El maestro Fernando Botero, el más grande de los artistas colombianos, falleció en la mañana de este viernes en Mónaco. Una pulmonía fue la causa de su deceso a los 91 años. Desde distintas partes del mundo lamentan la partida del maestro. La obra del artista es inmortal y se puede apreciar en distintas partes del país.
En Medellín, la ciudad donde nació en 1932, se preparan para siete días de duelo y hacia el medio día de este 15 de septiembre los ciudadanos se reunirán en la Plaza de Botero, su museo a cielo abierto, para rendir tributo al escultor.
Lea más: Se declaran 7 días de luto en Medellín por la muerte del maestro Fernando Botero
“Lamentamos con dolor en el alma la muerte del maestro Botero. Su vida, su obra, su amor por Medellín y Colombia perdurarán por siempre. Medellín decreta 7 días de luto y rendirá homenaje desde Plaza Botero y demás sitios donde su legado permanecerá por siempre”, señaló el alcalde Daniel Quintero en sus redes sociales.
Cuando al maestro se le preguntó donde quería que reposara su alma, dijo que “Que mi alma vaya a la tienda donde vendan aguardiente”.
Siete óleos, un pastel y dos acuarelas fueron las primeras donaciones que hizo Botero al Museo de Antioquia en Medellín. En la década de los noventa tomó la decisión de compartir su tesoro con los antioqueños. Pidió que sus esculturas estuvieran a cielo abierto y que fueran de acceso gratuito. Democratizó el acceso al arte.
Entérese: El día que Botero dijo “Que mi alma vaya a la tienda donde vendan aguardiente”
En Medellín reposan 23 de sus esculturas en bronce. Fue un acto de amor por la ciudad en la que nació. En el parque de San Antonio, por ejemplo, están dos versiones de su obra “El Pájaro”.
El 10 de junio de 1995 una bomba, detonada por el narcotráfico, detonó en el parque y dañó su escultura. Ese día murieron 23 personas.