El cuadro antioqueño tuvo un año lleno de altibajos deportivos y decisiones administrativas en contra. Al final, se coronó campeón de los dos torneos que se disputaron en el segundo semestre del año.
El 2024 fue un año turbulento para Atlético Nacional. Diez meses atrás, ni el más optimista de los aficionados del cuadro verde imaginaba que el club terminaría siendo el gran dominador del fútbol profesional colombiano.
En febrero, el técnico Jhon Jairo Bodmer dejó de ser el entrenador de los verdes. A pesar de su buena voluntad y conocimiento, el equipo no rindió como se esperaba: los futbolistas no entendieron la idea de juego que implementó.
Además, el cuadro más ganador del fútbol colombiano no logró meterse en la fase de grupos de la Copa Libertadores. Los verdes perdieron 4-0 la serie en la segunda ronda de clasificación al torneo internacional contra su homónimo paraguayo, para muchos, equipo de menos nivel que el criollo.
En marzo, después de un leve interinato de Camilo Pérez, el uruguayo Pablo Repetto asumió la dirección técnica. Desde ese momento empezaron los cambios que llevarían a Nacional no solo a ganar la Copa Betplay, sino a disputar la final de Liga del clausura contra el Deportes Tolima.
El reconocido director deportivo Gustavo Fermani fue contratado para ocupar ese puesto, hasta entonces a cargo de Esteban Jaramillo. El argentino, reconocido por armar el River Plate que dirigió Marcelo Gallardo y que ganó varias veces la Copa Libertadores, se comprometió a volver a Nacional grande de nuevo.
Poco tiempo después, en abril, la junta directiva del elenco verdolaga hizo dos cambios estructurales: dejó que se fueran Benjamín Romero, entonces vicepresidente del club, y Mauricio Navarro de Bedout, presidente.
Esos dos nombres, que estuvieron al frente del club entre 2022 y 2024, generaban discordia entre los hinchas, quienes reclamaban buenos resultados deportivos. Sin embargo, no llegaban. Por eso, los aficionados protestaban, mostraban su descontento con la plantilla, cada que podían.
“Todos juntos”
El halo oscuro que se posó sobre Nacional empezó a aclararse cuando nombraron a Sebastián Arango Botero como nuevo presidente del equipo. El ingeniero administrador, egresado de la Escuela de Ingenieros de Antioquia, es confeso hincha del equipo que dirige. Su primera promesa cuando llegó fue “volver a poner a Nacional en lo más alto”.
Para lograrlo, empezó por traer, de nuevo, a referentes que la afición pedía desde hace varios semestres como David Ospina y Edwin Cardona. La llegada de esos jugadores, igual que la de Jorman Campuzano, Alfredo Morelos, entre otros, llevó a que los aficionados dejaran en segundo plano que el elenco paisa no clasificó a los cuadrangulares del primer semestre del año.
Todo empezó a marchar mejor para los verdes. Sin embargo, el juego del equipo con Repetto a cargo no convencía. Entonces, los directivos tomaron una decisión que, para muchos, fue arriesgada en su momento: destituyeron al uruguayo y trajeron al mexicano Efraín Juárez, un entrenador “novato” de 36 años.
Juárez, hombre de personalidad atrevida, le dio un nuevo aire a Nacional. El equipo empezó a subir, poco a poco, su nivel. Eso enamoró otra vez a los aficionados que empezaron a tener una conexión fuerte con el equipo.
El “enemigo” invisible
Hubo un momento del segundo semestre del año en que pareció que una mano invisible quería torpedear el camino de Nacional hacia ser finalista en el fútbol colombiano.
Por un lado, después de que el partido entre el cuadro verde y Junior, que se jugó el 26 de septiembre en el Atanasio Girardot, fuera suspendido por desmanes en las tribunas cuando el Rey de Copas ganaba 2-0, la Comisión Disciplinaria de la Dimayor le dio los puntos a los barranquilleros.
Además, le prohibieron el ingreso de aficionados a sus partidos como local durante seis jornadas. Después de presentar una apelación, la penalización se redujo a 3 juegos. Sin embargo, luego iniciaron una serie de polémicas que involucran a jugadores como Edwin Cardona, Jorman Campuzano, Marino Hinestroza y al técnico Efraín Juárez.
El entrenador mexicano fue sancionado con tres años sin entrar a los estadios por las autoridades civiles de Colombia después de celebrar, de manera airada, la clasificación a la final de la Copa Betplay tras eliminar al DIM cuando en las tribunas solo había hinchada local.
La decisión fue revocada. Sin embargo, sentó un mal precedente. En los juegos posteriores, los equipos rivales empezaron a buscarle “la caída” a Juárez. Contra Santa Fe, en el Atanasio, lo expulsaron después de celebrar un gol. Por esos mismos días, Edwin Cardona estuvo suspendido con dos fechas sin poder jugar por besar el escudo del equipo mientras iba a cobrar un tiro de esquina en el clásico contra Medellín de la Liga.
Luego llegaron dos decisiones arbitrales polémicas en los partidos que jugó contra Millonarios, que casi lo dejan fuera de la final de Liga. En el partido que se disputó en Bogotá, a Nacional le anularon un gol por un presunto fuera de lugar de Alfredo Morelos, quien ya había superado el impasse tras protagonizar un accidente de tránsito mientras conducía, supuestamente ebrio, hacia la sede de Guarne.
En el duelo que se disputó en Medellín, los bogotanos empataron con un gol de penalti de Falcao. En la jugada previa, al parecer, hubo un fuera de lugar del Tigre que no pitaron desde el VAR. En la herramienta “acomodaron” la imagen para validar la acción previa a la falta de Aguirre.
Entre tanto, para las finales de Copa y Liga, el cuadro verde ha tenido que hacer maromas para poder contar con figuras como Marino Hinestroza, sancionado por celebrar un gol contra Millonarios en Bogotá limpiándose la boca con el banderín de tiro de esquina, y Jorman Campuzano, quien puso un mensaje “ofensivo” en redes sociales.
A Campuzano lo habilitó para disputar la final contra Tolima la convocatoria de Simón García a la Selección Colombia sub-20. A Marino, que el verde apeló la decisión de suspenderlo dos fechas y el fallo salió a su favor: solo tuvo que pagar una. En medio de todos esos escollos, Nacional logró conquistar la anhelada estrella de navidad.
