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Deportistas paisas cumplen ‘sueño americano’ con becas

Desde la década del 90 tres generaciones se han beneficiado con subsidios para estudio gracias al tenis, voleibol y baloncesto.

  • Deportistas de tenis, baloncesto y voleibol son algunos de los que se han beneficiado con becas en los Estados Unidos. FOTO EC
    Deportistas de tenis, baloncesto y voleibol son algunos de los que se han beneficiado con becas en los Estados Unidos. FOTO EC
  • Valentina está cerca de iniciar su camino universitario en el exterior. FOTO Cortesía daniel hernández
    Valentina está cerca de iniciar su camino universitario en el exterior. FOTO Cortesía daniel hernández
  • Fraysser Toores busca la NBA. FOTO Cortesia Fraysser Torres
    Fraysser Toores busca la NBA. FOTO Cortesia Fraysser Torres
  • Sergio está en quinto año de universidad. FOTO Cortesia Daniel Hernández
    Sergio está en quinto año de universidad. FOTO Cortesia Daniel Hernández
  • La hija de Olga heredó su talento para el voleibol. FOTO CortesíA
    La hija de Olga heredó su talento para el voleibol. FOTO CortesíA
19 de junio de 2022
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Medellín es una de las ciudades que más deportistas de alto rendimiento genera en el país desde hace tres décadas. Eso ha llevado a que algunos de ellos hayan tenido la posibilidad de ir a estudiar y desarrollar su práctica en Estados Unidos.

La buena actuación de los antioqueños condujo a que agencias como USP, la compañía más prestigiosa del mundo en el reclutamiento de estudiantes atletas, se enfocaran en los talentos que salen de estas tierras.

Por eso han llegado a la ciudad estrategias como el showcase de tenis (una vitrina para casar nuevos talentos) que se hizo el 10, 11 y 12 de junio en el Club El Rodeo. El promotor de esta iniciativa es el paisa Daniel Hernández Giraldo, propietario de H Sports Agency, una empresa que nació en la pandemia y se dedica a llevar a los deportistas con mayor proyección para que sean fichados en Estados Unidos.

“Nosotros queríamos darles la oportunidad a los atletas de Colombia de poderse mostrar ante los entrenadores norteamericanos, sin necesidad de salir de casa y de invertir tanto dinero, porque los gastos para ir a un showcase en Estados unidos son muy altos”, aseguró.

Para esto, la estrategia que utilizaron fue grabar todos los partidos que jugaron los 20 deportistas que se inscribieron. Hubo personas de Cauca, Santander, Boyacá, Bogotá, Valle, Tolima y Antioquia. Las grabaciones serán montadas a Tenis Analitycs, una plataforma de análisis de partidos en la que los entrenadores estadounidenses que estén buscando talentos podrán contactar a los estudiantes colombianos para ofrecerles ir becados a sus equipos.

Ese contacto se dará el próximo 4 de agosto, día en el que comenzará el showcase virtual, en el que los representantes de las universidades estadounidenses empezarán a negociar con los prospectos que más les llamen la atención. Luego los deportistas seleccionados tendrán que decidir quién le ofrece las mejores condiciones de acuerdo con sus intereses: una beca con el porcentaje más alto, la que tenga mejor nivel deportivo o la de mayor exigencia académica.

“La mayoría de estos chicos aspiran a buscar universidades de división 1, donde en teoría está el nivel más alto. Pero hay otras opciones, está la división 2. Hay que mirar que el muchacho se sienta cómodo en la universidad. Algunas veces los chicos van a recibir becas de instituciones donde no van a poder jugar, pero es mejor aceptar una donde puedan competir”, concluyó.

La cantidad de estudiantes atletas que se han ido becados a Estados Unidos es muy grande. Aquí les traemos la historia de cuatro deportistas, de diferentes generaciones, que han migrado o están cerca de hacerlo para continuar su sueño deportivo y formarse para su proyecto de vida.

LA DETERMINACIÓN DE VALENTINA

Valentina está cerca de iniciar su camino universitario en el exterior.<b><span class=mln_uppercase_mln> </span></b>FOTO<b><span class=mln_uppercase_mln> Cortesía </span></b><b><span class=mln_uppercase_mln>daniel hernández</span></b>
Valentina está cerca de iniciar su camino universitario en el exterior. FOTO Cortesía daniel hernández

Valentina Rodas es una joven antioqueña de 17 años que está cerca de irse para Estados Unidos a estudiar negocios internacionales y jugar tenis en la Universidad de Idaho. Juega este deporte desde que tenía 5. Su mirada es perspicaz cuando está en la cancha y se mueve con agilidad para devolver las bolas. No se ahorra ningún esfuerzo en los partidos.

Ella participó en el showcase del 2021 en el Club Campestre de Medellín. Ese año estaba en un nivel competitivo muy alto, pero se lesionó. Le dio tendinitis en la muñeca de su mano derecha. La recuperación fue corta, pero lo que se vio más afectado fue su salud mental.

“Mentalmente fue complicado porque perdí confianza, sentía que en cualquier momento me iba a volver a doler. La verdad estuve así por ahí tres meses. Fue bastante duro. Pero al final, llegué al punto en el que pude salir de ese hueco gracias al acompañamiento que me brindaron mis entrenadores, fisioterapeutas...”, comentó.

Mientras superaba la lesión y cursaba once en el colegio, ella comenzó a buscar oportunidades para estudiar en Estados Unidos. Se contactó con la agencia USP. Y luego del showcase empezaron a llegarle propuestas de varias universidades. Intercambió correos con entrenadores y estuvo en videollamadas. Al final se decidió por Idaho porque le ofreció las mejores condiciones.

“Me gané una beca del 100% en una universidad que es de primer nivel, que es lo más alto en mi deporte. Creo que voy a mejorar mucho en tenis. Más de lo que lo puedo subir estando acá. La institución me dijo que yo tenía la autonomía para decidir si mi prioridad era jugar en el alto rendimiento o enfocarme todo el tiempo en lo académico”, concluyó.

Valentina, que vive en Robledo, asegura que las condiciones deportivas y académicas que tendrá allá no las podría tener en Colombia y tampoco podría acceder a ellas sin la beca porque son muy costosas. El proyecto que tiene para después de terminar la carrera es intentar formar parte del circuito de la WTA. De no lograrlo, su plan b está en ejercer la profesión, ya que en ese caso la universidad le ayudaría a conseguir empleo.

Sin embargo, la determinación con la que habla hace pensar que será protagonista en el máximo nivel del tenis internacional.

EL NIÑO GIGANTE DEL BÁSKET

Fraysser Toores busca la NBA.<b><span class=mln_uppercase_mln> </span></b>FOTO<b><span class=mln_uppercase_mln> Cortesia Fraysser Torres</span></b>
Fraysser Toores busca la NBA. FOTO Cortesia Fraysser Torres

Fraysser Torres Navarro es un niño gigante. Tiene 15 años, mide 2 metros y 6 centímetros. En su corta vida ha pasado por varios deportes: fútbol, boxeo, natación y baloncesto. El último fue el que más le gustó y su talento lo tiene hoy estudiando y jugando becado en Redemption Christian Academy, un colegio ubicado cerca de Toy, Nueva York.

Fraysser también representa al City Rocks Basketball, el equipo colegial de la marca deportiva Nike. En la actualidad está en décimo grado y está perfeccionando su nivel de inglés. El niño empezó a jugar este deporte en Colegio Salazar y Herrera de Medellín. Fue subiendo su nivel y fue necesario buscarle otro equipo.

“Lo metí en la Academia de Baloncesto de Antioquia, que dirige Javier Mosquera. El profesor comenzó a pulir las falencias que tenía el niño y comenzó a destacarse. Lo llevaron a la Selección Medellín y participaron en el Ponybaloncesto. A él le fue muy bien, aunque no pudo jugar la final porque en la semifinal se lesionó”, comentó su papá, el exboxeador Fraysser Torres.

El deportista fue progresando y como su papá viaja frecuentemente a Estados Unidos, en una de esas visitar decidió mostrarles a unos amigos un video de Fraysser en la cancha. Dijeron que tenía talento. Lo inscribió en un campamento de basketball que duró dos semanas. Después de su regreso a Medellín lo envió de nuevo al país norteamericano.

“No le metí presión, sino que le dije que fuera a jugar. Que hiciera su mayor esfuerzo, que yo le iba a pagarle todo. Él se fue pensando que participaba en el campamento y se devolvía para Colombia”. Al cuarto partido un entrenador del campamento llamó al papá y le dijo que su hijo se había ganado la beca del 100%, que cubría los 71.000 dólares que vale el año en la institución.

Esto es algo que no sucede de manera frecuente en el país norteamericano, ya que por lo general los colegios solo dan media beca a los estudiantes. Fraysser se fue para Estados Unidos en los primeros meses de 2022 y está comenzando a escribir su futuro, con la proyección de ser uno de los colombianos que logre llegar a la NBA. Las condiciones que tiene en Nueva York no las podría tener en Colombia, menos en un deporte que tiene poco apoyo en el país.

CERCA DE TERMINAR LA UNIVERSIDAD

Sergio está en quinto año de universidad.<b><span class=mln_uppercase_mln> </span></b>FOTO<b><span class=mln_uppercase_mln> Cortesia Daniel Hernández</span></b>
Sergio está en quinto año de universidad. FOTO Cortesia Daniel Hernández

Sergio Luis Hernández tiene 22 años. Juega tenis y se destacó todo el tiempo que jugó en Colombia. Desde pequeño estuvo en los primeros lugares en el ranking nacional y en la medida que fue creciendo su nivel mejoró. Participó en un showcase en los Estados Unidos y en este momento estudia Ciencias del Deporte en la Universidad de Louisville.

Fue top 50 júnior de la International Tennis Federation y campeón nacional. También campeón nacional en categoría de 12, 14, 16 y 18 años. Jugó sudamericanos y el mundial sub 16 de España, compitió con jugadores reconocidos.

Está en quinto año de la universidad y la beca que tiene cubre el valor anual de 71.000 dólares. “Conseguir una beca que le brinde a los deportistas la posibilidad de que entrenen, jueguen, representen a su equipo y estudien, es algo complicado porque tanto los deportistas como las instituciones deben tener unas condiciones de elegibilidad que no todo el tiempo cumplen”, aseguró Daniel Hernández, su padre.

En la temporada que recién terminó ganó 18 partidos y perdió 3. Sus entrenadores son el brasileño Rodrigo Da Silva y el colombiano Mario Rincón. El primero entrenó a jugadores del circuito ATP y el segundo jugó la Copa Davis. Está cursando quinto año en la universidad por las particularidades de la pandemia. Por lo general solo son 4, pero en esta ocasión les dieron la posibilidad de competir uno más.

“Tiene un programa deportivo muy completo, con entrenadores, asistentes, preparadores físicos, médicos, nutricionistas y sicólogos. Le dan comida, ropa, no paga para competir, no paga libros. Se está preparando técnicamente bien para intentar dar el paso al profesionalismo después de terminar”.

El objetivo del antioqueño es continuar jugando por dos temporadas más con la universidad, que está 23 en el ranking nacional estadounidense y luego intentar entrar en el circuito de la ATP. Su ciclo universitario está cerca de terminar, pero su historia es la muestra de las oportunidades que pueden tener los deportistas becados.

EL VOLEIBOL ABRIÓ PUERTAS

La hija de Olga heredó su talento para el voleibol.<b><span class=mln_uppercase_mln> </span></b>FOTO<b><span class=mln_uppercase_mln> CortesíA</span></b>
La hija de Olga heredó su talento para el voleibol. FOTO CortesíA

Olga Correa es profesora de matemáticas y sociales en primero de bachillerato en una escuela privada de Miami. Vive en Estados Unidos desde 1999, cuando decidió aceptar la propuesta que le hicieron del equipo de voleibol del Miami Date College, una universidad pública de Florida. Es una de las primeras deportistas antioqueñas que llegó al deporte universitario norteamericano.

“Mónica Pinilla fue la que abrió el camino a las otras. Llegó en 1990 de vacaciones, jugó por pasar el tiempo, gustó y se quedó. A ella le dijeron que si conocía a más jugadoras de Medellín para que las llevaran. Al año siguiente contrataron a Ángela Naranjo y Paola Bedoya. Ellas quedaron campeonas nacionales. En 1992 me llamaron a mí y dije que no”, recordó.

Porque no se sentía lista para salir del país. Ella que es oriunda de Barbosa, Antioquia, pensaba que eso era dar un salto al vacío, porque si no le gustaba, no tendría nada fijo para volver. Estudió Salud Ocupacional en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid. Cuando terminó decidió entrar a estudiar negocios internacionales en Eafit. Estuvo becada.

“En 1996 solo por jugar voleibol me puse de nuevo a estudiar. Cuando yo estaba en sexto semestre, le dijeron a Guillermo Montoya que necesitaban alguien que jugara de centro. Me vine para Estados Unidos. Inicialmente solo por seis meses a estudiar inglés y regresaba. Pero no aprendí nada”.

El torneo nacional universitario se juega en los últimos seis meses del año. Deportivamente le fue bien y decidió quedarse. Transfirió las materias que le hacían falta para terminar negocios internacionales en Medellín al Miami Date College, donde estudió becada. Ahí estuvo dos años. Luego terminó la carrera en el estado de Missourie en 2003.

Ese año dejó de jugar voleibol y se dedicó a buscar trabajo. Como para ese momento el país estaba en crisis económica, ella comenzó a trabajar en un campamento de verano. La mamá de una niña que participó la contactó con un colegio de Miami para que trabajara como profesora de educación física. Aceptó.

Un par de años después vino a Colombia de visita y cuando regresó a Miami no la contrataron de nuevo. Sin embargo, por su preparación profesional consiguió un empleo como maestra de matemáticas en el mismo colegio.

“Cuando yo iba al colegio los niños me hacían el día. Mi esposo viajaba y yo mantenía sola. La docencia me ayudó mucho para aguantar la soledad”. Olga construyó su vida en Miami, se casó con el que hoy es entrenador de la universidad donde estudió y tiene una hija que heredó de ella la vena del voleibol.

La historia de las becas para deportistas comenzó a escribirse en los 90 y Olga fue una de las que abrió el camino. Hoy está cerca de cumplir 49 años y dice en Colombia hay mucha calidad para aprovechar las oportunidades que hay en el plano internacional

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