Al parecer hubo una falla en la comunicación interna con el Ejército y el jefe de Estado leyó mal un reporte. Esto se suma a otros desaciertos informativos del mandatario.
La controversia sobre los vacíos en el inventario de los armerillos militares en Colombia no solamente dejó un grave mensaje de supuesta corrupción, sino una nueva preocupación por la información que transmite el presidente de la República, Gustavo Petro.
El pasado 30 de abril, el primer mandatario denunció que, según los hallazgos de una inspección interna en el Ejército, dos millones de artefactos bélicos fueron sustraídos de las bases de Tolemaida y La Guajira, lo que sería una demostración de cómo “las mafias penetraron instituciones esgrimiendo ideologías falsas”.
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Agregó que “con esas municiones hoy matan a los mismos integrantes de la Fuerza Pública, a la ciudadanía y quizás, a los jóvenes y la gente de Haití y otros lugares”.
Según su lectura de un informe preliminar del Ejército, el inventario faltante incluía 2 misiles, 500 granadas RPG y millones de municiones para fusil, entre otras cosas. Sin embargo, horas después, fuentes militares lo corrigieron, aunque no de manera pública.
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Al parecer el presidente Petro recibió un inventario que consta de varias filas con cifras, y en vez de leer la columna correcta, titulada “Faltante sumatoria existencia”, leyó la del lado, “Faltante material SAP”, que incluye un arsenal que sí existe, pero que aún no ha sido contabilizado en el sistema de registro de la base.
En consecuencia, las cifras que comunicó el jefe de Estado son más abultadas de lo que en realidad se perdió. Por ejemplo, en la base de La Guajira no se extraviaron 1.077 granadas de 105 m.m. para obús, sino 26.
El desacierto, producto al parecer de una falla de comunicación interna entre Petro y la comandancia del Ejército, ya produjo las primeras reacciones de los partidos de oposición.
“Es preocupante que Petro en su improvisación diaria salga a leer un informe sobre pérdida de armas y munición con datos que están muy lejos de la realidad. Debería twittear menos y trabajar más”, trinó María Fernanda Cabal, senadora del partido Centro Democrático.
Con el lapsus presidencial salieron a flote otros anuncios erróneos, con los que la opinión pública ha quedado confundida en otras ocasiones.
El 17 de mayo de 2023 trinó que ya habían sido encontrados los cuatro hermanitos indígenas perdidos en el Amazonas, luego del accidente de la avioneta en la cual viajaban. Resultó ser una mentira, de la cual le echó la culpa a una funcionaria del Bienestar Familiar. Los menores fueron encontrados finalmente el 9 de junio siguiente.
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En febrero de ese año había publicado otro trino con una fotografía de un centro médico deteriorado, para defender su propuesta de reforma a la salud, con el mensaje: “Este es el estado de los hospitales en los municipios excluidos de Antioquia. Pero nos quieren convencer que tenemos el mejor sistema del mundo. Empecemos por dejar de engañar a la gente”.
La imagen pertenecía en realidad a un hospital de Caracas, Venezuela, no de Antioquia.
Este primero de mayo de 2024, con ocasión de las marchas del Día del Trabajo, el presidente Petro publicó otra información errada en su cuenta de X.
Se trató de una foto de unos marchantes, con la frase: “Cali inmensa. Que no toquen el voto popular porque el pueblo será gigante”. Sin embargo, la imagen original correspondía a una protesta realizada el pasado 21 de abril en Medellín.
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