En promedio una langosta joven muda al año unas cinco veces el exoesqueleto, esa piel dura que la protege de los depredadores y del mundo. Lo hace porque mientras ella crece la armadura conserva el mismo tamaño y le quita movilidad, la asfixia. Esa imagen de la biología de los crustáceos y una frase del libro Un soplo de vida, de Clarice Lispector –“la escritura me libera de la difícil carga de ser una persona”– fueron la semilla conceptual de Aturdir, de Anamnésico Colectivo Teatral. La obra comienza temporada el 16 de febrero e irá hasta el 18 en la Casa del Teatro de Medellín –Prado Centro–. Con esta propuesta dramatúrgica el grupo obtuvo en 2022 una beca nacional concedida por el ministerio de cultura.
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En la sala de ensayo de Anamnésico, mientras se ajustan los detalles del estreno, el director Felipe Caicedo recuerda el itinerario de lecturas y vivencias que dio sentido a Aturdir. En ese camino echaron mano de muchas cosas: de las reflexiones de Octavio Paz y Gastón Bachelard, de elementos biográficos de las actrices Moonica Marín, Catherine Fernández y Johanna Londoño, de la sabiduría popular de una vecina de Felipe que respondió un saludo con una frase de todos los días: “ahí vamos, en la lucha”.
Desde siempre la existencia ha sido un combate con los otros, con la realidad y, sobre todo, con uno mismo. Y de eso trata Atudir: de una mujer “que está en pogo con su interior, que pelea consigo misma”, dice Felipe. En consonancia con ello, la estructura de la obra reproduce los tiempos reglamentarios de una pelea de boxeo: doce asaltos de tres minutos con un minuto entre cada salida. Además, quienes asistan a las funciones encontrarán que un cuadrilátero es el escenario.