Después de conseguir el título del Mundial femenino que se jugó en Australia y Nueva Zelanda, la relación entre las futbolistas y los dirigentes de la Real Federación Española de Fútbol, ha sufrido una fractura que parece no tener cura.
Así lo confirma la carta pública que difundieron las jugadoras este lunes, en la que manifiestan que muchas de las llamadas por la entrenadora Montse Tomé –quien reemplazó a Jore Vilda en el cargo de seleccionador nacional–, no están de acuerdo con que las hayan convocado porque consideran que lo hicieron en contra de su voluntad.
“Lo expresado en nuestro comunicado del 15 de septiembre de 2023, deja claro y sin ninguna opción a otra interpretación nuestra firme voluntad de no ser convocadas por motivos justificados. Estas afirmaciones siguen plenamente vigentes”, dice la carta, que fue compartida en redes sociales y que, al parecer, fue suscrita por 21 de las 23 futbolistas que llamó Tomé.
Esa carta, en la que se evidencia un tono de protesta, fue la respuesta de las jugadoras a las declaraciones que dio la entrenadora en la rueda de prensa en la que dio a conoce los nombres de las 23 convocadas, y en la que además manifestó que confiaba en que las deportistas que llamó llegarían al centro de concentración en la mañana del martes para empezar los entrenamientos de preparación para los partidos contra Suecia y Suiza, que están programados para la próxima semana por la Liga de Naciones.
“Las jugadoras son profesionales y yo confío en que van a hacer su trabajo bien, llevan mucho tiempo haciéndolo”, manifestó Tomé. Sin embargo, de las 39 futbolistas que habían dicho que no querían ser convocadas a la Selección el viernes de la semana pasada, 21 fueron llamadas. Ellas, además, mostraron su desacuerdo porque consideraron que la convocatoria no fue hecha dentro del marco de las normas de la Fifa.
“Nos parece relevante señalar que la convocatoria no se ha realizado en tiempo y forma de conformidad con el artículo 3.2 del anexo I del Reglamento sobre el Estatuto y Transferencia de Jugadores de la Fifa, por lo que entendemos que la RFEF no se encuentra en disposición de exigirnos acudir a la misma”, aseguraron.
El artículo que citaron las futbolistas indica que la Federación tiene que informar al menos con 15 días de antelación, tanto a las futbolistas como a los equipos a los que pertenecen, que van a ser llamadas para jugar con el seleccionado nacional. Por eso, muchos de los cuadros podrían negarse a ceder a sus deportistas sin tener problemas con el máximo ente del fútbol a nivel internacional.
También se ha dicho en los medios de comunicación españoles que las jugadoras que fueron convocadas y hacen parte de cuadros del extranjero aún no han recibido los tiquetes para viajar a territorio español.
“Lamentamos una vez más que nuestra Federación nos sitúe en una situación que nunca hubiéramos deseado”, concluye el comunicado.
El tema ha causado tanto revuelo que hasta la jugadora sueca Filippa Angeldahl tomó la vocería y manifestó que su seleccionado está dispuesto a respaldar la decisión de las españolas: “queremos que sientan todo el apoyo y que los demás países les apoyan en cualquier decisión que tomen. Si creen que tienen que boicotear el partido para que pase algo, nosotras les apoyamos”.
