Es un hecho. Laura Sarabia volverá al gobierno de Gustavo Petro, pero no como jefa de gabinete, sino como directora de Prosperidad Social (DPS), nada menos que el organismo encargado de coordinar e implementar las políticas públicas para la superación de la pobreza y la equidad social.
El cargo permanecía acéfalo desde junio pasado, justamente cuando salieron a la luz los controvertidos audios de Benedetti en los que le reclamaba a la entonces jefa de gabinete por presuntos puestos y llegaba a ventilar la supuesta entrada irregular de $15.000 millones a la campaña del hoy Jefe de Estado. La situación se resolvió con la salida tanto del entonces embajador como de Sarabia.
Entérese: Nicolás Petro tiene prohibido verse con implicados del caso, ¿podría perder libertad condicional tras reunirse con el presidente?
“Mi funcionaria querida y estimada (Laura Sarabia) y el embajador en Venezuela (Armando Benedetti) se retiran del Gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener la desconfianza de que se van a alterar los procesos de investigación”, aseguró el presidente a principios de junio.
Inclusive, en tono jocoso, durante un consejo de ministros en el que le jaló las orejas a varios de sus funcionarios por la pobre ejecución de su gobierno, Petro bromeó y dijo que, ante el caos y las dificultades en algunas entidades, “me va a tocar llamar a Laura”.
La semana pasada, Sarabia –considerada mano derecha del presidente y una de sus más incondicionales coequiperas– se refirió a los rumores sobre su regreso al Gobierno. En ese entonces, tras acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para hablar de violencia política contra la mujer, emitió un comunicado en el que se refería a su situación judicial y ventilaba que “se conoció la opción de retomar mi tarea en el gobierno”.
En la comunicación, la exfuncionaria sostuvo que la posibilidad de regresar al Gobierno se dio justo el mismo día que la Fiscalía anunció el llamado a indagatoria por el presunto uso irregular del polígrafo a Marelbys Meza, la exniñera de su hijo.
Sarabia declaró que su viaje a Washington, donde se reunió con Tania Reneaum, secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tuvo como propósito hablar sobre la participación de las mujeres en la política, fue planeado luego de que el pasado 28 de julio la Fiscalía certificara que no había investigaciones en su contra.
“Como mujer latinoamericana, fui recibida por el pleno de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en cumplimiento de su mandato de monitoreo, para abordar el tema de violencia política contra la mujer, de interés personal por experiencia propia y de interés en la agenda nacional y regional sobre equidad de género”, señaló Sarabia.
Penalmente, la exfuncionaria resultó salpicada por posible abuso de poder, en hechos denunciados por su exempleada doméstica, quien le aseguró a la revista Semana que en enero de 2023 la entonces alta funcionaria del Gobierno le pidió que se alistara porque la iban a someter a la prueba de polígrafo.
“Yo le dije: ‘Laura, ¿cómo se le ocurre que la voy a robar?, no he cogido nada, ¿cómo se le ocurre que voy a coger algo de acá si sé que usted me va a poner de cabeza allá en la cárcel?, porque tiene todo el poder para meterme de cabeza en una cárcel’”, expuso Meza.
Aunque Sarabia insistió en la “inocencia de su conducta”, lo cierto es que su papel en la aparente persecución contra Meza todavía no ha sido esclarecido por la Procuraduría y la Fiscalía, que la tienen bajo escrutinio.