Daniel Estiven Duque –de 12 años de edad– se encontraba en inmediaciones a su casa ubicada en Ciudad Bolívar, Bogotá, cuando una explosión lo afectó a tal punto que perdió la vida horas más tarde.
El menor es la víctima mortal del atentado del sábado pasado a un CAI de la Policía en el barrio Arborizadora Alta, hecho que también dejó a una niña de cinco años con muerte cerebral y a otras 33 personas afectadas, siete de ellas aún permanecen en hospitalización.
El ataque con explosivos generó el repudio –y la reacción– de autoridades locales y nacionales, siendo el ministro Diego Molano, el presidente Iván Duque y la alcaldesa Claudia López los primeros en trasladarse hasta la localidad y rendir una versión oficial.
Aunque todo sigue en investigación, las miradas se posaron en grupos armados residuales y en las estructuras urbanas del ELN con presencia en Bogotá. Por el momento, a la par de las pesquisas, la Policía ofrece una recompensa de hasta $300 millones a quien ayude a esclarecer quién está detrás del plan criminal.
La situación les recordó a los capitalinos un atentado similar al de hace 23 días, cuando en el barrio Sierra Morena también estalló un artefacto frente a una estación policial.
En ambos ataques, el objetivo y la hora coinciden –las 7:30 p. m.–, datos que tienen al general Eliécer Camacho, comandante de la Policía en Bogotá, investigando con todas sus unidades y la Fiscalía si hay relación entre las dos alteraciones al orden público.
La maleta detonada
La recopilación de datos en la zona llevó al general Camacho a establecer que fue una maleta la que alojó la carga explosiva que sería Anfo, mezcla de alta potencia entre nitrato de amonio y combustible derivado del petróleo.
El oficial condenó que los delincuentes no se están midiendo en su afán por asesinar policías –acto que rechaza–, pues las investigaciones llevan a concluir que la persona que detonó el artefacto vio que para ese momento pasaban menores de edad y adultos mayores por el CAI.
El hombre activó el detonador remoto y una vez estalla la carga emprende la huida en medio del caos en la zona.
El primer parte de esa noche fue de varios heridos y ningún muerto, sin embargo, pasaron las horas y en la madrugada del domingo –por la gravedad de sus lesiones– Daniel murió en el Hospital de Meissen. Además de él, otras víctimas fueron la niña con muerte cerebral, el policía Joan Camilo Fonseca con daños a su sistema auditivo, y 66 viviendas con diversos daños.
Para la Defensoría, esta situación tiene un precedente de violencia desde mayo del año pasado, mes en el que por medio de la Alerta 010 advirtieron del alto riesgo de detonaciones de explosivos en 10 localidades de Bogotá, entre ellas Ciudad Bolívar.
Frente a la reciente, las autoridades recomendaron brindar pistas sobre el paradero del responsable y denunciar cualquier elemento sospechoso que lleve a evitar heridos y muertes como la de Daniel.
Para él y su familia, la Policía organizó una velatón y una eucaristía en la noche del domingo, rechazando la violencia contra policías y niños.
