En la tan anunciada visita de Estado del presidente Gustavo Petro a China, los intereses de Colombia terminaron desenfocados y en un segundo plano. Esto se debe a que se tenía una oportunidad clave de codearse en la misma mesa con la segunda economía más poderosa del mundo y nuestro segundo aliado comercial más importante, en ambos casos por detrás de los Estados Unidos.
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Este viaje de Petro al gigante asiático generó amplias expectativas porque se trataba de una ventana para que Colombia pudiera renegociar plazos más largos para pagar la deuda, tratar de superar el déficit comercial –ya que se importa más de lo que exporta a China– y promover un proyecto de reactivación ferroviaria sostenible, pero la discusión se volcó hacia el metro de Bogotá.
El mandatario hizo que los reflectores apuntaran hacia esta megaobra de movilidad por su insistente deseo de que se frene el contrato que está en marcha con el constructor chino y se haga un tramo subterráno. Así lo dejó claro, incluso proponiendo que sea la Nación quien asuma el 100% de los costos, lo que se traduce en $12 billones adicionales, sin contar los 6 años más de atraso para las obras.
Para la directora de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, Lina Luna Beltrán, el gran error de Petro fue “centrar su visita en un tema para el que diplomáticamente no se debe citar a un presidente, sino enviar ministros o una comitiva especial”. Además, la académica calificó esa actitud como “un error diplomático”, pues se perdieron de foco los principales temas de interés para el Estado colombiano.
La amistad con Xi Jinping
Para empezar, está claro que un gobierno como el de Gustavo Petro es mucho más afín a Xi Jinping y sus aliados. Además de la cercanía ideológica entre ambos, Colombia necesita de China porque es nuestro segundo aliado comercial más importante, solo superado por Estados Unidos, y China necesita de nosotros porque le conviene mucho ganar aliados en la región.
Pese a eso, las relaciones diplomáticas con Xi Jinping habían sido frías durante las últimas cinco décadas, un hecho que se explica por gobiernos más de centro-derecha e intereses muy enfocados en mantener y fortalecer la relación con EE.UU. Por eso, “el mayor logro de Petro y casi que el único real, fue elevar las relaciones a una Asociación Estratégica”, como explicó Luna.
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Lo demás fue la firma de 12 memorandos de entendimiento o acuerdos de cooperación bilateral, que son apenas son una manifestación de intención de colaborar en temas como tecnología, educación y seguridad nacional, “pero que en la práctica no se traducen en nada concreto”, dice la internacionalista.
Lo que sí fue clave, es que pasar a tener una Asociación Estratégica con China, significa que los países ya no se dejan dominar por simple oferta y demanda sino que comienzan a hablar de manera estratégica para pactar negocios, apoyos y convenios que representen un gana - gana real para ambos.
Bajo ese contexto está claro que Petro sí ayudó a establecer una mejor relación con China y que eso beneficiará al país porque podría representar muchísimos millones más en exportaciones e inversión extranjera; sin embargo, pudo haber hecho más si hubiera firmado el proyecto clave de China: la Franja y la Ruta.
Lo que Colombia no hizo
Además de centrarse en el metro y no en su visita al gobierno chino, Petro también le mostró a Xi Jinping que no confía del todo en el proyecto de la Franja y la Ruta, la principal apuesta internacional de China que busca construir infraestructura en todo el mundo para reducir los tiempos de transporte de carga en un 5% y disminuir la pobreza global en un 10%. “China es mucho más flexible con los que son más amigos y nosotros, al no firmar la Franja y la Ruta, mostramos que todavía no confiamos tanto en ellos, una decisión que podría entorpecer las futuras negociaciones”, detalla Luna Beltrán.
Lo que sí hizo el jefe de Estado fue prometerle a su homólogo “crear un grupo de trabajo con la parte china para fortalecer la comunicación y colaboración” y evaluar la posibilidad de adherirse a esa megainiciativa. Aunque, ojo, que la movida de Petro también se entiende como un paso cuidadoso para no mostrarse demasiado afín a China y descuidar la relación con EE.UU.
Esto último porque, según ha sostenido el gobierno estadounidense desde 2013, la Franja y la Ruta es la carta de Xi Jinping para ganar aliados e “imponer una agenda expansionista”, como dijo recientemente el gobierno de Joe Biden.
Pese a eso, Lina Luna insiste en que el proyecto no representa un riesgo real con las relaciones diplomáticas y que, más bien, es una gran herramienta para países como Colombia, que necesitan reducir sus altos índices de pobreza.
Con todo esto, aún es difícil definir si la visita de Petro sí influirá de algún modo en la construcción del metro de Bogotá, lo que sí es cierto, es que el país quedó un poco más cerca de China y, si esas relaciones se manejan bien, podrían representar un crecimiento económico para el país.
“Puedo decir que fue una visita improvisada y poco estratégica, no muy bien asesorada. Pero creo que el gran logro es haber elevado las relaciones a una Asociación Estratégica, una movida que también significa que ahora tenemos el compromiso de mostrar voluntad de parte del Gobierno colombiano a que sea una cooperación efectiva y creciente”, concluyó la experta en relaciones Colombia - China.
Paréntesis: la reunión con la empresa encargada del metro de Bogotá
Durante su visita a China, el presidente Gustavo Petro se reunión con la multinacional Harbour Engineering Corporation, la empresa contratada para la construcción del metro de Bogotá. Antes de iniciar su viaje, la alcaldesa de la capital, Claudia López, había sido enfática con que ni él, ni el presidente chino podían hacer modificaciones sobre el contrato que ya está en curso y que busca construir la primera fase elevada. Pero, además de todo eso, el encuentro de Petro con CHEC se vio mal visto en términos diplomáticos porque no ameritaba ni el viaje de un jefe de Estado, ni la reunión con el presidente chino Xi Jinping. Sumado a eso, la experta Lina Luna también analizó que no es un buen síntoma para las empresas chinas que un gobernante del máximo nivel viaje a pedir cambios. “También para las mismas empresas chinas ese tema del metro es bastante complejo. Pueden pensar ‘¿Cómo así que firmamos un contrato y ahora hasta viene el presidente a hablar de un cambio?’,, dijo Luna.
Durante su visita a China, el presidente Gustavo Petro se reunión con la multinacional Harbour Engineering Corporation, la empresa contratada para la construcción del metro de Bogotá. Antes de iniciar su viaje, la alcaldesa de la capital, Claudia López, había sido enfática con que ni él, ni el presidente chino podían hacer modificaciones sobre el contrato que ya está en curso y que busca construir la primera fase elevada. Pero, además de todo eso, el encuentro de Petro con CHEC se vio mal visto en términos diplomáticos porque no ameritaba ni el viaje de un jefe de Estado, ni la reunión con el presidente chino Xi Jinping. Sumado a eso, la experta Lina Luna también analizó que no es un buen síntoma para las empresas chinas que un gobernante del máximo nivel viaje a pedir cambios. “También para las mismas empresas chinas ese tema del metro es bastante complejo. Pueden pensar ‘¿Cómo así que firmamos un contrato y ahora hasta viene el presidente a hablar de un cambio?’”, dijo Luna.