Un incremento del 14 % en los casos de violencia intrafamiliar y del 18 % en robos de motos en las últimas dos semanas, acompañados de una disminución en los homicidios y hurtos a personas, son algunos de los síntomas que presenta la actividad delincuencial de Medellín durante la actual emergencia por la covid-19.
De acuerdo con un reporte del Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia de la Alcaldía (Sisc), conocido por EL COLOMBIANO, aunque algunos crímenes venían en una disminución sostenida desde enero, fue a partir de la semana del 17 al 23 de febrero que se empezaron a notar los cambios en la curva estadística a propósito del arribo al país del nuevo coronavirus.
En esa fecha, las autoridades comenzaron a insistir en el aislamiento voluntario ante la inminente llegada de la pandemia a Colombia, e iniciaron la estructuración de los planes de contingencia.
El 6 de marzo se confirmó el primer contagio en Bogotá y tres días después en Medellín. En la capital antioqueña, el 15 de marzo se anunciaron los cierres de las dependencias gubernamentales e instituciones educativas, al igual que la cancelación de los eventos masivos y la prohibición de aglomeraciones.
Las medidas afectaron todas las dinámicas sociales, incluyendo las de la delincuencia. En el informe del Sisc, que mide el delito entre el 1 de enero y el 15 de marzo de 2020, se observa que los asesinatos cayeron de 14 casos semanales a seis, entre la semana 7 y la 11 del presente año.
Fuentes policiales indicaron que hubo un desescalamiento de las confrontaciones entre combos que venían azotando a los vecindarios de Belén y Altavista, como “los Chivos”, “los Pájaros” y “los Joaquinillos”, entre otros.
En los atracos en general hubo reducciones también. El hurto a personas cayó de 455 a 388 casos reportados entre la semana 7 y la 11; en este punto, el robo de celulares pasó de 238 a 176 (ver el recuadro).
En ese mismo lapso, el hurto de carros bajó de 23 a 15 incidentes; y de residencias, de 31 a 18.
La excepción fue el robo de motos, que tuvo su pico en la semana 7, con 108 casos, y tras caer a 61 tuvo un repunte en la semana 11, con 72 reportes. Una de las posibles explicaciones a este hecho es la creciente exposición en las calles de mensajeros y domiciliarios, que emplean este vehículo como medio de transporte.