El nombre de la psiquiatra y politóloga en la lista de quienes conforman la comisión ha causado polémica. Estas son las razones.
Carolina Corcho es una médica psiquiatra y politóloga que, con el economista Daniel Rojas, y el exsenador Mauricio Lizcano, fue nombrada en la comisión de empalme del electo presidente Gustavo Petro. Aunque para algunos su nombre es nuevo, durante la pandemia de covid-19 se dio a conocer en la comunidad médica, tanto por quienes la apoyan como por quienes la cuestionan.
Corcho comenzó a hablar ante la opinión pública como vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana, uno de los sindicatos que alzó la voz por las condiciones paupérrrimas de muchos trabajadores de la salud antes y durante el coronavirus. Exigió mejores y más dignos contratos de trabajo y por la falta de elementos de bioseguridad para proteger a quienes estaban atendiendo a los enfermos.
No obstante, también criticó duramente al Gobierno de Iván Duque y al ministro de Salud, Fernando Ruiz, por el manejo general de la pandemia y el sistema de salud. Incluso, el jefe de la cartera llegó a responderle en Twitter por sus ataques, como también lo hizo el exministro Alejandro Gaviria, al que ella también ha cuestionado, pero con quien ahora comparte movimiento.
Corcho se opuso también al proyecto que buscaba la reforma del sistema de salud –que se intentó tramitar en medio del paro nacional–, con un análisis que expertos consideraron equivocado.
La psiquiatra anotó que entre 1998 y 2011 habían muerto 1,4 millones de personas por causas evitables en el país, lo que para ella significaba que eran culpa del sistema de salud.
Ruiz no tardó en contestarle, asegurando que la mortalidad general en Colombia era de 550 por 100.000, de las cuales 97 eran evitables por causas tratables, “muy cerca a promedio OECD. En comparación de causas prevenibles con países desarrollados ocupamos el puesto 29 entre 38”.
Epidemiólogos y salubristas tampoco se quedaron callados por ese análisis erróneo y le respondieron que muchos decesos habían ocurrido por enfermedades crónicas existentes antes de que comenzara a funcionar el modelo actual de salud.
En respuesta a un trino del salubrista Andrés Vecino, Alejandro Gaviria añadió: “Resulta increíble las estupideces que se dicen en los debates sobre el sistema de salud. La falta de cualquier intención de honradez intelectual es inquietante. La mentira como principio”.
No obstante, Corcho sí promueve un cambio en el sistema, pero le apunta a una reforma estructural: “que acabe con la intermediación financiera del negocio, fortalezca la red de hospitales públicos, la salud preventiva, formalice a los trabajadores e intervenga los determinantes sociales de la salud”.
Por otro lado, ella le contó a este medio que también tiene intereses en cuanto al sector educación, económico, agrario, entre otros.
Con todo, su presencia también le ha ganado aplausos al petrismo, por la vocería que ha hecho del sindicalismo y también por su conocimiento del derecho al acceso a la salud. Así lo resaltó el epidemiólogo Luis Jorge Hernández, quien también ha sido muy crítico del Gobierno actual.
