Hoy los futbolistas libres son los protagonistas del mercado de pases en Colombia y en el mundo, una tendencia que surgió por la crisis económica post pandemia. En 2021, según la Fifa, el 66% de las transferencias involucraron a futbolistas sin contrato, y lo que sucede en este 2022 parece que aumentará ese porcentaje.
Los jugadores comenzaron a recurrir cada vez más al artículo 18, inciso 3 del reglamento de la Fifa: “Tendrá la libertad de firmar con otro club si su contrato con el club actual ha vencido o vencerá en seis meses”. Así se dio por ejemplo en la llegada de Lionel Messi del Barcelona a PSG.
En ese contexto, esa figura no favorece a los clubes que invierten millones de dinero en la formación de un jugador para que después este se vaya libre y no tenga rédito económico por sus derechos. Sin embargo, los propios equipos, por las necesidades económicas, han propiciado también la situación, porque prefieren contratar un futbolista libre que pagarle a otro club por la transferencia.
Víctor Marulanda, expresidente de Atlético Nacional, explicó que hay una normativa a nivel internacional que dice que los contratos de los jugadores deben ser a término fijo. “Si analizamos el código de trabajo en Colombia se establece que el tiempo de mayor duración de un contrato fijo es de 3 años. Eso es una debilidad para los clubes porque solo tienen ese tiempo de vínculo con el jugador y eso hace que por periodo protegido pueden tener 2 años o 2 y medio”.
Marulanda indicó que eso también es una debilidad para el mercado colombiano, “A nivel mundial hay muchos países que dejan tener contrato a 5 años, pero acá son 3”.
Agregó que cuando un equipo compra un jugador tiene 3 fases: “Un periodo de adaptación, otro de estabilidad y el último de consolidación, y en Colombia, por los tiempos, toca pasar casi que del adaptativo al de consolidación. Mientras se genera esos procesos casi que ya hay que renovarle el contrato. Es en ese momento es cuando entran los empresarios a hacer un trabajo de negociación y ahí el futbolista decide no firmar una prórroga y el equipo queda expuesto”.
Añadió que los jugadores hoy prefieren firmar contratos a un año o máximo 2, salir del club y volver a generar lo que en la transacción se llama el préstamo, que es una cuantía que le queda al representante o al jugador, más el contrato, y así tienen mejores dividendos.
“En este momento lo más importante son los contratos de trabajo, que es lo único que protege el derecho deportivo ante la Fifa”.
Cabe apuntar que solo si el jugador firma por tres años, el club es el dueño de los derechos federativos, pero cuando faltan dos años, un año o seis meses, si no renuevan de común acuerdo, el jugador queda libre cuando finaliza el contrato. De ahí que los futbolistas recurran a esa herramienta. Cuando faltan seis meses, pueden renovar o empezar a negociar con otro club.
El presidente del DIM, Daniel Ossa, dice que el problema surge es con los jugadores canteranos. “Uno los lleva desde niños, les brinda casa hogar, estudio, les da su primer contrato, los pone a debutar y no hay tiempo de disfrutarlo. Entonces uno les hace contrato jóvenes y después, por recomendación de los representantes, se van libres cuando se ha hecho un esfuerzo grande. Me parece que los contratos deberían ser hasta 5 años, que uno tenga la opción de hacerlo entre 1 y 5 años”.
Defienden ese derecho
Hay otras situaciones que permiten que los futbolistas se conviertan en agentes libres como por ejemplo que los clubes no puedan pagarles lo pactado. Y directamente acuerdan el pago de la deuda en cuotas a cambio del pase.
Sin embargo, los deportistas defienden ese derecho, como lo manifestó el director ejecutivo de Acolfutpro, Carlos González Puche
“El jugador necesita libertad de trabajo, no le pueden restringir ese derecho ni haber pactos para no contratar jugadores que terminen con justa causa o no renueven. Así lo regula la Fifa. No se puede amarrar contra su voluntad a un trabajador para que cumpla un contrato que no quiera mantener o negarle la expectativa de recibir un mejor salario o una mejor oportunidad”.
Puche indica que los clubes no se deberían quejar por la formación de los jugadores, porque todas las empresas invierten en eso. “Hacen formación, capacitación y si alguien se va a ir a otra empresa por qué no lo puede hacer si le ofrecen una mejor oportunidad laboral, pues los futbolistas también pueden. Jugador sin contrato es libre y puede contratar con quien mejor le parezca”.