El año en que murió, pintó un bodegón de sandías. Sobre una rebanada de frutas coloridas escribió: “Viva la vida”. No tenía remordimientos a pesar de su historia: A los seis años contrajo polio, a los 18 años quedó discapacitada y tuvo que someterse a más de 30 operaciones quirúrgicas, tuvo varios abortos involuntarios y una atormentada relación amorosa.
¿Quién era Frida Kahlo (1907-1954) más allá del mito de una mujer atormentada? ¿Por qué su obra inspira alegría, a pesar de todo?
A esto le apunta el nuevo documental que se estrenará Cine Colombia el próximo jueves 28 de noviembre con funciones exclusivas hasta el domingo 1 de diciembre.
Hablamos con la fotógrafa y curadora Christina Kahlo, sobrina nieta de la artista mexicana. Ella es ahora una de sus principales divulgadoras y ha hecho exposiciones especialmente alrededor de la imagen fotográfica de Frida.
Hay la idea de una Frida sufrida, pero también llena de vitalidad. De todos los aspectos difíciles por los que pasó, ¿cuál es la justa medida de su sufrimiento?
“Esa pregunta es difícil. Efectivamente sufrió mucho. Calcula nada más que tuvo 30 operaciones en total, una agresión al cuerpo que ya es de por sí algo complicado. A eso se le suma los sucesivos problemas con Diego Rivera, que se peleaban, iban, venían, se divorciaban y se volvían a casar. Era una relación salpicada de altibajos. Pero Frida era una mujer en el fondo alegre, se ve en las fotografías y en los colores que usaba. Ella era una alegoría a la belleza, como las flores en la cabeza. Creo que fue alguien que su sufrimiento lo sublimó en algo estético”.
Es uno de los puntos esenciales del documental. En este se dice que el accidente que sufrió a los 18 años, en un autobús, creó a dos Fridas, a la mujer y a la artista. ¿Qué significa?
“Desde niña fue muy inquieta y rebelde. El accidente transformó su vida porque en realidad ella quería estudiar medicina. Luego de que le sucede lo del autobús, empieza a dibujar y pintar gracias a Guillermo Kahlo, que era fotógrafo de arquitectura y un aficionado acuarelista.
Por lo tanto, Frida tenía cierto conocimiento en torno a la fotografía y la pintura. Y es desde el accidente que empieza su pasión por el arte”.
También le ayudó a formar su carácter. ¿Cómo fue?
“Sí. En la Escuela Nacional Preparatoria tenía un grupo de amigos que se hacía llamar Los Cachuchas que eran muy politizados y rebeldes, lo que la fue forjando así. Ella ya tenía en su personalidad esa fortaleza y además, como su padre, era una gran lectora”.
Se ve en el documental que Kahlo ha promovido en el mundo otro tipo de valores, más allá del artístico...
“Efectivamente, cuando se casa con Diego Rivera él ya era un artista muy reconocido en México pero también tenían una gran diferencia de edad. En la prensa mexicana se manejó su matrimonio como el de un elefante y una paloma porque Frida era pequeña y Rivera era muy grande físicamente –además de ser muy reconocido–.
En un principio ella no se pensaba a sí misma como una gran artista. Fue a lo largo del tiempo, con la admiración de Rivera, que Kahlo se fue convirtiendo en una artista en toda la extensión de la palabra. Lo que es interesante es que cada uno mantuvo su estética y voz, algo que hay que admirar en el tema artístico.
En cuanto a intereses, luego de que ella se casa con Diego, fue que apareció el arte prehispánico en Kahlo. Rivera era un gran coleccionista de este tipo, llegó a juntar 60.000 piezas que actualmente están en el Museo Anahuacalli”.
¿Y cómo se refleja Frida Kahlo en su obra?
“Se ve en algunos de los autorretratos. Ella siempre va a ser una artista que va a hablar de sí misma, mientras que Diego va a hablar de México, como muralista y retratista.
La obra de Frida va a ser autorreferencial ciento por ciento. Ella decía: ‘Me pinto a mí misma porque soy el personaje que más conozco’. El hecho de que se haya convertido en un ícono es porque la gente la admira y se siente conmovida frente a ella, por la forma en que se mostró y lo compartió con los demás”.
El pueblo siente a Frida...
“Se identifica en muchos aspectos. En la Casa Azul he visto llegar a gente en silla de ruedas porque es gente que se relaciona con ese dolor corporal. Y es que quisieras tener la fortaleza de este personaje, de seguir adelante en la vida y tener una relación amorosa tan intensa.
Si usted es una mujer muy politizada también se va a identificar con Frida. Si eres engañada te vas a vincular, porque era engañada por Diego. Pero ella también hacía lo mismo con él, por lo que si eres una mujer que engaña al marido te vas a identificar con esa mujer que fue libre sexualmente y pudo hacer de su vida lo que ella quiso, a pesar de todo. Es tan multifacética que la gente vincula de muchas formas”.
¿Cómo fue su primer contacto con Frida?
“Mi papá murió cuando yo tenía 13 años, no hubo mucho tiempo de platicar. Pero Frida era parte de la familia, era la hermana de mi abuela, la tía pintora. Mi padre me contó que él vivió en la Casa Azul un tiempo porque su madre trabajaba en el centro de la ciudad.
Mi primer contacto con ella fue a través de un libro que había en la biblioteca familiar, en Coyoacán, cuando yo tenía 10 años. Saqué el libro y vi unos cuadros que me impresionaron muchísimo. Imagínate a esa edad ver unos cuadros como ‘La columna rota’, me parecía dramático.
Finalmente, entendí el vínculo entre la tía de mi papá y el arte que ella creaba, era tan contundente la imagen que supe que fue una mujer que había sufrido mucho”.
Tras su muerte, Diego Rivera heredó su obra y luego este la cedió al pueblo mexicano. ¿Cómo funciona la administración de las pinturas de Kahlo?
“Cuando muere Frida, Diego hace un fiduciario y en él deja el Museo Frida Kahlo y el Anahuacalli, que es el que resguarda la colección prehispánica de Rivera. Estos dos son manejados por el fiduciario, el que se encarga de todo lo relativo a reproducciones de una obra, por ejemplo. El fiduciario se encarga de cobrar las regalías por el uso de las obras y ese dinero se va para mantenimiento del museo, exhibiciones, restauración de los textiles y documentos”.
¿Cuál es su relación con Frida Kahlo?
“Soy sobrina nieta. Yo soy nieta de Christina Kahlo, la hermana menor de Frida, hija de Antonio. De todas las mujeres que tuvo Guillermo (padre), que fueron seis, dos con su primer matrimonio y cuatro con el segundo, la menor de todas fue Christina, que tuvo dos hijos. Yo soy hija de Antonio. Frida era mi tía abuela.
¿Le gustó el documental?
“Sí, porque maneja diferentes aspectos, tienes por un lado las entrevistas; el manejo de época, del presente al pasado; esos pie de página con la chica que narra; y luego la metáfora de la mujer. Me gusta el título, ‘Viva la vida’, una frase que se conoce de Kahlo, plasmado en un bodegón muy alegre que ella pinta en 1954, cuando su cuerpo está francamente deteriorado.
Eso nos habla de esa Frida con esa fortaleza que aún, a pesar de estar en un declive físico, ella puede decir eso, ‘Viva la vida’”..