El futbolista antioqueño, de 19 años, marcó su primer gol como profesional el lunes con Fortaleza.
Era un sueño compartido. Desde que empezó a jugar fútbol, cuando era niño, se visualizaba anotando su primer gol como profesional. Lo mismo pensaba su padre, que lo acompañaba a los entrenamientos y partidos.
Quiso el destino, en una de las jugadas extrañas que hace, que la primera celebración de Emilio Aristizábal en el balompié de élite fuera en Bogotá y no en Medellín, donde todo apuntaba a que lo haría.
El joven debutó con Nacional, cuadro en el que se formó, en 2024. Sin embargo, no tuvo los minutos que se esperaban. Por eso, desde las directivas del verde decidieron cederlo a Fortaleza, que suma su segundo año en la primera división.
Su padre, paisa de pura cepa e ídolo de los aficionados de Atlético Nacional (es su máximo goleador), vive en la capital del país debido a que participa en los programas de ESPN Colombia, cuyo lugar de producción es Bogotá.
Víctor Hugo Aristizábal estuvo en el estadio de Techo de la capital del país este 17 de febrero para ver el partido entre el equipo de su hijo y Águilas Doradas, válido por la quinta fecha de la Liga.
Estaba sentado en la tribuna cuando su hijo, que tiene 19 años, pateó, al minuto 22 del encuentro, el penalti que abrió el marcador para su equipo, que al final se impuso 2-1 ante el elenco antioqueño.
Tras anotar el gol, Emilio corrió hacia la tribuna donde estaba su padre, lo señaló e hizo un corazón. Víctor Hugo, que desde que se convirtió en padre soñó con que su hijo fuera futbolista profesional, lloró de emoción. Los ojos llorosos con los que lo captaron las cámaras revelaron que la celebración del joven atacante era un sueño compartido.
Dicen que lo que se hereda no se hurta. Sin embargo, hay herencias que pesan. Por ejemplo, hay jóvenes que llegaron al fútbol profesional que recibieron los apellidos de sus padres, que fueron futbolistas, y siempre han tenido al “original” como punto de referencia, comparación.
Algunos han logrado desprenderse, hacer su propia historia, como Radamel Falcao García, hijo de Radamel García. En ese caso, el primogénito fue quien logró mayor reconocimiento. “El Tigre” es, de momento, el delantero colombiano que más goles ha celebrado en toda la historia con 350 dianas. Aún sigue en competencia.
Otro caso parecido es el de James Rodríguez y Wilson Rodríguez, su padre. El cucuteño, vigente capitán de la Selección Colombia, es el único criollo que ha sido goleador de un Mundial. Además, logró éxito en equipos como Real Madrid o Bayern Múnich, que están entre los mejores del planeta.
Pero hay otros casos en los que los hijos no han logrado desprenderse de la sombra de sus padres. El más reciente es Tomás Ángel. El delantero de 21 años debutó en Atlético Nacional en 2021 y todo el tiempo lo estuvieron comparando con Juan Pablo Ángel, su progenitor. Además, ocupaba la misma posición, por lo que los señalamientos eran más fuertes. Ahora juega en el San Diego F.C. de la MLS de Estados Unidos.
Lo mismo ocurrió con José Adolfo Valencia y Sebastián Rincón, hijos de futbolistas que marcaron época con la Selección Colombia en la década de los 90: Adolfo “El Tren” Valencia y Freddy Rincón (QEPD). “El Trencito” jugó en Santa Fe, Portland Timbers de Estados Unidos, Rosario Central de Argentina y Patronato. De momento es agente libre.
Entre tanto, el hijo del “Coloso de Buenaventura” también debutó con Independiente Santa Fe en 2010. Después fue a Grecia, Estados Unidos, Argentina, Brasil y ahora juega en el fútbol de Iraq. Sin embargo, no ha tenido el brillo que tuvo su padre. Quien sí lo ha tenido –aunque ha sido criticado– es Jhon Córdoba. El delantero del Krasnodar de Rusia es hijo de Manuel Acisclo Córdoba. Ambos celebraron goles con la Selección Colombia.
