“Siempre empiece con el problema. Enamórese del problema, no de la solución”. Así resume Uri Levine, cofundador de Waze, la filosofía que lo ha llevado a construir algunas de las startups más influyentes del mundo.
En su momento, su app de navegación colaborativa innovó a nivel mundial al permitir evitar el tráfico en tiempo real, lo que llevó a que Google la comprara por 1.150 millones de dólares en 2013. Hoy es considerada una de las startups más exitosas de la historia y una de las mejores ideas salidas de Israel. Fue, en sus palabras, el emprendimiento que “puso al país en el mapa del ecosistema tecnológico global”.
Levine pasó por Medellín como panelista en StartCo, la mayor rueda de negocios para startups en Colombia. Lo hizo con el entusiasmo de quien ha fracasado muchas veces, pero también ha creado valor desde cero y ha vendido más de una empresa por cifras millonarias. “Cuando intentamos construir algo que nadie ha hecho antes, creemos que sabemos lo que estamos haciendo, pero la realidad es que no”, dice con convicción, al ser consultado por su experiencia como cofundador de la plataforma.
Desde su experiencia como emprendedor en serie y autor del libro Enamórate del problema, no de la solución, Levine habló con EL COLOMBIANO sobre las claves para emprender desde un país como Colombia, cómo afrontar el fracaso y por qué los emprendedores deben obsesionarse con los dolores del usuario más que con la perfección de su producto.
¿Cuál es el primer paso que debería dar quien quiere crear una empresa?
“Siempre hay que empezar con el problema. Enamórese del problema, no de la solución. Es un principio muy simple: construir una empresa es una carrera para crear valor, y la forma más directa de hacerlo es resolviendo un problema. Primero piense en un problema. Luego valide que ese problema existe: hable con personas que lo experimentan, escuche cómo lo perciben. Solo después de entenderlo bien, empiece a construir una solución”.
¿Por qué insiste tanto en que hay que enamorarse del problema y no de la solución, como titula su libro?
“Porque cuando se enfoca en el problema, este se convierte en su estrella del norte: lo guía, le muestra el camino. Le ayuda a desviarse menos y aumenta sus probabilidades de tener éxito. Además, genera conexión con los usuarios.
Si en 2007 yo hubiera dicho “voy a construir un sistema de navegación basado en inteligencia artificial”, la gente habría respondido “interesante”, pero no les habría importado. Pero si decía “voy a ayudarte a evitar el tráfico”, entonces sí les importaba. Cuando al usuario le importa, quiere que usted tenga éxito y lo va a ayudar a lograrlo”.
Muchos emprendedores están obsesionados con ganar dinero, ¿cuál debería ser su prioridad?
“El dinero viene por atracción. Si solo tiene una historia, no va a funcionar. Si tiene atracción por número de usuarios, clientes, uso repetido, entonces puede conseguir capital.
La primera etapa es entender el encaje con el mercado. Es muy fácil: si usted crea valor, los usuarios regresan; si no regresan, es porque no creó valor. Si no encuentra ese encaje, la startup muere”.
Usted habla mucho del fracaso. ¿Por qué cree que es tan importante; le pasó en su experiencia al crear Waze?
“Porque esta carrera de crear apps globales o servicios innovadores tiene tres dimensiones: es larga, tiene muchos altibajos, y está llena de fracasos.
Estamos intentando construir algo que no existe, y creemos que sabemos cómo hacerlo... pero no es así. Lo intentamos, no funciona. Lo volvemos a intentar. Si usted le tiene miedo al fracaso, ya fracasó, porque no lo va a intentar. Albert Einstein decía: “Si nunca ha fracasado, es porque no ha intentado nada nuevo”. Si va a intentar cosas nuevas, va a fallar. Y lo ideal es fallar rápido. Eso le da tiempo para otro intento, otra versión del producto, otra estrategia”.
¿Cuál es el peor error que cometen los nuevos emprendedores?
“Intentar ser perfectos. El peor enemigo de lo bueno es lo perfecto. Muchos siguen mejorando el producto sin sacarlo al mercado, en lugar de ponerlo allá afuera y ver qué necesita realmente el usuario. Salgan lo antes posible, incluso si no está listo. Láncelo, aprenda y mejore”.
¿Qué cree que necesitan los emprendedores colombianos para construir empresas globales?
“La realidad es que es muy poco probable que un líder global salga de esta región. Si usted empieza en Medellín, y le va bien, lo siguiente es Bogotá, luego quizás Lima o México. Se queda en la región. Y durante mucho tiempo, sigue siendo una empresa latinoamericana. Pasar de liderar en Latam a liderar en el mundo es muy difícil. Pero la buena noticia es que Latinoamérica es un mercado muy grande: 650 millones de personas al sur del Río Grande. Si usted puede ser exitoso aquí, puede construir una gran empresa”.
¿Cuáles considera que son las mayores oportunidades para emprender en hoy Latinoamérica?
“Hay buenas y malas noticias. La mala es que aquí hay muchos problemas. La buena también es que hay muchos problemas. En servicios de salud, educación, finanzas... casi cualquier área tiene espacio para mejorar.
He visto una evolución impresionante desde que vine a lanzar Waze en la región, en 2010 o 2011. En ese entonces no había unicornios ni en Colombia ni en Brasil o Argentina. Hoy MercadoLibre vale miles de millones, y hay unicornios en casi todos los países, por ejemplo Rappi en Colombia. El ecosistema creció porque hay más inversionistas, más conocimiento y menos miedo a fallar”.