El escritor Salman Rushdie –condenado a muerte a finales de los ochenta por el líder religioso islámico Ruhollah Jomeini– fue atacado este viernes mientras se disponía a dictar una conferencia en el oeste del estado de New York. Según informes de la prensa internacional, un hombre irrumpió en el escenario para golpear y apuñalar al escritor de origen indio.
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La orden de muerte –la fatua, en lenguaje islámico– la emitió el ayatolá después de la publicación de Los versos satánicos, la novela en la que Rushdie narra en clave de humor el origen del Corán al aprovechar la leyenda de los versos que el diablo habría introducido subrepticiamente en el texto del profeta Mahoma. En su momento, la publicación provocó un enorme debate sobre los límites de la libertad de expresión frente al sentimiento religioso.
Hasta el momento no hay informes que aclaren el estado de salud de Rushdie ni la identidad del atacante. Varias organizaciones fundamentalistas han respaldado el decreto de asesinato ofreciendo hasta tres millones de dólares en pago por atentar contra el autor.
En 2012, Rushdie publicó el libro de memorias Joseph Anton, en el que cuenta la forma en la que la orden del líder iraní cambió su vida al punto de convertirlo en el escritor custodiado las 24 horas del día por un cuerpo policial.
El hecho es un capítulo más en la tensa relación de la libertad de expresión y la sensibilidad religiosa, que tuvo uno de sus momentos más crudos en la masacre de los dibujantes del semanario Charlie Hebdo, realizada por dos hombres enmascarados los primeros días de enero de 2015. El asunto ha escalado a ser un tema de Estado: cuando en 2007, la reina Isabel II le concedió a Rushdie el título de Sir, Irán, Egipto y numerosas organizaciones islámicas protestaron, leyendo el acto como una provocación del Reino Unido.
Se esperan noticias del estado de salud del escritor.