segundo semestre vamos a comenzar a operar en Bogotá. Ya vamos con 1.000 usuarios”.
Forrest es un convencido de que Medellín tiene todas las potencialidades para convertirse en un distrito de tecnología, no solo por el talento humano, sino por su ubicación estratégica, la infraestructura de servicios y su competitividad. En Somos no se detienen en el desarrollo de sus modelos y hoy, dice él, van por la versión 15 de su sistema y acaban de lanzar al mercado un router muy especial, diseñado por Forrest. “En lugar de tener una caja llena de cables, nos inventamos una lámpara, que le da estética y luz al sitio de trabajo”.
La compañía ha logrado capitalizar más recursos internacionales para seguir desarrollando el servicio de internet con mejor calidad y eficiencia. Dice Forrest que obtuvieron aportes del fondo Kazah, que es el fundador de Mercado Libre. Desde que comenzaron han captado cerca de 20 millones de dólares para su startup.
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“Es un sistema diseñado por nosotros y luchamos cada día para superar nuestras complejidades. Yo no compito con los operadores de telecomunicaciones porque mi competencia es la complejidad misma de lo que hacemos. En los últimos seis meses diseñamos la red tres veces, rearmando la arquitectura, buscando bajar costos y mejorar la calidad. Nuestro objetivo es cómo podemos entregar un servicio más rápido y el resultado es que somos 15 veces más bajo en costo capital y ofrecemos una giga de velocidad”.
La inspiración
Forrest creció pegado al internet y allí aprendió todo lo que sabe, es un autodidacta de la tecnología. A los 14 años ya trabajaba en Estados Unidos construyendo páginas web.
“Para mí, el internet es de lo más mágico que hemos creado como humanos. El internet es una herramienta que amplifica nuestras capacidades para armar un mundo mejor, para mejorar la calidad de vida. Somos parte de eso”, dice Forrest al explicar por qué su compañía lleva un nombre tan simple, pero a la vez tan profundo para él. “Somos una compañía de tecnología antioqueña que exporta al mundo”.
Y esa visión de un extranjero, de un joven de 26 años, que ya se siente más paisa que la arepa, la proyecta a la ciudad que, repite, se ha convertido en un referente de la innovación.
“Medellín en particular está bien posicionada para ser un lugar como Corea del Sur, estamos participando muy activamente en la cadena de suministros, como lo hace hoy México, es una economía que está avanzando en tecnología, que se está convirtiendo en un jugador importante a nivel internacional, con todas las capacidades intelectuales. Lo que se requiere es más ambición para llegar muy lejos”.
Y Forrest sí que lo sabe, de un grupo de muchachos trabajando en la calle pasó a tener una compañía que le da empleo a 350 personas. Y va por más.
