Empecemos por lo obvio: a James Rodríguez tienen que tratarlo bien para que rinda. Es extraño. Por lo general son los futbolistas quienes se adaptan a la idea de juego de los técnicos de sus equipos y no al contrario. Sin embargo, el capitán de la Selección Colombia, por la mística que tiene, ha logrado que en León de México hagan eso: todo el tiempo tratan de acomodarse a él.
Ese es el motivo de su éxito. Sí: James –capitán, amo y señor del equipo de Guanajuato– parece haber vuelto a su mejor nivel, o haber encontrado un nuevo rendimiento alto. De momento, suma cuatro asistencias y un gol con el club al que llegó en enero, después de haber rescindido contrato con el Rayo Vallecano de España.
En el equipo español no le fue bien. Después de hacer una Copa América brillante con la Selección Colombia en Estados Unidos, de la que fue elegido como mejor jugador, regresó a Europa. Ese era su gran anhelo. Los directivos del equipo de Vallecas le abrieron las puertas. Sin embargo, no tuvieron en cuenta al técnico.
Comprar a James, en ese momento, era un golpe de opinión, de marketing. Decían que, incluso, lo pretendían equipos importantes de Italia. No obstante, el futbolista criollo se decantó por Madrid, ciudad de la que vive enamorado y en la que tiene una casa. Pero su relación con Íñigo Pérez, timonel del Rayo, cuadro que en 2025 celebra su centenario, no fue buena.
El joven entrenador tenía al mejor jugador de un torneo continental, pero no lo ponía a jugar. La prensa española cuestionaba por qué, si el colombiano era, por lejos, uno de los mejores futbolistas del modesto plantel de Vallecas, no era titular. Además era su figura. Pero no todos los entrenadores saben tratar a estrellas. Si no pregúntele a Mauricio Pochetino, que tuvo en el mismo equipo a Messi, Neymar, Mbappé y no logró sacarles provecho.
El entrenador Pérez manifestó que James no tenía lugar en su idea de juego. Lo mismo le pasó antes al colombiano. Del Sao Paulo y Real Madrid, por ejemplo, salió porque no había un espacio para él. Solo en la Selección Colombia siempre lo encontró. Sobre todo cuando estuvieron Néstor Pékermas y Néstor Lorenzo, hombres de trato paternal, parecido al de Ancelotti, el técnico que es casi padrino de Rodríguez.
Todo eso lo sabía Eduardo Berizzo, el entrenador de León. Seguro, cuando la prensa empezó a especular con su posible llegada, pensó que era imposible. Luego, cuando se concretó, debió emocionarse. Mas también se asustó. Lo confesó en una entrevista con el periodista argentino Juan Pablo Varsky.
“Tenerlo como futbolista significaba un reto muy grande. Por eso, debo confesar que me valí de la experiencia de su seleccionados (Néstor Lorenzo), que ya lo conocía. Yo lo conocía de haberlo enfrentado algunas veces cuando era futbolista del Madrid, también en torneos de Eliminatorias con Chile y Paraguay. Sin embargo, dirigirlo es diferente. Néstor, de alguna manera, me contó cómo aprovechaba a James dentro de la Selección Colombia”, aseguró el entrenador de León.
El timonel del seleccionado nacional le ayudó a su compatriota a entender cuál era la mejor posición para que James jugara, dónde rendía mejor, para que mostrara un nivel parecido al que tiene cuando se viste de amarillo. “Además, me contó lo que para él significaba que James tuviera un club donde desarrollarse, porque de cara a la Eliminatoria y el Mundial del año que viene, es necesario que todos los jugadores que vayas a convocar tengan minutos en sus clubes y eso era su principal preocupación”, agregó el timonel.
Berizzo concluyó diciendo que Lorenzo se mostró contento con que James llegara al fútbol mexicano. También está conforme con el nivel que ha alcanzado el futbolista cucuteño, que seguro estará entre los convocados para los partidos de la doble fecha de Eliminatorias de marzo, en las que el equipo nacional visita a Brasil (20 de marzo, 7:45 p.m.) y recibe a Paraguay en Barranquilla (25 de marzo, 7:00 p.m.).
