Imagine que usted va de Medellín a Andes, en Antioquia, y a lo largo del viaje se encuentra con una mancha de color negro en la carretera.
Pues esa distancia es la que ha recorrido la mancha de petróleo tras el atentado contra el Oleoducto Caño Limón - Coveñas, en Teorama, Norte de Santander, perpetrado el pasado martes, y que se ha extendido a lo largo de 125 kilómetros, afectando la quebrada La Llana y el río Catatumbo.
Ecopetrol destaca que desde que se conoció el ataque activó el plan de contingencia, que incluye la instalación de 108 barreras de contención, ubicadas en tres puntos, y hay alrededor de 100 personas dedicadas a las labores de control y limpieza, entre técnicos y contratistas.
Sin embargo, hay que recordar que este no es el primer ataque que se registra contra la infraestructura petrolera. De hecho, van 10 en lo corrido del año, el equivalente al 9,3 % del total del año pasado, cuando se dieron 107, los cuales dejaron 21 mil barriles en los ríos y quebradas, según indica la compañía. En el caso del Catatumbo, aún no hay cifra estimada.
En total, en la última década, al ambiente cayeron 897.001 barriles derramados por ataques contra la infraestructura (ver infografía).
Para dimensionar lo que representa, se puede decir que, convirtiendo los barriles en litros, lo derramado en la última década serviría para llenar 57 piscinas olímpicas.
¿Irreversible?
El director de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), Gregorio Angarita, señala que los daños ambientales se podrían recuperar en 10 o 15 años, teniendo en cuenta el trabajo de contención que se dispuso en los afluentes.
Además, precisa el director, “a esta recuperación ambiental hay que agregarle los otros derrames que se han registrado en años anteriores, por culpa de atentados al oleoducto, lo que complica el panorama en el futuro”.
Pese a esto, Manuel Guzmán Hennessey, docente de la cátedra de cambio climático de la Universidad del Rosario, asegura que los daños son irreversibles, pues “con una sola gota de petróleo que caiga al agua, se altera la normalidad química del ecosistema”.
Frente a lo planteado por Corponor, el docente señala que la corporación “hace un cálculo de la eliminación de trazas del petróleo”, pero los ecosistemas muertos por esta contaminación no revivirán.
Tras un sobrevuelo en la zona, el ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, manifestó que en la tarde de ayer lograron detener el derrame del crudo, aunque reconoció una tarea pendiente del gobierno: “Este es un territorio en el que debemos hacer más presencia, porque las actividades ilícitas siguen. Llevamos casi que un atentado semanal en esta zona en lo que va del año”.
Finalmente, el presidente Iván Duque manifestó que “el grupo terrorista ecocida más grande que existe en el planeta se llama Eln y esos crímenes deben ser sancionados de una manera ejemplar”.