El ‘sueño americano’, un ideal por el que viven muchas personas que aspiran a mejorar su nivel de vida, es algo que se escucha mucho en América Latina, pero, ‘cumplir el sueño colombiano’, poco o nada se ve en el panorama internacional. Esa es la historia de Luisa Fernando Blanco Saavedra, la gimnasta que acaba de conseguir el cupo 27 para Colombia en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Es un logro trabajado a pulso, durante muchos años, entrenando con las mejores del mundo, siendo campeona universitaria y ahora ‘cumpliendo el sueño colombiano’, porque siempre quiso competir por el país de sus padres.
Luisa es hija del bogotano Nelson Blanco y de la boyacense Sandra Saavedra, y hermana del también bogotano Darío Blanco, Luisa nació en Los Ángeles, California, porque sus padres se radicaron hace 24 años a Estados Unidos para buscar el ‘sueño americano’.
En esa búsqueda de mejorar sus condiciones de vida, Nelson y Sandra completaron la familia y nació Luisa, quien nunca se sintió estadounidense, siempre fue la más colombiana porque, a pesar de estar en Los Ángeles, su lengua materna fue el español y un español muy colombiano, con costumbres y dichos bogotanos y boyacenses.
“Aunque nací en Estados Unidos, yo soy muy colombiana, a todo mundo le digo que soy colombiana”, reconoce Luisa abiertamente y con orgullo, sintiendo que se le hincha el corazón al hablar, porque “en mi casa nunca se habla inglés, en mi infancia siempre pusimos música los fines de semana para hacer aseo, para cocinar, para hacer de todo”.
Muchas tradiciones colombianas se las enseñaron de manera natural y “es lo más hermoso que tengo de mis memorias en mi niñez, como la Navidad en la noche el 24 de diciembre y más cosas que marcaron mi vida colombiana”, reitera la niña estadounidense que cada día alimentó la idea de buscar el ‘sueño colombiano’.
Su amor por la gimnasia
Cuando Luisa cumplió seis años, su familia decidió dejar Los Ángeles y mudar su sueño americano a Frisco, una población en el estado de Texas, con poco más de 100.000 habitantes y con una particularidad, es la sede de la escuela de gimnasia más importante del mundo, cuna de campeonas olímpicas.
La World Olympic Gymnastics Academy (WOGA), creada en 1994 fue fundada por la campeona olímpica Valeri Liukin y el campeón mundial de acrobacia deportiva, Yevgeny Marchenko, quienes con su equipo de entrenadores han llevado a sus gimnastas a ganar 36 medallas mundiales y olímpicas como Carly Patterson, Nastia Liukin, Madison Kocian y Skye Blakely.
A pocos metros de WOGA, llegaron a vivir en 2009 los Blanco Saavedra y en una época de invierno, cuando Luisa ya no podía salir a jugar fútbol y se la pasaba brincando por toda la casa, sus padres decidieron llevarla a WOGA, a donde llegó obligada, pero después del primer entrenamiento siempre quiso estar allá.
Su entrenamiento estuvo a cargo de Yevgeny Marchenko, quien de entrada detectó que debido a sus innatas habilidades, Luisa debía empezar en el Nivel 5, cuando tenía 8 años, y su primera competencia fue el 26 de septiembre del 2009 en “Pretty in Pink”.
A partir de allí, la colombiana ganó múltiples títulos estatales, regionales y nacionales en eventos individuales y All-Around.
Los éxitos de Luisa se vieron reflejados en sus medallas, pues a lo largo de los años, entre 2010 y 2017, conquistó medallas de todo tipo, que la llevaron a ser pretendida por varias de las mejores universidades de Estados Unidos, que contaban con el programa de gimnasia artística.
Cuando cumplió 17 años, debía pasar a la Universidad, quería hacerlo rápido, porque quería salir de la casa y buscar nuevas experiencias y seguir avanzando en la gimnasia, por eso se decidió por Alabama y uno de los equipos universitarios más fuerte del NCAA.
Cuatro años después de llegar a Alabama, ahora es profesional en ciencia Política y cursa una maestría en estudios de comunicación, pero también suma muchos títulos universitarios regionales y nacionales con el equipo de gimnasia y de manera individual, sobre todo en viga, que es su aparato favorito, en el que completó un total de 43 rutinas en su segundo año, sin caerse ninguna vez.
Junto a Dana Dobransky, es la única gimnasta en la universidad de Alabama en ganar los títulos en SEC y NCAA en viga en la misma temporada. Lideró a su equipo en títulos de eventos con 22 en total, incluyendo seis en all-around, ocho en viga, tres en barras y salto y dos en suelo.
Durante las vacaciones de la universidad, Luisa entrena con la actual campeona olímpica en el all-around, Sunisa Lee en Midwest Gymnastics en Minnesota, bajo la orientación de Jess Graba, quien ahora también asesora a la Federación Colombiana de Gimnasia como entrenador del equipo femenino.
Sueño colombiano
Luego de consolidarse como una de las mejores gimnastas universitarias de los Estados Unidos y de recibir propuestas de representar a su país natal, Luisa se negó porque quería cumplir el sueño de su vida y sabía que la gimnasia era el vehículo perfecto para lograrlo.
Así fue como empezó con su familia a buscar los contactos en Colombia, emprendió el trámite oficial para lograr la doble nacionalidad, la de Estados Unidos donde nació y la de Colombia, donde nacieron sus padres y de donde siempre sintió haber nacido, a pesar de no conocerlo.
“Mi sueño siempre fue ir a Colombia, con o sin gimnasia, ese era mi sueño, porque si hoy no fuera gimnasta, mi sueño no habría cambiado y seguiría siendo ir a Colombia”, reconoce Luisa, quien cumplió ese propósito este año, cuando compitió en el Campeonato Nacional de Gimnasia Artística de Cúcuta.
“Cúcuta fue una experiencia increíble, porque toda mi vida he tratado de pintar una imagen de cómo sería conocer a Colombia y fue todo y más de como lo pensé”, asegura Luisa, quien en la capital nortesantandereana se coronó campeona nacional de All-Around y se aseguró un lugar en los Juegos Panamericanos Santiago 2023.
Luisa ahora no solo conoció Colombia, ahora representa a todo el país y lo hace con lujo de detalles porque se clasificó para los Juegos Olímpicos París 2024, donde seguirá cumpliendo el ‘sueño colombiano’.