Es marzo de 2024 y por lo menos cuatro estrellas del deporte mundial están sancionadas por dopaje en este momento. Todos practican actividades diferentes. Cada uno tiene encima una penalización por un motivo distinto, pero todo apuntaría a que estamos asistiendo a un nuevo “boom” del doping, como el que ocurrió en los años 90.
El caso más sonado en los últimos días, que llevó a que se pusieran de nuevo los focos sobre el tema, fue el del futbolista francés Paul Pogba, quien juega en la Juventus de Turín y fue suspendido durante cuatro años por la Agencia Antidopaje de Italia porque encontraron rastros de testosterona en un control que le hicieron en agosto de 2023.
Pogba, que fue campeón del mundo con Francia en el Mundial de Rusia 2018, no juega con el equipo italiano desde el pasado mes de septiembre, cuando se conoció el positivo del futbolista, que solo podrá volver a las canchas en febrero de 2028, cuando tendrá 35 años.
También está el caso de atleta español Mo Karthir, quien fue suspendido por dos años por la Unidad de Integridad del Atletismo, luego de que evadiera tres controles antidoping entre el 28 de febrero de 2023 y el 10 de octubre de ese año. El corredor, que es experto en distancias como los 5.000 metros planos, aceptó los cargos por los que lo señalaban y se perderá los Juegos Olímpicos de París, en los que era candidato a ganar medalla.
La joven patinadora rusa Kamila Valieva (17 años), que fue la gran figura del comité que representó a su país en los Juegos Olímpicos de Invierno que se realizaron en 2022 (hizo un quad, salto con cuatro giros sobre el eje del cuerpo que es el movimiento más difícil de lograr en esta práctica deportiva), fue sancionada con cuatro años por el uso de trimetazidina durante los campeonatos nacionales de Rusia en diciembre de 2021.
También la tenista rumana Simona Halep, que tiene entre su palmarés el Roland Garros de 2018 y Wimbledon 2019, fue suspendida por cuatro años en octubre de 2022 porque le encontraron rastros de roxadustat en un test de orina que le hicieron durante ese mes. Volvería a competencias en dos años (2026).
Estos casos nos llevan a preguntarnos ¿Cuál es el origen del dopaje en los deportes? ¿A qué le apuntan los deportistas cuando consumen alguna sustancia en sus cuerpos?
La segunda respuesta es simple: todos quieren aumentar su rendimiento deportivo. Algunos lo hacen de manera consciente, como suele pasar con los deportistas que se dedican a prácticas como el fisico culturismo. Otros, como pasó en el caso del ciclista Nairo Quintana, dan positivo en los test que les realizan debido al uso de algún medicamento que contenía alguna porción de la sustancia prohibida por su deporte.
Por otro lado, para responder la primera pregunta hay que irse atrás en la historia. “El dopaje siempre ha existido. Desde que empezaron a hacer controles se detectó que había deportistas que se ayudaban. Ahora lo que hay son más controles en número y frecuencia en los deportes y competencias. Por eso parece haber un aumento de casos”, aseguró el médico deportólogo José Fernando Arango, que trabaja en Canadá.
Y tiene razón. Desde el tiempo el tiempo de las competencias en el coliseo romano los deportistas tomaban algunas infusiones que les ayudaban a rendir más. En la América prehispánica los indígenas mascaban coca y recorrían distancias impresionantes sin cansarse –como ahora lo hacen los maratonistas– y en la Europa medieval algunos atletas mascaban hongos para aumentar su fuerza.
Sin embargo, el dopaje como lo conocemos ahora, con el uso de algunas anfetaminas, que son drogas estimulantes que llevan a que la conexión entre el cerebro y el cuerpo sea más rápida, así como el esteroides, que son la versión sintética de la testosterona, la hormona masculina que lo que hace es aumentar la fuerza, empezó después de que finalizó la segunda guerra mundial.
Hay versiones que aseguran que los alemanes, en su intención de ser los más fuertes, la raza pura, empezaron a utilizar este tipo de ayudas en sus soldados y que luego lo pasaron a sus deportistas. Por eso hubo denuncias de que en la República Democrática Alemana se realizó un proceso de dopaje en sus deportistas entre las décadas de 1970 y 1980.
Lo mismo ocurrió con los deportistas soviéticos que participaron en las olimpiadas de 1980, que se realizaron en Moscú, que después de un estudio que se realizó en Australia fueron bautizados como los “Juegos de los químicos”.
Por todos esos antecedentes fue que se creó la Agencia Mundial Antidopaje, para prevenir que los deportistas “hagan trampa y pongan en riesgo su vida”, en 1999. Además, en los últimos años se aumentaron la cantidad de controles que se realizan en deportes como el fútbol, tenis, ciclismo y atletismo, que han llevado a que los casos de personas suspendidas hayan aumentado.