Después de muchos dolores de parto, guerras intestinas y combates en llanuras y montañas, bien podría decirse que Colombia nació en un templo. La firma de la Constitución de Villa del Rosario, un día como este miércoles hace 200 años en la iglesia de este pueblo, ubicado en el cruce de caminos entre la entonces Nueva Granada y Venezuela, le dio vida a la Gran Colombia y edificó las bases jurídicas de la nación.
Fue en ese templo donde se instaló el Congreso, en mayo de 1821, presidido por Antonio Nariño, y que reunió a 57 diputados de 19 provincias. Sesionó durante 200 plenarias por cinco meses hasta que la república extensa soñada por Bolívar, que incluía a Ecuador, Panamá, Venezuela y Colombia, emergió. Esa efeméride se conmemoró este miércoles en el parque Grancolombiano de Villa del Rosario, con dos ofrendas florales al Libertador Simón Bolívar y a Francisco de Paula Santander, amenizada con un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional y las participaciones del Cholo Valderrama, Maia y el grupo Delirio.
La comitiva, encabezada por el presidente Iván Duque, visitó el monumento de los Mártires y los Diputados. El mandatario destacó la importancia y el significado de la Constitución de Villa del Rosario, que cimentó la estructura del orden constitucional.
“Las semillas de libertad e independencia de 1810, defendidas ante la tiranía en los campos de batalla y atesoradas en los corazones de los patriotas encontraron en esta Constitución el soporte necesario para crecer”, expresó el mandatario.
En efecto, la Constitución de Villa del Rosario generó una serie de reformas sociales estructurales, como la ley de libertad de vientres (la esclavitud terminaría 30 años después), la declaración de los indígenas como ciudadanos iguales en derechos, la abolición de los tribunales de la inquisición y la disposición de las propiedades embargadas a los monasterios como escuelas secundarias.
La primera carta magna forjó, además, las figuras de presidente y vicepresidente, nacieron la Alta Corte de Justicia, las Cortes Superiores, los tribunales y los juzgados inferiores en el poder judicial, y un congreso bicameral. También impuso el centralismo como régimen político, dividió el territorio por departamentos y estableció un gobierno representativo.
Luis Antonio Hernández, presidente de la Corte Constitucional, destacó que los diputados citados en el templo histórico hace dos siglos proclamaran una carta conforme a las ideas más avanzadas del pensamiento político, y con apego a derechos civiles como libertades de pensamiento y opinión, la presunción de inocencia y el debido proceso.
A propósito, los presidentes de las altas cortes suscribieron una declaración en Villa del Rosario en la que llaman a respetar los principios judiciales, sin importar los cambios políticos y sociales. Pidieron respetar el sistema integral de justicia transicional que tiene, como compromiso, la satisfacción de los derechos de las víctimas, la justicia, la reparación y la no repetición.