El régimen de Nicolás Maduro anunció que firmará un decreto constitucional de emergencia económica, con el objetivo de “proteger y defender la economía de toda Venezuela” ante lo que considera una nueva ofensiva económica desde Estados Unidos.
La medida surge en respuesta a dos golpes del gobierno estadounidense: la imposición de un arancel base global del 10 % por parte del presidente Donald Trump, aranceles del 15 % para Venezuela, aranceles del 25 % para los países que compren petróleo o gas venezolano y la revocatoria de licencias para operar en Venezuela a varias empresas petroleras internacionales, entre ellas la estadounidense Chevron, la española Repsol y la francesa Maurel & Prom.
La declaratoria busca asumir “funciones especiales, constitucionales, extraordinarias para avanzar en la defensa de la economía venezolana, en su impulso”, según señaló Maduro este lunes.
Maduro acusó a Washington de estar “destruyendo las reglas económicas del mundo” y el derecho comercial internacional, además de dinamitar el rol de la Organización Mundial del Comercio. “El gobierno de Estados Unidos está metiendo un hachazo (...) los pueblos del sur tenemos que prepararnos, trabajar y reconfigurar nuestras relaciones comerciales”, afirmó.
“Mañana (martes) firmaré el decreto constitucional de emergencia económica para proteger y defender la economía de toda Venezuela”, expresó el mandatario venezolano sobre este recurso que también usó en 2016 y en 2020 en época de la pandemia por el covid-19.
“No se puede pretender romper la convivencia mundial, económica y comercial con una guerra de aranceles que no tiene pies ni cabeza y castiga a la humanidad completa”, agregó Maduro.
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Trump intenta ahogar al gobierno de Nicolás Maduro. El mandatario izquierdista, que se dice blanco de una “guerra económica”, promete “resistir”.
Cuando el magnate republicano impuso en su primer mandato en la Casa Blanca un embargo al petróleo venezolano en 2019, la estatal PDVSA venía en caída libre entre escándalos de corrupción y falta de inversión.
Las sanciones fueron un último empujón al abismo: la producción de crudo venezolana, que era de más de 3 millones de barriles diarios (bd) hace dos décadas, se desplomó por debajo de los 400.000 bd.
Hoy, sin embargo, Venezuela tiene mayor margen de maniobra, considera Gilberto Morillo, exgerente financiero de PDVSA.
“PDVSA venía (entonces) de un deterioro propio de su administración y ahora tiene cierta capacidad de operación, aunque no sabemos qué tan grande”, comenta.