Una dolorosa semana vivieron los habitantes del Bajo Cauca antioqueño. Estas fechas especiales que debían caracterizarse por el recogimiento, la celebración y el descanso no han dejado de traer malas noticias.
En este periodo, el saldo violento en esa región ha sido: dos homicidios selectivos, una decapitación, 25 heridos por granada y un sacerdote desplazado (ver gráfico).
La situación se va agravando cada día. En el Bajo Cauca operan tres grupos armados organizados: el Eln, el Clan del Golfo y los Caparrapos, y todos se disputan el control de las prósperas economías ilegales que dejan la minería ilegal, la extorsión y el narcotráfico.
Respuesta estatal
En vista de esa grave situación, las autoridades realizaron ayer un consejo de seguridad presidido por el ministro de Defensa, Guillermo Botero, y el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, en el Batallón de Operaciones Terrestres n.° 24, en Tarazá.
Allí decidieron crear la nueva Fuerza de Tarea Aquiles, que llegará a la zona el próximo 4 de enero, al mando del general Alberto Rodríguez, quien, según el ministro, “tiene amplísima experiencia y hará un trabajo decisivo en la prevención de los homicidios y en desmantelar algunas organizaciones criminales que perciben rentas ilegales”.
Asunto que fue celebrado por el Gobernador, quien dio valor a que un general de la República sea quien se encargue de coordinar todas las tareas de las Fuerzas de Seguridad del Estado en la región.
El general Alberto Sepúlveda, comandante saliente de la Séptima División, le adelantó a EL COLOMBIANO que “eso significa que dentro de poco los antioqueños va a ver los ríos Cauca y Nechí custodiados por los elementos fluviales de la Infantería de Marina, esos botes que se llaman Pirañas moviéndose entre Puerto Valdivia y Caucasia, los helicópteros de la Fuerza Aérea apoyando operaciones y las aeronaves no tripuladas haciendo vigilancia”.
Además, entre los propósitos de la Fuerza Pública estará estimular la participación de la comunidad en la búsqueda de los principales criminales de la región, con un sistema de recompensas. Por eso, la Policía publicó el cartel de los más buscados en el Bajo Cauca, el principal de ellos es Claudio Alonso Maturana Hurtado, alias “el negro Cristian”, quien pertenece al Clan del Golfo y según información de inteligencia desertó de ese grupo y se pasó para “los Caparrapos”, una banda enemiga con la cual el Clan del Golfo se disputa las redes de narcotráfico y minería ilegal en la región, lo que ha exacerbado más el conflicto.
Se le atribuye la decapitación de un hombre cuya cabeza apareció en el puente sobre el río Nechí, que conduce a El Bagre, y en hechos que aún se investigan, podría estar involucrado en el lanzamiento de una granada en una discoteca de ese mismo municipio .
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homicidios en Bajo Cauca se han registrado en lo corrido de 2018, según la Policía.