Si bien resta más de un mes para que el Congreso reanude sesiones, y justo en 2025 el país político entra en etapa preelectoral, el senador Iván Cepeda (Pacto Histórico) sorprendió con una iniciativa que ha naufragado en el Congreso casi una docena de veces: reducir el salario de los congresistas, que hoy ganan más de $48 millones y que, con los ajustes de este año, podría superar los $52 millones.
Desde la oposición, el Centro Democrático denunció que el progresismo ha frustrado la discusión de este tipo de proyectos y que ahora, a año y medio de las elecciones, quieren “cambiar la narrativa” para buscar réditos políticos.
EL COLOMBIANO habló con el senador Cepeda, quien reconoció que el proyecto aún está en construcción –no se tiene una cifra de cuánto sería el recorte–, y sostuvo que buscan involucrar a más bancadas. Admitió que “por supuesto” la iniciativa tiene fines electorales: “es para que los ciudadanos sepan por quién votar el otro año”.
Además, habló de la reanudación de los diálogos de paz con la guerrilla del ELN y se refirió al inicio de la legislatura en medio de las confrontaciones del presidente Gustavo Petro, así como el futuro de las reformas del Ejecutivo.
Agitó el ambiente político de 2025 con un viejo anhelo: reducir el salario de los congresistas. ¿Qué lo llevó a hacer esta propuesta cuando aún faltan semanas para que el Congreso reanude sesiones?
“No es una idea nueva. En mi caso ha sido una obsesión desde que llegué al Congreso. La triste realidad es que la política en Colombia está ligada al interés y al lucro de los políticos. Eso genera corrupción y desvirtúa el servicio público, haciendo que los congresistas, en lugar de ser legisladores y funcionarios encargados del control político, se dediquen a ganar tanto dinero como a traficar con el poder que les da ser parte de esta institución.
Se han presentado alrededor de 11 iniciativas en este sentido y todas han fracasado con distintas justificaciones y pretextos. Hay quienes dicen que es inconstitucional, que el congresista no puede legislar sobre los asuntos que le atañen de manera personal y particular, que esto afectaría a la escala salarial de otros funcionarios, en fin, toda clase de excusas para eludir el asunto”.
¿Qué hace a su propuesta diferente?
“Estamos en un momento de crisis fiscal y se habla de entrar a sacrificar programas sociales. Por ello, el congresista debería ser el primero en dar un ejemplo y ajustar su salario, cosa que es además de una justicia elemental para que de alguna manera contribuya. Es un ejemplo de austeridad”.
Dice que desde que llegó al Congreso este ha sido una “obsesión”. ¿Usted ya había presentado este proyecto?
“Sí, yo he presentado múltiples iniciativas en este sentido y también me he unido a proyectos de otros colegas. No quiero atribuirme en esto ser el único congresista que le preocupan estos asuntos.
Hay que recordar que hubo una consulta popular que votaron 11 millones de personas en la cual este era un tema”.
Reconoce que los congresistas han paralizado proyectos de este calibre. ¿Qué estrategia o medidas contempla para al fin materializarlo?
“Lo vamos a presentar como se presenta cualquier proyecto. Ya veremos el monto, pero de todas maneras adelanto que tiene que ser significativo y tiene que entrar en vigor ya. Esto no es para 2026, ni para 2030. Es un asunto que debe ser inmediato.
Hasta ahora hay 27 colegas más que ya han expresado su interés en acompañar esta iniciativa, así que nos pondremos de acuerdo y en estos días, apenas esté funcionando el aparato administrativo del Congreso, la presentaremos. Ojalá podamos tener un diálogo de bancadas para que el proyecto sea presentado por todos los partidos”.
¿Por qué tramitar este proyecto justo en el año preelectoral y comenzar a prepararlo sin que aún se reanuden las sesiones?
“Aquí no hay ninguna intención de encubrir qué se busca. Por supuesto que se tramita en un año preelectoral y es para que los ciudadanos sepan por quién van a votar el próximo año. Por supuesto.
Ojalá la gente tenga a mano lápiz y papel, o sus computadores, y ponga ahí los nombres de quienes van a votar esto o no. Ese es un criterio para elegir”.
El salario de los congresistas podría quedar en este 2025 en alrededor de $52 millones. Lo comprometo con una cifra, ¿de cuánto debería ser el recorte?
“Digo que deber ser significativo, pero no quisiera ponerle ya una cifra. De todas maneras tendrá que ser una cifra que realmente amerite el proyecto. De lo contrario, no tendría sentido retocar las cosas.
Quisiera ponerme de acuerdo con los colegas antes para que el día de mañana no aparezca yo de manera arbitraria mencionando asuntos que no hemos acordado”.
Es decir, un recorte de al menos $10 millones...
“Repito, no quiero comprometerme con dar cifras para no pasar por encima de los otros colegas. Si queremos que este proyecto tenga alguna eficacia tiene que ser concertado”.
Desde el Centro Democrático, el concejal Daniel Briceño le propuso, primero, presentar proyectos para reducir los esquemas de seguridad, prohibir los excesivos viajes de funcionarios o reducir la burocracia. ¿Qué le responde?
“Hay mucha injusticia en el país, pero no hay que eludir el tema. No queremos que este proyecto se diluya en infinidad de temas. Esa es una manera precisamente de hacer que fracase y así se ha hecho en el Congreso”.
Usted hace parte del equipo negociador del Gobierno con la guerrilla del ELN. ¿Cómo piensan destrabar definitivamente la mesa en este 2025 y avanzar en la negociación?
“Tenemos prevista una reunión desde el mes de noviembre que tendrá lugar en este mes. El propósito es terminar de examinar las dificultades y problemas del proceso y pasar a la fase de reactivar los diálogos y acuerdos sobre la agenda, que en este caso atañen a la participación de la sociedad en la construcción de la paz y el cese al fuego, así como su reanudación”.
El 16 de febrero el Congreso reanuda sesiones y quedaron pendientes varios proyectos del corazón del petrismo, ¿cómo ve el ambiente justo en este año preelectoral?
“Espero que sea un ambiente de concertación y de discusión de reformas que requiere el país. Es indudable que en el campo de la salud se requiere una reforma. No se ha encontrado todavía el consenso, pero no da espera. Ojalá las otras iniciativas del Gobierno sigan su trámite y se logren convertir en leyes o actos legislativos”.