Uno de ellos es el actual director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, quien dijo que las circunstancias lo obligaron a salir en defensa de “un amigo al que amo”. Según el exsenador, quien compartió con Petro en el Congreso y luego en su gabinete, “nunca” ha visto al presidente consumir drogas. Sin embargo, reconoció que no puede decir si “es cierto ni que no es cierto” que el mandatario consuma estupefacientes.
“Nunca en los años que lo conozco, y en mucho tiempo que he compartido con él, lo he visto ni consumiendo drogas ni bajo el efecto de las drogas. No sé si otras personas lo han visto. Yo personalmente doy fe de que eso nunca lo he visto. Nunca he visto en el presidente un problema de drogadicción”, manifestó Bolívar en diálogo con la emisora Blu Radio.
En esa línea, el director de Prosperidad Social admitió que, salvo unas cervezas que se tomaron en Miami y un vino en Nueva York, no ha visto un consumo problemático de sustancias por parte del presidente. Además, que si Petro tuviera algún tipo de dificultad en la materia “lo reconocería o se metería a un tratamiento”.
Sobre las acusaciones de Leyva, quien dijo que el mandatario estaba “secuestrado” por funcionarios como Armando Benedetti o la canciller Laura Sarabia, Bolívar sostuvo que, conociendo a Petro, “por un tema de drogadicción no van a chantajear a un presidente de la República”. Además, dijo que el jefe de Estado “ha estado monopolizado por personas que vienen de otras fuerzas políticas” como Sarabia, Benedetti, el exministro TIC Mauricio Lizcano o el exdirector del Dapre, Carlos Ramón González.
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“Petro logró un nivel de complicidad con estas dos personas (Sarabia y Benedetti) que le permite a él ser más libre frente a muchos moralistas como nosotros, como Alexander López o Susana Muhamad. La embarramos siendo moralistas con el presidente, porque eso no le permitió a él abrirse con nosotros y tenernos cerca”, agregó.
Bolívar manifestó además que puede dar fe que en más de 60 Consejos de Ministros a los que asistió el presidente nunca “llegó bajo los efectos del alcohol o de las drogas. Nunca lo he visto, salvo en Girardot en tiempos de campaña, donde apareció pasado de copas. Lo reconoció. Si el presidente tuviera un problema no tendría ningún problema en reconocerlo. Pero para mí no tiene”.
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El director sostuvo que el sector más cercano ideológicamente a Petro nunca ha “estado cerca de la agenda del presidente para poder tener un nivel de intimidad que nos permita por lo menos inferir que esas cosas sucedan. A nadie le consta, no hay ninguna prueba (...) como amigo y funcionario le hubiera dado buenos consejos, me habría preocupado para que saliera de eso. Pero nunca nos ha dicho nada a ninguno”.
Asegurando que Petro no tiene otro vicio más allá de la lectura, Bolívar criticó la actitud de Leyva al revelar las intimidades del Gobierno. “Salir a despotricar después del cargo me parece de quinta, es la deslealtad más grande. Habla más mal de las personas que no lo dijeron a tiempo que del presidente”.
Quien también salió en defensa de Petro fue la ministra encargada de Comercio y superintendente de Industria y Comercio, Cielo Rusinque, quien sostuvo que la carta de Leyva es “una prueba de su hipocresía, falta de rigurosidad intelectual, moralismo oportunista y orfandad de poder”.
“Habla mal de él, que a su edad no aprendió que el humanismo es primero una exigencia frente a sí mismo, más que el juicio fácil e inquisidor frente a los otros. Y no dice nada del señor Presidente, que es un hombre culto, con curiosidad intelectual, sensibilidad artística y sentido de la escucha”, indicó, afirmando que “siempre” ha podido tener con el jefe de Estado una conversación fluida, interesante y constante.
“Leyva, que en dos años nunca tuvo nada que decir, ahora se queja por no haber sido escuchado. Y de paso, difama, después de que, apenas saliendo del Gobierno no se contuvo en los elogios para el presidente. Llegó al ocaso de su vida, perdiendo lo que nunca se debe perder: la dignidad y el decoro”, precisó.
Por su parte, María Paula Fonseca, exsecretaria de Prensa de la Presidencia, reivindicó que por su rol pudo estar en permanente contacto con el presidente y nunca vio comportamientos como los que hoy le pretenden endilgar. Por ello, calificó como “inaceptable” que la discusión pública sea un cruce de chismes “que buscan destruir la figura del presidente en vez de dar los debates del cambio”.
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“El presidente está en permanente estudio de los temas del gobierno, lee y analiza con detenimiento en busca de soluciones a las problemáticas, está constantemente preocupado por lograr la transformación en Colombia. Puede durar horas analizando una situación que considere importante para el país y no interrumpe las reuniones que considera merecen su tiempo. No pierde el tiempo en cosas que no sean trascendentales, pero dedica más tiempo del habitual a lo que estima lo requiere”, dijo.
Adicionalmente, el presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Raúl Salamanca, dijo conocer otra verdad y destacó que ve en Petro “un presidente muy trabajador, comprometido, lúcido y con gran amor por el país. Y lo digo por que siento la obligación ética de hacerlo. Así sea o parezca impopular”.
Negando que sea petrista, pero calificando al mandatario como un “ser humano admirable”, Salamanca manifestó que “seguro” el mandatario tiene dificultades, pero es “un hombre coherente y luchador”.
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“Espero que su círculo más cercano comparta la experiencia de trabajar a su lado y pueda el país conocer lo mismo que he visto yo. Mostrar la otra cara. Sería bueno que lo defendieran y no guardaran silencio a estos ataques que ya son recurrentes. Cierro con una opinión personal que tengo desde siempre: el peor ataque político y el más ruin es el que se hace a la vida privada de la gente. Es cobarde y miserable”, concluyó.