Igualdad y libertad. Ese es su eslogan, el propósito superior por el que ha luchado durante sus 79 años. Siempre estuvo dispuesta a dejar el pellejo para reivindicar el papel de la mujer en el deporte, la política, la sociedad, la vida.
Su lucha no fue fácil. Lo que hizo, lo que consiguió, tenía un alto grado de dificultad. En parte porque se enfrentaba con gente poderosa, con los dueños del negocio, personas que podían callar su voz, marginarla, hacerla quedar en ridículo. También porque su petición hacía tambalear los cimientos de la sociedad machista de la época.
Pero no le importó. A Billie Jing King no la paralizó la presión de los dirigentes de la Federación de Tenis de Estados Unidos (USTA, por sus siglas en inglés), que amenazaban con vetarla, no dejarla volver a jugar. Tampoco que referentes como Bobby Riggs –fue el mejor tenista del mundo en los años 40– dijeran que las mujeres eran inferiores en el otrora deporte blanco.
Lideró una revolución
Por el contrario, se empoderó y fue la cara visible de una generación del tenis femenino. Hizo uso del carácter arrollador que siempre ha tenido y que lleva a que algunas personas la miren con algo de distancia, de respeto, y alzó la voz reclamando que las mujeres que ganaran el US Open recibieran el mismo dinero que los hombres.
En 1973 lo logró. Lo hizo después de muchas horas de activismo, reclamos, discursos en los que confrontó el status quo, en los que se mostró en desacuerdo con que un tenista, por el simple hecho de ser hombre, recibiera más dinero que ella o cualquier colega.
Hace 50 años ella encabezó una revolución de la que no fue su primera beneficiaria (la ganadora de ese año del Slam norteamericano fue Margaret Court), pero marcó un hito que cinco décadas después Nueva York, una de las ciudades más demócratas (progresistas), de Estados Unidos, le celebró en el inicio de la edición de 2023.
Un reconocimiento sincero
El estadio Arthur Ashe estaba lleno. Era 28 de agosto de 2023 y en las tribunas había personalidades como el expresidente Barack Obama. Su eposa, Michelle, fue la elegida para dar el discurso de reconocimiento a Billie Jean King por la equidad salarial.
“Recordemos que todo esto es mucho más grande que el sueldo de un campeón: se trata de cómo se ve y valora a las mujeres en el mundo”, aseguró la exprimera dama estadounidense, quien luego aplaudió con fuerza cuando la homenajeada, en medio de su discurso, aseguró que el trabajo por la igualdad entre hombres y mujeres está lejos de terminar, que apenas empieza.
Una pionera
Londres. Final de Wimbledon de 1968. Billie ganó la primera edición del Slam inglés de la era abierta del tenis. “Es totalmente injusto”, dijo al recibir las 750 libras esterlinas que la organización le dio por quedar campeona, frente a las 2.000 que recibió Rod Laver.
Para entonces, en el mundo tomaba fuerza el movimiento de la liberación femenina. King estaba en sintonía con la idea de que a las mujeres no las debían estigmatizar. Por eso amenazó con boicotear, junto a sus compañeras, varios torneos si no igualaban los premios.
Pero fue más allá. Junto a las también tenistas Peaches Bartkowicz, Rosie Casals, Julie Heldman, Kristy Pigeon, Nancy Richey, Valerie Ziegenfuss, Judy Tegart Dalton y Kerry Melville Reid, crearon en 1971, con el apoyo de la editora de la revista Tennis, Gladys Heldman, el circuito Virginia Slim, el pionero del profesionalismo en Estados Unidos.
En 1972, después de ganar el Abierto de Estados Unidos, repitió el discurso de la igualdad salarial después de que a Ilie Nastase, campeón masculino, le dieran un premio 25.000 dólares, mientras que a ella solo le entregaron 10.000. Entre sus argumentos utilizó el Título IX, una ley que el Congreso aprobó ese año y en el que estableció que ninguna persona podía ser excluida por motivos de género.
Al año siguiente, como ya dijimos, la organización del US Open equilibró los premios entre hombres y mujeres. En junio de 1973, Billie Jean King creó la WTA (Asociación de Tenis Femenino). Con eso se convirtió en la primera mujer dirigente de la historia de este deporte.
El 22 de septiembre de ese año enfrentó a Bobby Riggs en un partido conocido como “La batalla de los sexos”. Ella ganó. Él tuvo que dejar de hacer sus comentarios machistas. Después se dedicó, como lo sigue haciendo, a luchar por la equidad y el bienestar de las tenistas.
Mauris eu justo ac erat congue viverra ac sed libero. Quisque suscipit mauris vel felis elementum feugiat. Proin sit amet consequat nulla. Nulla facilisi. Cras sem ipsum, tincidunt eget ultricies id, volutpat quis est. Cras scelerisque magna vel lorem euismod fermentum. Donec pulvinar urna vitae orci fermentum mollis.
Nunc et quam augue, id tempus dolor. Etiam orci magna, euismod eget tempus sed, congue id mauris. Nunc gravida sem quis lectus facilisis malesuada. Duis quis arcu in lacus vestibulum vulputate. Etiam commodo mauris eget enim viverra at faucibus nibh volutpat. Donec viverra ultricies consectetur. Ut sed ipsum lorem, sit amet fermentum dui. Praesent sollicitudin fringilla mi, at lobortis purus molestie non. Vivamus varius pulvinar orci, in porttitor dui semper nec. Sed tristique, dui sit amet consequat consectetur, sem velit semper est, vitae pharetra nulla arcu nec justo. Nullam quis sapien nisi. Donec a pe
2020
fue el año en que cambiaron el nombre de la Fed Cup y le pusieron Billie Jean King Cup.