En El oso hay gritos, angustias, momentos de muchísima intensidad. Pareciera que la chapa de comedia que acompaña a la serie desde su primera temporada no hace parte de su contenido, pero no es así.
Es una serie de comedia dramática, muy acorde a la vida misma y ahí está la clave de su éxito. El oso se mete en las profundidades del ser humano, sus miedos y traumas y serpentea en ello como una montaña rusa añadiéndole la diversión y alegría, algo que también existe en la vida. Una mezcla muy bien trabajada, con unos libretos magistrales, que le valió ser incluida en los Premios del American Film Institute en 2022 como una de las 10 mejores series del año en su primera temporada.
En la segunda también lo ganó todo: Golden Globe y Premios Emmy para la serie y sus actores. Y ahora estrenará una tercera entrega de 10 capítulos, a partir de hoy, en Disney+.
¿De qué trata?
El oso, en inglés The bear, es la historia de un chef que regresa a Chicago para intentar recuperar el local de barrio de su recién fallecido hermano: un puesto de sánduches. Ese chef se llama Carmen “Carmy” Berzatto –interpretado por Jeremy Allen White– “quien lucha por transformar la tienda de sánduches familiar, y transformarse a sí mismo, mientras trabaja junto a un equipo ‘poco sofisticado’ que a la larga resulta ser la familia elegida del joven cocinero”, dice la reseña.
En la serie también están Ayo Edebiri quien interpreta a la chef Sydney Adamu y Ebon Moss-Bachrach (uno de los próximos 4 fantásticos), quien le da vida al primo Richard “Richie” Jerimovich.
Esta nueva temporada la búsqueda del personal por la excelencia culinaria impulsará a Carmy a nuevos niveles “y tensará los vínculos que mantienen unido al restaurante. A medida que el equipo aumenta de tamaño, cada uno de sus integrantes se esforzará para alcanzar un nivel más elevado de servicio dentro de la función que cumple en el establecimiento”.
El oso retrata como en la industria gastronómica nunca se está en suelo firme, y ese panorama siempre cambiante trae aparejado nuevos desafíos y oportunidades. “Los chefs aprendieron que cada segundo cuenta, pero en esta temporada el público sabrá si tienen lo que hace falta para llegar al día siguiente”, añaden desde la producción.
Entre sartenes calientes, cuchillos afilados, alacenas con comida, delantales, cronómetros y mesones de cocina se mueve El oso, un relato lleno de sabor y de una constante metáfora entre la comida y la vida y las relaciones humanas.