69 minutos duró retenido el grito de gol en la garganta de los hinchas del Atlético Bucaramanga. El equipo dirigido por el entrenador venezolano Rafael Dudamel necesitó 16 remates al arco defendido por el antioqueño Andrés Mosquera Marmolejo para marcar su primer tanto de la historia en una final de Liga Betplay.
Ante Independiente Santa Fe, el cuadro bumangués disputa la segunda final de Liga de su historia. La anterior fue en 1997 frente al América de Cali. En aquella oportunidad el cuadro santandereano terminó subcampéon. El marcador global de la serie quedó 3-0.
En la ida, que se jugó en el estadio Alfonso López de la capital santandereana, los caleños ganaron 0-1. En el duelo de vuelta los vallecaucanos ampliaron la ventaja y se impusieron 2-0.
Desde entonces han pasado 27 años. El Bucaramanga estuvo un par de veces en la B. También pudo liquidarse porque se quebró económicamente. Sin embargo, sus hinchas nunca lo abandonaron, no lo dejaron de alentar.
Algunas veces fueron pocos al estadio. Otras estuvo completamente lleno, como durante casi todos los partidos del primer semestre de 2024. Pero nunca había estado tan lleno como en la noche de este 8 de junio. No solo por la cantidad de aficionados, sino por los nervios que los asistieron durante los primeros 69 minutos del partido de ida de la final del torneo apertura.
Un remate cruzado del antioqueño Fredy Hinestroza, después de un contraataque perfecto del cuadro bumangués, sacó de la garganta el grito reprimido de los aficionados del conjunto Leopardo, que tuvo en su arquero, Aldair Quintana, un cerrojo en el arco que evitó que Santa Fe anotara en la primera parte.
El cuadro bumangués, que terminó primero en la fase regular del torneo colombiano, pero clasificó a la final “raspando” porque llegó en la última fecha y gracias al punto invisible, fue el más incisivo en ataque durante el juego. Remató 7 veces con peligro al arco defendido por Marmolejo.
La emoción de los aficionados fue tan grande que, una vez el árbitro Wilmar Roldán pitó el final del encuentro, un grupo de hinchas del Bucaramanga entró a la cancha ondeando banderas, mientras los jugadores salían hacia los camerinos para evitar que su integridad se viera afectada.
La “invasión” del gramado del estadio fue el único lunar que hubo en cuanto a orden público en la final. La estrategia de redoblar la cantidad de policías a 600 uniformados que utilizó el alcalde Jaime Andrés Beltrán, no pudo contener la euforia del pueblo, que poco a poco se controló.
La final de vuelta será el próximo sábado 15 de junio en el estadio El Campín de Bogotá. Las acciones están programadas para empezar a las 7:30 p.m. Ese día habrá nuevo campeón del fútbol colombiano y se conocerá el primer clasificado por el país a la Copa Libertadores del 2025.