La mágica jornada de regreso al golf de Tiger Woods dio paso el viernes a una auténtica batalla para mantenerse en competencia en el Masters de Augusta, donde Scottie Scheffler se hizo con un cómodo liderato en medio del feroz viento que azotó la segunda ronda.
Woods, de 46 años, bajó el viernes del décimo al 19º lugar con una tarjeta de 74 golpes (+2) pero exhibió su carácter para reponerse de un aciago inicio con cuatro bogeys en los primeros cinco hoyos.
El también estadounidense Scottie Scheffler, flamante nuevo número uno del ranquin PGA, lució su espectacular momento de forma para lograr la mejor actuación del viernes (67 golpes) y hacerse con el liderato con un acumulado de -8.
En busca de su primer trofeo de Grand Slam, Scheffler cuenta con una distancia de cinco golpes sobre sus más inmediatos perseguidores, igualando la mayor ventaja en la historia del torneo tras los primeros 36 hoyos.
Woods, que se presentó en Augusta dispuesto a pelear por su sexta chaqueta verde, se asomó peligrosamente al corte (proyectado en +4) pero logró cerrar en +1 y alcanzó el fin de semana en su primer torneo desde el brutal accidente automovilístico de febrero de 2021.
“Tengo una oportunidad de cara al fin de semana”, dijo el siempre competitivo Woods. “Espero tener uno de esos momentos en los que se enciende la bombilla y pueda conseguirlo (...). En los últimos nueve hoyos del domingo puede pasar cualquier cosa. Solo tengo que estar ahí”.
Tras 508 días fuera de competición, Tiger Woods asombró al mundo del deporte el jueves con una sensacional primera ronda de 71 golpes (-1), entre los escasos 17 jugadores (de 90) que bajaron el par del exigente Augusta National (Georgia).
Después del esfuerzo de recorrer los 6,8 kilómetros del ondulado campo, Woods se topó el viernes con unas condiciones completamente diferentes.
El radiante sol del jueves dio paso a un clima frío y un viento que desquiciaba a los jugadores, con rachas de hasta 40 km/h.
Jugando de nuevo al lado de Woods, el chileno Joaquín Niemann se mantuvo siempre en la parte alta de la tabla pero un doble bogey en el último hoyo le hizo caer hasta el décimo puesto con una tarjeta de 74 golpes (+2) y un acumulado de 143 (-1), siete por debajo de Scheffler.
Tiger comenzó a tener malas sensaciones desde su primer golpe, que envió directo a un búnker camino a cometer su primer bogey.
Con una sonrisa irónica, Woods se asombraba del efecto del viento en sus golpes y acto seguido no pudo evitar una cadena de tres bogeys consecutivos que lo descendían al puesto 40º con un balance de +3.
“Había mucho viento, se arremolinaba por todas partes”, señaló Woods. “Tuve un par de ráfagas malas e hice un par de malos swings. Era casi como, ‘¿qué más podría salir mal?”.
Tiger exhibió entonces su fortaleza mental para frenar la caída y acabar la primera mitad del recorrido con tres hoyos en par y su primer birdie en el octavo.
Entre el hoyo 10 y el 14, Woods pasó por una montaña rusa de tres birdies y dos bogeys y cerró con tres hoyos en par, con signos visibles de fatiga por el esfuerzo.
“No me siento tan bien como me gustaría”, reconoció después.