El de Riosucio no es un diablo cualquiera, este es uno bacano, que todo el mundo quiere, que invita a la unión, a la reconciliación.
“El diablo es una figura que queremos, porque entendemos lo que significa. Es un símbolo que invita a soñar, a estar en paz, a disfrutar la fiesta, a portarnos bien, porque si no, ‘nos lleva el Diablo’. Es la antítesis del católico y en su figura hay una suma de elementos culturales de los primeros habitantes, que fueron indígenas, negros y blancos”, señala Mónica Quintero Restrepo, riosuceña y fiel participante del Carnaval, ese que se celebra desde hoy hasta el 6 de enero.
Más que un momento de fiesta y celebración, el Carnaval es un verdadero espacio cultural, así lo explica a El Colombiano Aníbal Alzate, matachín y conocedor de la historia.
¿Por qué es tan importante para ustedes como riosuceños este Carnaval?
“Es una celebración que tiene más de 170 años y como celebración urbana esta cerca de la fundación de Riosucio, integrada por las tres culturas que poblaron esa región: la europea, la africana y los indígenas. Riosucio no fue fundado sino que fue trasladado por la gestión de dos sacerdotes, una parte de la comunidad se ubicó en la Plaza de la Candelaria y la otra en la Plaza de San Sebastián, ambas separadas por la calle del comercio y no podían pasar de un lado a otro, pues había pugna por el territorio, con problemas de orden social. De todo lo que ocurrió ahí se fue gestando el carnaval y la preocupación de los sacerdotes por esa situación, llevó a hacer una fiesta conjunta y esa celebración urbana se transformó en lo que hoy es el Carnaval, por lo tanto, nace como una necesidad de reconciliación de las comunidades”.
¿Por qué es tan importante el diablo en esta fiesta?
“En el Carnaval aparecen elementos de las diferentes culturas, de la indígena están los rituales, la música, la danza y el dios Sol que lo representaban con una máscara parecida al jaguar, que era el animal con el que lo relacionaban. En ese momento los curas comienzan a decir que ese es el diablo y toma fuerza la idea del diablo en la fiesta, hasta que se convierte en la figura central. La importancia de ese diablo es que une a la gente, la fraterniza”.
¿Y las cuadrillas? Estas también son parte central de la fiesta...
“Son grupos de disfrazados que toman un tema, van y le cantan a otro grupo y ese les devuelve los cantos. Estar en una de ellas es hacer parte del Carnaval transmitiendo un mensaje libre de la realidad del país, del mundo, haciendo una crítica”.