Ese cielo, de tonos verdes, que rodea una colosal piedra y crece paralelo al embalse Peñol-Guatapé, ha dejado de ser sinónimo de tranquilidad. La zona, según algunos de sus habitantes, se transfiguró: el ruido, voraz, arrasó con el silencio. La vida, que era muy distinta, “se convirtió en un infierno”.
Esta última descripción se repite en los relatos de varios habitantes de este punto del Oriente antioqueño. Una nueva oferta, que viene creciendo en esa zona, ha generado controversia: vuelos turísticos en helicópteros. La práctica, además de visitantes, ha traído desencuentros entre habitantes, operadores y autoridades.
La cercanía de los helipuertos (puntos de despegue y aterrizaje) a zonas residenciales y los niveles de ruido producidos por los helicópteros son las razones que exponen los afectados. Aunque los operadores reconocieron la problemática, sostuvieron que la situación se ha dilatado porque las autoridades competentes no han tomado acciones al respecto. Estas, por su parte, no dieron mayor claridad sobre los hechos.
Las quejas
Nora Correa manifestó ser una de las afectadas. Ella vivía en Medellín y junto con su esposo decidió comprar un terreno en Guatapé. “Queríamos vivir acá por la belleza, paz y tranquilidad que se reflejaba en el ambiente. Esto se ha visto interrumpido por el sobrevuelo constante de helicópteros”, introdujo.
El ruido, según Nora, es constante. “Nuestra salud mental, paz y ambiente sano se han visto afectados por esta actividad. No podemos ver televisión ni descansar. Es algo espantoso. Insoportable”, describió.
Don Guillermo Bueno también es habitante de la zona. Tiene un pequeño hotel. Confirmó la experiencia de Nora e, incluso, fue más allá. “El ruido de los vuelos ha convertido el sitio en un infierno. Mi esposa y yo somos personas mayores. Nuestra tranquilidad se vio violentada al punto de la desesperación”, expresó.
¿Y qué ha pasado con el hotel? “Nosotros, como alojamiento, no estamos funcionando en este momento por la pandemia, pero sí tuvimos varias cancelaciones de turistas extranjeros para medio año. No están interesados en venir debido al ruido de esos aparatos y al coronavirus”, respondió don Guillermo.
¿Incumplimientos legales?
Nora aclaró que la única irregularidad no es el ruido. Ella, en compañía de otros afectados, puso en duda la legalidad de los operadores de los vuelos. Alegó que estos no cumplen con el plan del Distrito Regional de Manejo Integrado El Peñol-Guatapé, reglamentado mediante el Acuerdo 402 de 2020 expedido por Cornare, “donde por exclusión no está permitida la actividad”.
Aseguró que sucede lo mismo con la Resolución 7321 de 1983 expedida por el Ministerio de Salud y que dicta que para la ubicación de aeródromos o aeropuertos se debe contar con sus conceptos favorables. “No existen esos conceptos ”, denunció ella. Otra de las razones tiene que ver con la Resolución 0627 de 2006, del entonces Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (MinAmbiente), la cual legisló sobre las emisiones de ruido.
“Estamos ubicados en una zona residencial. Por eso, los decibeles permitidos en el día corresponden a 65 y en la noche a 55. Un estudio de Cornare confirmó que los helicópteros se están sobrepasando”, explicó otro habitante del lugar, quien pidió mantener su identidad bajo reserva.
Néstor Cabezas es el representante legal de Helitours S.A.S., uno de los operadores que presta con mayor frecuencia el servicio de vuelos turísticos en Guatapé. Confirmó que desde 2019 arrancaron las quejas de algunos habitantes por el ruido que genera la aproximación continua de los helicópteros.
“Mientras se revisaban los permisos y respectivas certificaciones, se acordó reducir la operación en dos horas”. Es decir, los vuelos ya no operarían desde las 11:00 a.m. sino desde la 1:00 p.m. hasta las 5:00 p.m. “Eso se respetó durante un mes. Pero, al no tener ninguna reacción por parte de las autoridades competentes (Aerocivil y alcaldía), volvimos a nuestra operación normal”, explicó.
Esteban Posada, director de Helisky Services S.A.S. (otro de los operadores en la zona), confirmó el acuerdo de horarios e indicó: “Todo lo hemos cumplido a cabalidad. De hecho, nosotros en este momento somos los únicos que podemos operar. Helitours estará cerrada por tres meses, pues no cumplieron los acuerdos. Nosotros no estamos operando, pero es por las medidas de la pandemia”. Habitantes de la zona corroboraron el cierre por desacato del pico y cédula (ver Polémica).
Lo que encontró Cornare
Oladier Ramírez, secretario general de Cornare, expuso que, debido al llamado de los habitantes afectados, se han ejecutado pruebas de intensidad de sonido. “Hemos hecho unas mediciones que son indicativas (...). Tenemos el equipo y el personal, pero no la acreditación por parte del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales para certificar estas mediciones”.
La corporación ha compartido varios informes. En estos, además de los hallazgos, se ha explicado cómo funcionan los decibeles (unidad utilizada para medir la intensidad de un sonido). Según la resolución de MinAmbiente, invocada en los documentos en mención, los estándares máximos de ruido permitidos, en decibeles (dB A), dependen de la zona o sector.
Para este caso aplica la categoría “B”, entendida como zona de “tranquilidad y ruido moderado”, que concierne a puntos residenciales, hotelería y hospedajes; universidades, colegios, escuelas o centros de investigación; y parques de zonas urbanas, es decir, la mayoría de Guatapé.
Así las cosas, en la zona se permiten decibeles de 65 por día y 55 por noche. Por ello, pese a que los sitios donde operan los dos helipuertos en cuestión también son considerados como turísticos, la disposición indicó que el mínimo de emisión de decibeles debe fijarse a partir del sector más restrictivo, en este caso el residencial (ver Para saber más).
El 28 de enero de 2021, Cornare informó que, tras analizar las emisiones de Helitours, se evidenciaron niveles de ruido por 74 decibeles, 9 puntos por encima de la norma. El 1 de febrero siguiente se conoció la medición por las operaciones del helipuerto que opera Helisky. La evaluación encontró que el nivel de ruido era de 78 decibeles, también por encima, con 13 puntos más. Aunque el estudio confirmó los argumentos de los afectados, Ramírez, desde la autoridad ambiental, reiteró que el proceso continúa en fase de investigación.
Autoridades responden
“¿Se están tirando la pelota?”. Esa es la pregunta de Nora y de los demás interesados en el caso Guatapé. Cabezas, de Helitours, se refirió a otro de los actores clave en esta trama. “La problemática se puede solucionar si las autoridades a las que les compete toman las acciones correspondientes. Hago un llamado a la Aerocivil para que no haga caso omiso a las peticiones de la alcaldía y los ciudadanos”.
Este afirmó, además, que “la entidad no reguló la llegada de su competidor (Helisky) y permitió que se entregaran servicios temporales, por los cuales hoy no da respuesta”. Helisky controvirtió esta afirmación: “Lo que pasa es que ellos tenían el monopolio del negocio y nosotros llegamos como competencia. Pero tenemos todo legal”, dice Posada.
Consultamos a la Aerocivil. La entidad corroboró que fue la encargada de autorizar la operación de las dos empresas de sobrevuelos. Y agregó: “La Aerocivil ha cumplido con su misión de vigilar que esos operadores aéreos den cumplimiento a los Reglamentos Aeronáuticos de Colombia (RAC), de tal forma que se garantice la seguridad operacional”.
Pese a esta respuesta entregada a EL COLOMBIANO, el 6 de abril de 2021, la Secretaría de Seguridad Operacional y de la Aviación Civil de la Aeronáutica Civil le respondió un derecho de petición a Nora Correa, una de las afectadas, bajo el radicado 2021021964,
Frente al tercer interrogante de la peticionaria, que le solicitó a la entidad informar en qué fechas les fueron otorgados los certificados y permisos de operación como “Empresas Comerciales de Transporte Publico No Regular (Taxi Aéreo)” a Helitours S.A.S. y a Helisky Services S.A.S., la entidad contestó: “Esta secretaría informa que ha revisado la información de sus archivos internos, y no ha encontrado que la entidad hubiese otorgado certificados de operación a tales empresas”.
Las declaraciones no coinciden. Sin embargo, Posada explicó que esta última afirmación no es necesariamente errada, pues “los certificados se le entregan a las empresas propietarias de los helicópteros y no a los operadores turísticos”, por los que se preguntó en el derecho de petición.
En búsqueda de claridad y para conocer la posición de la alcaldía de Guatapé, este diario también consultó a Juan Sebastián Pérez, alcalde del municipio. Pese a insistir, no se obtuvo respuesta por parte del mandatario ni de ninguno de sus funcionarios al cierre de esta edición.
Así las cosas, y con varias preguntas aún por resolver, habitantes y operadores esperan que el ruido que atracó en ese cielo, y se convirtió en causal de discordia en Guatapé, cumpla con los decibeles autorizados, para que quienes quieran descansar lo hagan en paz y quienes vivan de la práctica turística y el sobrevuelo de helicópteros la pueden ejercer
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decibeles al día es el máximo permitido en sectores de categoría B: Cornare.