Tienen un objetivo común bastante claro y se unieron para hacerlo realidad. La compañía paisa Imaginer Films, tras 11 años de experiencia en la industria audiovisual, se vincula a dos nombres colombianos reconocidos en la producción y dirección de cine y TV, Simón Brand y Daniel Eilemberg, para crear Clover Studios y hacer de Colombia el centro de producción más importante de Sudamérica.
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“Desde hace mucho tiempo he tenido ganas de armar algo propio en Colombia”, le contó a EL COLOMBIANO el director Simón Brand, recordado por la película Paraiso Travel y su reciente paso al frente de algunos episodios de Law & Order: Organized Crime. “Llevo mucho tiempo afuera, y yo siempre sentía que Colombia estaba en un crecimiento exponencial en el campo de la producción”.
Simón se conocía con Daniel desde el colegio, y con Laura Franco y Julio César Gaviria, los fundadores de Imaginer Films, había trabajado en varios proyectos. “Con Laura y con Julio, tuve una excelente experiencia, no solamente como profesionales, sino como seres humanos, y para mí es uno de los aspectos más importantes, porque en este tipo de matrimonios lo que más vale no es solamente la experiencia, ni la capacidad de responder a las necesidades de cualquier proyecto, sino también el trato humano”.
Otro punto importante de este “matrimonio”, como lo llama Simón, es Medellín. “Medellín es de las pocas ciudades en el mundo que ha logrado cambiar su narrativa a través de los años, de una manera impresionante y tener la base aquí, tener la infraestructura con la que contamos con Imaginer se ha dado de una manera natural”, reitera el director.
El crecimiento local
Julio César Gaviria rememora ese punto de quiebre que tuvo la ciudad en la producción audiovisual. Fue hace cerca de 12 años con el video de la candidatura de Medellín para los Juegos Olímpicos de la juventud, dirigido por Brad Furman, que era el primer gran proyecto internacional y que, además, traía al operador de tomas aéreas de la película Batman, el Caballero de la Noche, de Christopher Nolan. “Ese proyecto detonó el desarrollo de esa industria. Luego llega Narcos, de Netflix y después American Made, de Tom Cruise, todos proyectos con mucha gente de Bogotá y técnicos de fuera del país”.
Pero aquí había talento y ganas, también gracias a esos pioneros de la industria audiovisual local como Víctor Gaviria, y tras American Made empezaron a llegar más proyectos con producciones más grandes para Netflix, Prime Video, y hasta películas de Israel y de Polonia.
“Nosotros fuimos los primeros en producir directamente para Netflix en Medellín, empezamos a abrir otro camino”, detalla Laura Franco, quien precisa además que esa diferencia de lo que empezaron a hacer hace más de una década hasta hoy también está marcada por los cambios en las leyes de cine en el país.
La Ley de Cine 1556 de 2012 permitió que producciones extranjeras vinieran a Colombia, “y en ese mismo sentido tuvimos transferencia de conocimiento para las personas acá, porque en Narcos, por ejemplo, tuvieron que traer mucha gente, muchas cabezas de departamento, incluso muchos técnicos, porque no contábamos con el suficiente personal”, cuenta Laura.
La experiencia sumada en estos años ha hecho no solo que el personal local se capacite para estar a la par de esos estándares internacionales sino también que se entiendan las dinámicas de producción cinematográfica a ese nivel.
“Siempre que venía a filmar a Colombia, ni siquiera solamente a Medellín, a Colombia, tenías que traer gente de otros lugares y ya no es necesario”, detalla Simón, quien agrega que justo hace poco hicieron un proyecto en la ciudad en el que el 98 % del crew (técnicos y trabajadores necesarios para la realización de un rodaje) era de Medellín.
“El año pasado rodamos dos películas, una en Río Claro y otra en Guatapé, que tenían alrededor de 300 personas y 120 personas, respectivamente, de las cuales el 95 % del equipo era gente de Medellín, y esto es gracias a todo lo que ha ido pasando”, reitera Julio.
Retos y proyectos
Para lograr que Colombia sea el centro de producción más importante de Sudamérica hay que seguir trabajando. Daniel reitera que todavía hay limitaciones de infraestructura, “que es algo que nosotros estamos evaluando en inversión. Se ha avanzado muchísimo en temas de formación, pero aún hay que seguir entrenando gente que vea esto como una potencial carrera, que haya cursos técnicos y posibilidades para que la gente dé los primeros pasos, que son muchas veces los más difíciles, para entrar a una industria, ahí hay cierto camino por construir. Y finalmente, creo que es traer proyectos más grandes, más ambiciosos. Hay una labor de salir a educar al mundo de todas las posibilidades que hay en Colombia y competir por esos proyectos que quizás hoy día se están yendo a Bulgaria, inclusive a México, y cómo podemos salir a contar la historia de Colombia, ofrecer el país y hacer que la gente entienda y lo vea como una posibilidad. Creemos que Colombia tiene chance de convertirse en el hub de producción más importante de Latinoamérica”.
Clover ya se está moviendo, “estamos desarrollando y produciendo proyectos, no solamente a nivel nacional, en ciudades como Cartagena, Nariño, Medellín y Bogotá, sino en otros países. En este momento Brasil, Estados Unidos, España. Nosotros somos nacionales, somos internacionales”, cuenta Julio.
Y añade que justo en este momento están en la preproducción de una serie que va a ser estrenada en el 2026, “y empezaremos a rodar dentro de un mes. Es dirigida por Simón. Es para una plataforma muy importante, una serie que sin ninguna duda va a ser histórica en el país. Hasta ahí te puedo contar”. El camino de Clover Studios y el crecimiento de la industria audiovisual local ya comenzó.
¿Por qué se llama clover studio?
Clover traduce trébol en español. Julio César Gaviria cuenta que un trébol de cuatro hojas es el símbolo perfecto para representar esta unión, pero sin olvidar que son un grupo muy consolidado, “hay casi veinte personas detrás de nosotros trabajando de base en la compañía. Definitivamente entendimos que necesitábamos repotenciar la marca, encontrar una palabra que fuera fácil de pronunciar tanto en español como en inglés, y nos pareció muy contemporáneo y moderno”.
