Una polémica se desató en Twitter luego de que la escritora bogotana Carolina Sanín afirmara que Medellín es “un burdel a cielo abierto”, aludiendo a la creciente prostitución que se evidencia en las calles de la capital antioqueña.
“¿Qué está pasando, qué se está haciendo, @QuinteroCalle?”, le preguntó la también columnista al alcalde de Medellín, Daniel Quintero, lo que motivó a que el mandatario respondiera, por fin, a este tema sobre el que se le ha reclamado una postura clara. Sin embargo, gran parte del listado de acciones concretas que enumeró, ni siquiera impactan de forma directa dicha práctica.
“Invertimos en respeto, oportunidades y educación. Una niña, un niño un computador, media técnica en cada colegio, matrícula cero. Zonas rosas toque de queda menores desde 10PM, programas de protección sexual e información al turista sobre delitos sexuales. ¿Alguna idea más?”, respondió Quintero, que aseguró: “No creemos que la represión contra ellas sea la alternativa. Perseguimos a quienes las explotan y abusan”.
A las justificaciones se sumó la secretaria de Gobierno, María Camila Villamizar, que afirmó que Medellín es “una ciudad a cielo abierto y de puertas abiertas al mundo: potencial turístico, económico, tecnológico y escenario de grandes eventos” y enumeró algunos reconocimientos de la ciudad, desenmarcada, al igual que Quintero, del reclamo de respuestas sobre la prostitución.
Por otra parte, ante la petición de ideas del alcalde de Medellín, la defensora de derechos humanos, Claudia Yurley Quintero, quien promueve la abolición de la explotación sexual en Colombia, le sugirió que cree refugios especializados, en los que se brinde apoyo al trauma y reconozca como “vulnerables” a las trabajadoras sexuales.
Así mismo, esta defensora de DD. HH. caleña le sugirió al alcalde de Medellín que construya una estrategia para desincentivar la demanda; que cree políticas públicas con planes de salida de la prostitución; que se acerque a las víctimas; y construya un comité “serio” contra la trata de personas “que articule el enfoque de derechos humanos y el enfoque criminal para el combate del fenómeno”.
En contraste, la feminista afrodescendiente Marta Restrepo, que además integra el movimiento Estamos Listas, apuntó: “Se vino el abolicionismo de opinión sobre Medellín”, a propósito de las opiniones que fueron dadas por estas feministas que no viven las dinámicas de la capital antioqueña.
“Desconocen el fracaso histórico de las propuestas que hacen hoy. Solamente ven género donde hay una estructura económica que define mercados laborales. Interesadamente confunden trata con trabajo sexual. Bajen del pedestal”, aseveró Restrepo.
