Este miércoles, el presidente Gustavo Petro se refirió a los hechos acontecidos en el Nordeste antioqueño en los que se capturó a siete disidentes de las Farc que se movilizaban en camionetas de la UNP, tres de los cuales tenían órdenes de captura vigentes.
El episodio dejó ver las costuras de los diálogos de paz con el sector de las disidencias del EMC -Estado Mayor Central- con los que el Gobierno intenta llegar a algún acuerdo.
“En los hechos sucedidos en Antioquia, mi gobierno, gracias al ejército, ha capturado varios miembros del EMC en su desplazamiento. Los que no estaban cobijados por la medida de levantamiento de la orden de captura pasan a los procesos penales de rigor que se les adelantan y a quienes nos comprometimos a no capturar previamente, por ser delegados en las negociaciones, no (sic)”, dijo Petro sacando pecho por las capturas.
Los cabecillas del EMC que estaban en estos vehículos, de acuerdo con las primeras versiones, son Alexander Díaz Mendoza, alias Calarcá, quien era el segundo al mando de esta estructura y actualmente abandera la facción negociadora. También están en estos automotores Édgar de Jesús Orrego Arango, alias Leo o Firu, comandante del frente 36, y Erlinson Chavarría Escobar, alias Ramiro, y quien lidera el frente 18.
“El autedenominado EM, Estado Mayor, es una federación de frentes ilegales, algunos de los cuales, los frentes dirigidos entre otros por alias Calarcá: están en negociaciones de paz con el gobierno. El protocolo de esas negociaciones, prestablecido, permite que algunos de sus delegados de acuerdo a la ley, estén cobijados por medidas de suspensión de órdenes de captura. Mientras se dialoga en sitios y mesas previamente acordados (sic)”, agregó el jefe de Estado.
Sin embargo, el mandatario no se pronunció sobre los cuestionamientos al uso de las camionetas de la UNP en donde, según el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, se transportaba a un menor de 17 años: “De acuerdo con la información que recibí, fue reclutado desde que tenía 12 años e (sic) instrumentalizado por el Frente 36”, dijo Rendón, a la vez que informó que el joven fue remitido a la permanencia de Bello y luego lo llevaron al Icbf, entidad que lo mantiene bajo protección”, dijo Rendón.
El asunto cobra gravedad pues el mismo director de la UNP, Augusto Rodríguez, reconoció que hubo errores en la asignación de esos esquemas extraordinarios a la comitiva de paz: “Se encontraron dos personas que no eran los protegidos (...) tenían orden de captura, al parecer. (...) Hubo una primera falla”, señaló Rodríguez en Caracol Radio y en otros medios acusó a algunos periodistas de “tener un plan contra la UNP” por cuestionarlo.
¿Y los escoltas?
“Pensábamos que nos iban a matar”, es la primera frase que relata uno de los escoltas que acompañaba el esquema de seguridad ordenado por la UNP para cuidar a los disidentes de las Farc del Magdalena Medio, mientras se desarrollaron durante más de 10 días mesas de negociación con altos funcionarios del Gobierno, pero exceptuando una orden de captura vigente a uno de los miembros más peligrosos de la guerrilla.
Los escoltas relataron en exclusiva a EL COLOMBIANO cómo fueron los momentos de tensión cuando un grupo de uniformados del Ejército los detuvo y les apuntó a la caravana de más de siete camionetas con fusiles largos.
Aseguran que todo el operativo fue ordenado con absoluta reserva por parte de la UNP desde Bogotá y agregan que nunca les dieron listados de nombres ni la identidad concreta de las personas a las que estaban escoltando.
“Nos dijeron que nos presentáramos en Bogotá, luego nos delegaron unas misiones y ahora ni siquiera nos quieren pagar los viáticos. Ellos nos dieron armamento, nos asignaron todos los elementos y los vehículos el mismo día cuando nos citaron. Nos asignaron a una comisión de paz, un colectivo. Eso es el desplazamiento, el acompañamiento, todo, la labor de nosotros como tal”, dijo uno de los líderes de los esquemas que habló con este periódico.
Y las costuras que produce este escándalo pueden traducirse en improvisación. El jefe negociador del Gobierno con las disidencias, Camilo González Posso, reconoció este miércoles también resaltó las fallas de controles de la UNP, pero trató de matizar la situación diciendo que alias “Firu” tenía suspensión de orden de captura en proceso.
Expertos como Jorge Mantilla, investigador de conflicto armado y experto en seguridad, han expresado su crítica: “Qué papelón lo de la UNP y las disidencias en Antioquia. Min Interior dice una cosa, UNP otra, los voceros de las disidencias otra. Nadie sabe qué pasa, pero nos llevan a todos montados en el tren de la Paz Total. Improvisación, opacidad y confusión en su máximo esplendor”, señaló Mantilla.
Mientras tanto, el presidente Petro y su política de ‘Paz total’ parece no cuajar. Hay problemas en la mesa con el ELN y la idea de ‘fast track’ no tiene ambiente en el Congreso e incluso ni en su propio Gobierno.
¿Y las negociaciones con el ELN?
Las disidencias de las Farc se disputan varios territorios con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y esto se reflejado también en las mesas de diálogo. Por ejemplo, este en las últimas horas se conoció que el ELN estaría detrás de un masivo secuestro de 16 personas en Puerto Rondón y Tame.El orden público es crítico en Arauca. El gobernador de Arauca, Renson Martínez Prada, pidió ayuda urgente al Alto Comisionado para La Paz, Otty Patiño, por la crisis en ese departamento.