El exsenador actualmente funge como asesor presidencial en asuntos parlamentarios tras su llegada al país en noviembre pasado.
El cantado remezón ministerial que comenzó a concretar esta semana el presidente Gustavo Petro dio pie para un cruce de versiones sobre el rol del exembajador Armando Benedetti, quien desde finales de noviembre pasado funge como asesor presidencial para asuntos legislativos, con todo y que en las últimas semanas ha conservado un perfil bajo y silencioso.
Tras la renuncia formal de Mauricio Lizcano esta semana al Ministerio de las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación), sumado a la eventual salida de Juan Fernando Cristo como ministro del Interior, el nombre de Benedetti nuevamente comenzó a sonar para llegar al gabinete del jefe de Estado.
En medio de las versiones encontradas, una fuente relacionada con el entorno directo de Benedetti negó que esté tras un Ministerio: “Son celos. Para lo que sí estaba sonando era para el Ministerio del Interior (...) pero Armando no quiere ningún Ministerio, él está bien donde está”, declaró una fuente a EL COLOMBIANO.
Otras personas allegadas al exembajador corroboraron que todo “es cuento” y que ese tipo de versiones no son más que “una maldad”, pues Benedetti no quiere ningún puesto y está satisfecho con el rol que está desempeñando actualmente. Además, otra fuente de primer nivel insistió en que no es cierto y que que Benedetti no estaría interesado “porque está viviendo en Barranquilla junto a sus hijos”.
En noviembre pasado, el exsenador renunció a su cargo en la embajada de la FAO, se volvió a mudar a Colombia, y ahora está trabajando en el tercer piso de la Casa de Nariño, “al lado de la oficina del presidente y al lado de la oficina de Laura Sarabia”, le dijo a la prensa semanas atrás al salir de una reunión que duró hora y media con el mandatario y la directora del DAPRE.
Una de las últimas apariciones públicas del ahora asesor fue para responder por una investigación que se abrió en Madrid por una agresión contra su esposa en un restaurante. Benedetti habría usado un cuchillo para cortar unos bolsos de Adelina Guerrero; ella decidió entonces separarse y regresar a Colombia pero este diario conoció que otra vez están juntos.
El ya dos veces exembajador tiene seis casos abiertos en la Corte Suprema, que definitivamente se quedó con el fuero para investigarlo luego de que la Fiscalía concluyó que la Corte debía decidir sobre si esta tenía la prioridad para las investigaciones y así fue.
Este periódico conoció que recientemente hubo una decisión de fondo para imputarle cargos por un delito en particular en el caso Fonade, por el que ya fueron condenados Musa Besayle y el Ñoño Elías, los poderosos senadores de Córdoba en el Gobierno Santos.
También está abierta su investigación por enriquecimiento ilícito en la que se investigan sus propiedades en Puerto Colombia, Barranquilla y Bogotá, además de unos giros al exterior cuando era congresista, pero la investigación no ha avanzado con extrañeza en la Corte porque hay una decisión que uno de los magistrados de la Sala no ha resuelto todavía.
Mientras que ocupa el poderoso cargo de asesor de la Casa de Nariño, Benedetti mantendrá la lupa de la Corte en todos sus casos. No hay una nueva discusión sobre si alguno de ellos cambia de investigador por el movimiento del fuero, porque ese debate quedó resuelto cuando la Fiscalía regresó los casos al alto tribunal.
