La organización criminal “los Urabeños” recibió el golpe más fuerte del último año, luego de perder a un integrante de su Estado Mayor, muerto en una operación policial en Chocó.
Se trata de Jairo de Jesús Durango Restrepo, alias “Guagua” o “Rubiel”, uno de los principales cabecillas de la banda, y quien comandaba los negocios de esa estructura ilegal en la Costa Pacífica, desde Chocó hasta Nariño.
Fuentes policiales informaron a EL COLOMBIANO que su deceso se produjo en la madrugada de ayer, en zona rural del corregimiento Boca de Pepé, en el municipio de Medio Baudó (Chocó). Comandos especiales de la Policía descubrieron su escondite en una pequeña casa, cerca a un área campamentaria.
Los uniformados iban a hacer un allanamiento, cumpliendo una orden de un fiscal de Pasto (Nariño), adscrito a la Dirección contra el Crimen Organizado. En el procedimiento se enfrentaron contra el anillo de seguridad del cabecilla, quien falleció, al igual que un escolta.
En su Twitter, el presidente Juan Manuel Santos celebró el resultado y escribió que Durango era “mano derecha de ‘Otoniel’”, el máximo líder del grupo ilegal.
Fuentes judiciales indicaron que “Guagua”, por quien las autoridades colombianas ofrecían hasta 500 millones de pesos, se inició en la delincuencia como guerrillero raso del Epl en Urabá (1987 a 1991).
Luego se vinculó a los paramilitares (1992 a 2005) militando en la Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá y el bloque Centauros, participando presuntamente en las masacres de Ituango (15 muertos en 1997,) y de Puerto Nuevo Zabaleta, Caquetá (9 muertos en 1999).