Colombia tiene que decidir entre dos modelos de país –que rayan en el populismo– a cuál le entregará en segunda vuelta la jefatura del Estado. El 19 de junio será la próxima cita a urnas y para ella consiguieron cupo Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, dos exalcaldes que capitalizaron el discurso antiestablecimiento con propuestas fácilmente viralizables, pero –según los expertos– con un alto grado de duda sobre cómo se deben ejecutar.
De acuerdo con el preconteo de la Registraduría, 21,4 millones de ciudadanos salieron a votar y la mayoría se repartió entre Gustavo Petro (8,5 millones), Rodolfo Hernández (5,9 millones), Federico Gutiérrez (5 millones) y Sergio Fajardo (888.518), quienes alcanzaron el umbral.
El exalcalde de Bogotá fue quien logró las mayorías en 17 departamentos –y en la capital–, mientras que el exmandatario de Bucaramanga se quedó con 14 departamentos. Y Gutiérrez ganó en Antioquia y en consulados.
En cuanto al caudal electoral, la primera vuelta dejó a Hernández fortalecido, pues logró remontar en la recta final y ya sumó el apoyo de Gutiérrez y sus 5 millones de votos para derrotar a Petro.
Y este último tiene dos miradas: en 2018, en primera vuelta, tuvo 4,8 millones de votos; ahora, en 2022, llegó a 8,5 millones. Pero esta cifra es similar a la que sacó en segunda hace 4 años, por lo que podría haber un techo que, según encuestas, le llega al 40 por ciento (lo que logró este domingo).
El reto para ambos es sumar, pero parece que le quedará más fácil al ingeniero que al candidato repitente.
Petro tendrá el reto de superar su techo
Gustavo Petro, y su fórmula vicepresidencial Francia Márquez, recibieron un apoyo mayoritario en las urnas este domingo al alcanzar 8,5 millones de votos y demostraron que tienen la capacidad de convocar a las mayorías al enfrentarse a un abanico amplio de contrincantes. Sin embargo, la apuesta del exalcalde de Bogotá por ganar en primera vuelta no se logró y no pudo superar el techo electoral que tuvo en las presidenciales de 2018.
Tras lograr las mayorías en primera, el candidato de la coalición de izquierda Pacto Histórico ahora tendrá que enfocarse en el reto de cómo aumentar su caudal electoral y convocar a sectores políticos que le han sido esquivos, y a diferencia de hace cuatro años no se enfrentará un aspirante que lleva las banderas de un partido político, como Iván Duque, sino a uno que se presentó por firmas y que ya empezó a sumar apoyos.
Consciente de esa situación, Petro este mismo domingo reforzó su discurso en contra Hernández, a pesar de que en febrero pasado le pidió que contemplaran la posibilidad de aliarse. En el discurso tras la victoria, el exalcalde de Bogotá aprovechó para lanzarle pullas a su nuevo contrincante y aseguró que se enfrentará a un corrupto y machista.
“No queremos una sociedad en la que las mujeres se queden en la cocina”, dijo recordando la reciente entrevista radial en la que Hernández dijo que prefería que su esposa, Socorro Oliveros, no se metiera en asuntos de Gobierno si él llega a la Casa de Nariño. Además, no dejó pasar por alto su amplia influencia en redes sociales. “La corrupción no se combate en Tiktok. Nosotros hemos arriesgado la vida para luchar contra un régimen de corrupción”, apuntó.
De aquí en adelante, Petro tratará de quedarse con el apoyo en pleno de partidos alternativos como la Alianza Verde y Dignidad, y tiene de su lado, a las alcaldías de Bogotá, Medellín y Cali, cuyos alcaldes han dejado ir a diferentes funcionarios para reforzar su campaña presencial.
Sin embargo, sabe que los empresarios podría no respaldarlo y podrían irse en su contra por su iniciativa para que los 4.000 más ricos paguen más impuestos para financiar sus programas sociales, cuyo costo ascendería a los 135 billones de pesos. “Lo que propongo al empresariado es justicia social y estabilidad económica”, expuso Petro.
Hernández ya tiene a “Fico” y vienen más
El candidato Rodolfo Hernández, quien se presentó con firmas a través del movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción, asestó un golpe de opinión este domingo al alcanzar 5,9 millones de votos con los que dejó en el camino a los también aspirantes Federico Gutiérrez, quien tenía el apoyo de los partidos tradicionales, y a Sergio Fajardo, quien aseguraba que era el único candidato del denominado centro.
De entrada, Hernández y su fórmula vicepresidencial, Marelen Castillo, revalidaron que pueden sacar provecho y ventaja frente a Petro: tienen a su favor la capacidad de convocar a los aspirantes y partidos políticos derrotados de cara a la segunda vuelta. Muestra de ello fue que solo minutos después de conocerse los resultados, dos de los ahora excandidatos anunciaron que se les unirán: Federico Gutiérrez y Enrique Gómez.
El exalcalde de Bucaramanga hizo realidad la remontada electoral que habían pronosticado las encuestas y, a punta de videos en Tiktok y con su potenciado discurso anticorrupción, se quedó con el 28,15 % de los votos, por lo que ahora tendrá que apuntarle a una nueva etapa de su campaña en la que debe enfocarse en convocar a otros sectores para derrotar al que los sondeos dan como el más opcionado para llegar al poder.
“Ahora entramos al segundo tiempo y estos próximos días serán decisivos para determinar el futuro del país. Soy consciente de la necesidad de unir a nuestro país en el camino de cambio que hoy se ha hecho evidente”, aseguró Hernández –tras conocer los resultados– en un en vivo en redes transmitido desde la cocina de su casa.
Esa tarea puede no ser tan difícil para el aspirante de 77 años, pues además de que no fue avalado por partidos tradicionales, se mostró en capacidad de entablar acercamientos con otros aspirantes. Antes de la primera vuelta logró que Íngrid Betancourt, de Verde Oxígeno, desistiera de su aspiración para unírsele, y trató de aliarse con Fajardo, quien todavía no define cuál camino tomar en segunda.
En los próximo 17 días Hernández tendrá que afianzar su cercanía con el gremio empresarial, que ha mostrado su preocupación por las propuestas económicas, y tendrá que buscar los espacios para tomarse más de un café con políticos para lograr nuevas adhesiones a su campaña.