Tal vez lo ha pensado: qué bueno estar incapacitado por varios días y descansar del trabajo, parar un rato. Esos eran los pensamientos frecuentes del experto en liderazgo Kyle Hergarty hace varios años. Gracias a ellos descubrió, en una época de mucho trabajo, que algo andaba mal con su situación laboral.
“Sabía que necesitaba parar y eso me llevó a soñar despierto con que la mejor solución era lastimarme”, relató Hegarty, autor del libro El Nómada de los negocios accidentales (2020), en una columna publicada en el medio Quartz el pasado 31 de julio.
En su historia cuenta cómo el agotamiento laboral o “síndrome de burnout” lo llevaron, literalmente, a quemarse a sí mismo y su equipo de trabajo, y da algunas luces para evitar que eso mismo le pase a otros trabajadores en remoto en esta época.
El médico neuropsiquiatra Jorge Franco, fundador del Centro Mente Aprende, explica que aunque el “síndrome del burnout” o del trabajador quemado no está aceptado como una categoría diagnóstica de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, sí tiene unos síntomas muy claros.
Él menciona la irritabilidad, la pérdida de capacidad de disfrutar las cosas, la alteración de la realidad, la falta de emociones equilibradas y también resalta afectaciones físicas como problemas gastrointestinales, lumbares y disminución del deseo sexual, entre otros.
“No es nuevo y existe hace mucho tiempo. Ahora se escucha más, pero es importante que uno aprenda a diferenciar si lo que está viviendo en esta época es estrés como una respuesta normal a los cambios o si se trata de algo crónico”, indica el especialista en salud mental.
¿Y cómo se aprende a diferenciar el cansancio de un síndrome de agotamiento que pone en riesgo su salud? Franco hace énfasis en aprender a escuchar su cuerpo, las señales que le envía el cuello, la espalda, la cabeza, su mente y sus pensamientos y tomar acciones. Hablarlo con alguien, con su jefe, y si no puede, un terapeuta, un amigo o alguien de confianza. Ese es un buen primer paso.
La magia de los cambios
En palabras de Nicolás Cadavid, psicólogo clínico y profesor de la Universidad CES, parte de la crisis que muchos enfrentan en este tiempo con la vida laboral está en que desaparecieron esas caminatas para llegar al trabajo, las conversaciones con los compañeros, el café a la mitad de la mañana, el gimnasio después de la jornada o la salida el viernes, después de una semana pesada, a tomar unas cervezas.
Cadavid pone esas situaciones como ejemplo de la importancia del cambio desde el punto de vista psicológico. “Eliminar esos momentos, aunque parezcan insignificantes, tienen unos efectos muy fuertes porque de alguna manera el cerebro siente que hay un cambio de ambiente y eso es importante para la creatividad y la productividad”.
Según el psicólogo, incluso dentro de su casa usted puede esforzarse por salir de la rutina; recomienda cambiar de espacio, moverse por la casa, cambiarse de ropa al terminar la jornada si es necesario, olvidar el celular cuando termine su turno, proponerse comer un menú nuevo o aventurarse a aprender otras actividades que pueda hacer desde la virtualidad.
Sin normalizar la carga
Por su parte, el médico y abogado Camilo Gómez, vicepresidente de promoción y prevención de la compañía de seguros Positiva, hace énfasis en que en esta época los empleadores tienen una responsabilidad esencial en cuidar el talento humano.
El especialista toma como referencia las palabras del sociólogo británico Zygmunt Bauman para explicar por qué es más fácil caer en este momento en un estado de agotamiento nocivo: “En la Guerra Fría la sociedad estaba en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo. Ahora mismo enfrentamos ese escenario, y a eso hay que sumarle las redes sociales, que muestran reacciones y noticias todo el tiempo. No está mal no saber cómo manejar el trabajo desde casa, es un gran reto, por eso los empleadores se deben cuidar de someter a sus colaboradores a un nivel de estrés superior del que ya vivimos”, indica Gómez.
Prácticas como pedir tareas cuando la jornada laboral ha terminado, enviar correos y mensajes de WhatsApp a horas por fuera de las acordadas hacen que los colaboradores, explica Gómez, se sientan agobiados, pierdan las ganas y el interés por trabajar y empiecen a dormir mal. La productividad se va al piso.
Al igual que lo que Hegarty contó en la columna citada al inicio de este texto, Gómez advierte que es fundamental que los jefes y colaboradores lleguen a acuerdos reales y que se respeten los objetivos y los horarios a cumplir. Que haya espacio, entre todas las ocupaciones del día, para discutir los problemas de salud o emocionales. De lo contrario, “la pérdida económica que tendría una empresa para reparar ese daño sería muy alto”, indica el médico.
La pandemia avanza y así mismo lo hace el trabajo desde casa. Puede que su empresa decida volver a la oficina cuando esto pase; sin embargo, antes de que llegue esa respuesta, échele un ojo a estas recomendaciones para autocuidarse. Le pueden servir como una mascarilla para evitar el famoso burnout..