Hace poco más de un mes, Santiago Marín –conocido en el circuito del rap colombiano con el seudónimo de Métricas Frías– lanzó el video de Funeral, una canción en la que habla de su depresión y de los demonios que lo asediaban. En apenas tres minutos, el artista antioqueño dejó el testimonio de una conciencia atormentada por la tristeza y el dolor. En un pasaje de la producción audiovisual extrae de sus bolsillos manotadas de cápsulas.
La cultura del Hip Hop ha extendido sus lazos en Colombia hasta alcanzar una cantidad considerable de seguidores. Eso quedó claro con el revuelo causado por la muerte de Marín. Él y Doble Porción, el grupo que conformó con Julián Cañas en 2021, figuran en la lista de las bandas emblemáticas de la lírica callejera, al lado de Ali A.K.A Mind, Alcolirycoz, No Rules Clan y Lianna.
Doble Porción estableció una tendencia que les hizo ganar fama. Mostraron una estética diferente, un rap más callejero, con mucha influencia trap, dice el crítico musical Diego Londoño. Y la ciudad es líder de ese sonido en el país, sin duda. No es cuestión de territorio, precisa Londoño, sino que quizá influye que los nuevos productores salen de acá, lo que establece una nueva forma de sonar y contar sus realidades. Medellín tiene historias que se pueden cantar sin ficcionalizar tanto, perfectas para el rap.
Tras la noticia de la muerte de Métricas Frías, ocurrida el pasado viernes, de inmediato sus seguidores escribieron mensajes despidiéndose. Funeral no fue la única obra en la que dejó testimonio de sus dolores. El tema 6:30 tiene unos de los versos más contundentes del Hip Hop colombiano: “El límite no es el cielo, es el ataúd (...)/ yo paso por situaciones serias y he estado en mute/. Mi depresión es mi virtud”.