Uno de los capitanes de Atlético Nacional, William Tesillo, nos habla en esta charla sobre cómo inician la temporada con el nuevo técnico, Javier Gandolfi, y otros aspectos desconocidos de su vida, como la vez que fue amenazado cuando estaba con la Selección Colombia. También se refiere a la importancia de Dios y su familia en su carrera.
¿Cómo está el equipo para el inicio de la temporada?
“El equipo está bien, felices. Lastimosamente se presentó la salida del profe, pero ya llegó un entrenador nuevo con nuevas ideas. Estamos enfocados, se mantuvo casi la misma nómina y llegaron cuatro compañeros a reforzar el grupo. El equipo está fuerte y eso es muy importante”.
¿Cuál es el secreto para adaptarse tan rápido como usted lo hizo?
“Primero fue obra de Dios, acompañada del trabajo, el cuidado y el entrenamiento. Además, hay excelentes jugadores que te ayudan a solucionar. Siempre está el colectivo por delante, y de ahí se resalta la individualidad. No solo me pasó a mí, sino que varios compañeros tuvieron un punto alto. Además, cuando llegas a un equipo como Nacional no te esperan 4 o 5 meses; hay que llegar a rendir. Yo sabía a qué equipo llegaba y cuál era el objetivo: quedar campeón y pelear por todo lo que se juegue. En ese sentido me ha ido bien, gracias a Dios”.
¿Quiénes conforman el núcleo familiar que lo fortalece como persona y jugador?
“La familia es muy importante. Creo mucho en Dios, y ahí están mi esposa y mis tres hijos. Mi papá también me ayuda muchísimo. Son personas que me hacen crecer cada día y son parte importante de todo lo que gano, porque lo emocional cuenta mucho en el fútbol. La tranquilidad y motivación que ellos me generan es muy importante”.
¿Cómo se llaman ellos?
“Mi esposa Daniela Correa, mi hija María José, Emmanuel y Emiliano”.
¿A alguno de ellos le gustaría tomar el camino del fútbol también?
“Sí, Emmanuel y Emiliano. Ellos tienen 9 y 6 años, están en la escuela de Atlético Nacional y se les ve condiciones (risas). Dios quiera que ese sea el propósito de ellos, y si no, apoyarlos en lo que quieran”.
Usted es un hombre muy espiritual y precisamente su compañero de zaga, Felipe Aguirre, también lo es...
“Pipe es una gran persona. Fue muy fácil complementarme con él cuando llegué, y eso es una de las claves del grupo, junto con la unión y la familia. Igual pasa con los otros compañeros de zaga: Juan José (Arias), Simón (García) y Joan (Castro). Nos complementamos muy bien tanto afuera como adentro de la cancha. Sabemos que fue Dios quien nos guió al éxito junto con nuestro esfuerzo, en no dejar nada al azar. La recuperación y todo eso hay que hacerlo para acompañar esa parte de Dios. Pipe sabe mucho de la palabra y le pregunto cosas, esos frutos se ven y gloria a Dios”.
¿Qué le gusta hacer en sus tiempos libres?
“Estar en familia, con mi esposa e hijos, estar en casa, y nos encanta ir al cine cuando podemos”.
¿Cuál ha sido el momento más difícil de su carrera?
“Ha habido varios, pero no me arrepiento de vivirlos porque sin eso no me hubiera fortalecido ni sería la persona que soy hoy en día. Uno de los más difíciles fue en la Copa América, cuando fallé el penalti contra Chile, porque después vinieron amenazas. Me mandaban fotos de mis hijos y mi esposa, me decían que sabían dónde vivíamos y eso me generó temor, porque se metían con mis hijos. Fue un momento muy duro, pero salimos de eso fortalecidos junto a mi familia y mi fe en Dios”.
¿Y el momento más feliz?
“El nacimiento de mis hijos no se cambia por nada. Futbolísticamente, mi primer llamado a la Selección Colombia, que no me lo creía. Recuerdo que estaba en Chile y me llamaron al teléfono para avisarme que había sido convocado. Lloré y le di gracias a Dios porque veía esos sueños lejos, pero los propósitos de Dios van más allá que los de uno. Fue uno de los momentos más felices que he experimentado”.
¿Cómo han recibido al técnico Gandolfi, especialmente después de la relación que tenían con el profe Juárez?
“Nos pegó la ida del profe Juárez, no podemos mentir, por la persona que es y por los títulos que ganamos. Su cuerpo técnico era muy allegado a nosotros, pero esto es fútbol. Al profe Juárez y a su cuerpo técnico les deseamos lo mejor, es un gran entrenador y va a ser uno de los mejores, está muy joven, con 36 años. Ahora, con el profe Gandolfi, es una gran persona y en los pocos entrenamientos que hemos tenido con él, el grupo ha sido muy receptivo. Sabemos que el profe Efraín cerró un ciclo importante, pero hay que seguir adelante y tener a Nacional siempre por encima. El profe Gandolfi llega con ideas similares en algunas cosas y nos aferramos al trabajo. Hay un gran grupo conformado, con los pies en la tierra y que sabe lo que nos vamos a jugar. Hay que apoyar al profe Gandolfi, su cuerpo técnico es muy abierto y se nota que son muy cercanos al jugador, eso es muy importante”.
¿Es muy parecida la idea de juego?
“Cada uno tiene su identidad, pero tienen cosas parecidas, con un toque distinto de cada uno. Queremos asimilar rápido la idea, pero un punto a favor del profe es que hay un grupo que se conoce. El profe quiere siempre jugar, presionar, cosas que ya veníamos haciendo. Queremos plasmar la idea lo más rápido posible”.
¿Cómo mantener el hambre de ganar?
“El ser humano, por naturaleza, cuando consigue los objetivos que se traza tiende a relajarse. Pero si algo he aprendido del fútbol es que las cosas buenas o malas quedan atrás rápidamente. Hay que vivir el día a día y enfocarnos en lo que tenemos por delante. Tenemos un título muy cercano que es la Superliga, que no va a ser nada fácil. También está el inicio de la Liga y la Copa Libertadores, que queremos jugar con la responsabilidad que merece, porque sabemos que tiene otra exigencia. El hambre está y se demuestra en los entrenamientos. Uno percibe a los compañeros como si no hubiéramos ganado nada, nos entrenamos con ganas de ganarnos un puesto y seguir compitiendo en lo más alto. Veo un grupo comprometido y con ganas de seguir ganando”.
¿Quién le ha dado el mejor consejo de su vida y cuál fue?
“Mi papá. Lo mejor que me ha dicho es que me aferre a Dios, y ese es el mejor consejo. Porque las cosas con Dios siempre son buenas, y por más problemas que nos presente la vida, Él siempre nos da una esperanza. Recuerdo que me regaló una Biblia y hay un versículo de Josué 1:9 que dice: ‘Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque tu Dios estará contigo dondequiera que vayas’. Así que Dios siempre está por delante”.
¿Cómo se llama su papá?
“Igual que yo, William Tesillo (risas)”.
¿Cuál es el mensaje para la afición?
“Más que mensaje, hay que agradecerle a los hinchas, porque desde el primer momento en que se formó este proyecto y llegamos muchos nuevos, ellos siempre estuvieron ahí. Es muy fácil cuando vas ganando, pero en los momentos difíciles conectaron con nosotros. Incluso cuando cerraron el estadio, estuvieron afuera. Ellos fueron parte importante de esos dos títulos. Les digo que sigan creyendo, que el hambre está y tenemos las ganas de seguir ganando. No va a ser fácil, pero vamos a intentar salir a la cancha a hacer lo mejor posible. Prometer títulos es difícil, pero no negociaremos el esfuerzo por estos colores, queremos hacer las cosas de la mejor manera para darles alegría”.
