Sin importar sus líos con la justicia, el exalcalde de Envigado Raúl Cardona tiene el camino pavimentado para convertirse otra vez en el primer mandatario de esta localidad del sur del Aburrá.
Pese a que el tarjetón está integrado por otros tres contendientes, la robusta coalición que rodea a Cardona, integrada por el Partido Liberal –que el año pasado ajustó medio siglo sin soltar el poder en Envigado– y los partidos Conservador, Cambio Radical, La U, ASI y Alianza Verde, ha vuelto poco probable que haya una sorpresa el próximo 29 de octubre.
Según coinciden desde múltiples sectores políticos, una administración saliente que, pese a sus problemas, termina con altos niveles de aprobación ciudadana y un bloque sólido de partidos a su alrededor, ha dejado las bases para que el liberalismo tenga el terreno abonado para quedarse en el poder otro cuatrienio.
Bajo ese panorama, el uribismo es tal vez el único contrapeso que amenaza a los rojos, luego de consolidarse en las dos últimas elecciones como la segunda fuerza más grande y enarbolar para esta contienda su bandera de la seguridad, que durante los últimos años viene convirtiéndose en una de las principales preocupaciones ciudadanas.
Este último partido puso sus apuestas en el concejal y empresario Jhony Vélez Quintero, quien, al igual que Cardona, ya apareció en el tarjetón en 2015, pero ocupó el segundo lugar con 27.103 votos, 13.982 por debajo de los liberales. Los otros dos contendientes que completan la baraja son el concejal Sergio Molina Pérez, una de las solitarias voces de oposición al gobierno local y que cuenta con el aval del partido del expresidente Andrés Pastratana, Nueva Fuerza Democrática; y el exconcejal Andrés David Torres, bajo la coalición autodenominada Envigado Merece Más.
Así está el partidor
Pese a haber enfrentado múltiples polémicas, el gobierno saliente del liberal Braulio Espinosa registró en su cuatrienio altos índices de aprobación (82% en 2020 y 2021) y termina su periodo con resultados sobre todo en materia de infraestructura, como una nueva torre de hospitalización en el Hospital Manuel Uribe Ángel, la entrega de la nueva sede de la Escuela de Artes Débora Arango, el desatasque de obras en colegios adelantadas con la Nación, (como la Normal Superior, la sede de la I. E. Alejandro Vélez Barrientos en el Alto de las Flores, el José Miguel de la Calle y la segunda etapa de I. E. El Salado), la entrega de las etapas 1 y 2 del Metroplús, la inauguración del parque de El Dorado, la nueva plaza de mercado de Envigado, el inicio de las obras de la nueva sede la Alcaldía, entre muchos otros.
De ese conjunto de obras, la Alcaldía también enfrentó cuestionamientos, sobre todo por cuenta de intervenciones como la peatonalización de la calle de la Buena Mesa y la construcción del nuevo intercambio vial de la Loma del Esmeraldal. De acuerdo con los consolidados del municipio, fueron invertidos cerca de $621.000 millones en ese plan de infraestructura, que comprendió 140 proyectos.
Ese amplio conjunto de obras entregadas e iniciadas es leído por muchos como uno de los principales factores que le han permitido al liberalismo mantenerse por décadas en el poder: hablar con resultados.
Si bien para Cardona, como abanderado de la continuidad, dicho balance puede interpretarse como una variable a su favor, la administración saliente también legará dos problemas que preocupan a la ciudadanía y la mayoría de los sectores políticos: la seguridad y el crecimiento de la deuda.
Pese a ser considerado por mucho tiempo como uno de los municipios más tranquilos del Valle de Aburrá, sin estar ajeno a hechos violentos por parte del crimen organizado cada cierto tiempo, durante los últimos años la sensación de inseguridad en Envigado viene creciendo.
En febrero de 2022, por ejemplo, una oleada de robos a mano armada en paraderos de buses y zonas comerciales generó zozobra en barrios como El Trianón, La Paz y las Antillas, poniendo nuevamente sobre la mesa el escaso pie de fuerza de la Policía en esos territorios y las deficiencias que siguen existiendo en la red de cámaras de seguridad, que aún se queda corta en muchas zonas.
Por el lado de la deuda, que está estrechamente ligada al ambicioso plan de infraestructura que se ejecutó en el último periodo, la misma ascendía a por lo menos $192.941 millones al cierre de 2022, tal como lo recogió la calificadora de riesgo Fitch en mayo pasado, recordando que el último gobierno contrajo empréstitos por $150.000 millones.
Si bien el mismo alcalde Espinosa ha defendido dicho endeudamiento, señalando que la sostenibilidad del municipio no está en riesgo y que el dinero se ha invertido bien, el tema ha generado inquietud entre diversos sectores políticos, tanto que el propio Cardona y su contrincante Vélez proponen que atender ese problema debe ser prioridad en el próximo gobierno.
Tanto el tema de la deuda como el de la seguridad sacan a flote una faceta curiosa de la contienda, al menos en lo que se refiere a la puja entre la candidatura del liberalismo y el uribismo, que en Envigado son bastante cercanos.
Y es que al ser interrogado sobre su balance del último gobierno, Vélez admite por ejemplo haber acompañado a la administración en la mayoría de sus proyectos en el Concejo y califica como buena la gestión de los liberales.
“Hay que seguir construyendo sobre lo construido. El plan de gobierno mío es seguir con todas las cosas buenas, como subsidios, alivios, planes y todo lo que ha tenido Envigado en la educación, las atenciones en los barrios y los apoyos a la comunidad. Pero la idea es darle un valor agregado”, expresa Vélez.
Desde la orilla contraria, los liberales de Envigado también han tendido lazos con el uribismo, pero sobre todo en el panorama departamental, siendo una de las principales corrientes de ese partido la que apoyó la alianza entre los candidatos a la Gobernación Eugenio Prieto y Andrés Julián Rendón.
Más allá de esa relación, las propuestas de Cardona y de Vélez también guardan simetrías. Por ejemplo, en materia de seguridad, ambos proponen aumentar el número de cámaras de seguridad y organizar a los ciudadanos para que colaboren con la Policía, buscando salidas al problema de su escaso pie de fuerza.
En este último punto, mientras Cardona propone la creación de un grupo de “promotores de seguridad”, que enfatiza no estarían armados y ni cumplirán funciones de la Policía, Vélez habla por su parte de la creación de una “Policía Comunitaria”, también presentada como un órgano de apoyo a la Policía e insistiendo que el mismo respetará estrictamente las leyes.
Ambos candidatos coinciden también en propuestas como la reapertura del centro de salud mental de Envigado y volcar los esfuerzos del gobierno en apoyar a los emprendedores.
Por fuera de las esperas de esos dos partidos, estas simetrías entre las dos favoritos son leídas como un elemento que daría cuenta de que las instituciones locales están cooptadas por una clase política que comparte las mismas ideas de ciudad y no le abre campo a otros actores.
Bajo esa óptica, Jénnifer Mejía, una de las líderes e integrantes de la Plataforma Municipal de Juventudes, considera que las sucesivas décadas que los liberales llevan en el poder han terminado perfeccionando una maquinaria que ha cooptado la burocracia y ha terminado reduciendo un cerrado círculo los espacios de deliberación pública.
A su juicio, al tiempo que en los envigadeños ha calado el discurso de que viven en uno de los mejores municipios del país, pese las desigualdades y rezagos sociales que se mantienen, se suma una cultura política en la se normalizó que los liberales sigan el poder y se vea natural que saquen provecho de su brazo burocrático.
“Esa estructura no solo se ve en la relación entre el Concejo y la Alcaldía, sino en todo. Por ejemplo, en las discusiones del Presupuesto Participativo y en las Juntas de Acción Comunal, en las que se termina haciendo lo que dicen los liberales. En lo público, se contrata a personas que, así hagan las cosas mal, si hacen parte de esas estructuras, se mantienen, los siguen contratando”, dice Mejía, formulando que esa dinámica explica también por qué a Cardona probablemente no le afectarán los problemas que hoy tiene con la justicia.
Al ser consultado precisamente por esa controversia, Cardona señaló que mucho antes de tomar la decisión de lanzarse a la Alcaldía hizo un análisis con su equipo legal y consideró que era viable hacerlo.
Enfatizando en que muchos de esos procesos se han alargado más de lo necesario, a causa de la congestión judicial por la que atraviesa el país, insiste en ser inocente y en tener plena legitimidad para aspirar de nuevo al cargo.
“Ha habido un análisis jurídico de los abogados con muchísimas posibilidades de exoneración. Como he insistido, ninguno de mis procesos tiene que ver con pérdida de dinero, algo que es importante para mostrarle a la comunidad. Yo venía haciendo una alcaldía impecable, en la que tenía una favorabilidad del 92%. Entonces estamos aquí, de frente a la comunidad, dándole la cara, diciéndole que lo que sabemos es servir y lo que queremos es seguir sirviendo”, expresó Cardona.
De acuerdo con los cálculos redondos que manejan las campañas, y con base en los resultados de los años anteriores, la previsión apunta a que aquella campaña que quiera vencer tendrá que alcanzar al menos 40.000 votos.
Pese que desde el uribismo Vélez dice que están confiados en poder dar la pelea, para muchos ya es previsible cuál coalición será la que barra el próximo 29 de octubre.
Raúl Cardona
Es ingeniero civil de la Universidad Eafit y especialista en Gobierno Público de la Universidad de Medellín. Su carrera en el sector público empezó en 1994. Fue alcalde entre 2016 y 2018, pero fue apartado del cargo tras ser capturado por la Fiscalía. Afronta cuatro procesos judiciales.
Jhony Vélez
Actual concejal por el Centro Democrático. Fue gerente de la compañía Lámparas Pavezgo y C.I Eslabón Diseño. También fue miembro de la junta directiva de la Cámara de Comercio Aburrá Sur. Aspiró a la Alcaldía en 2015, quedando en segundo lugar y siendo derrotado por Cardona.
Andrés Torres
Abogado y magíster en Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana. Fue vicerrector de Extensión del Politécnico Jaime Izasa Cadavid entre 2017 y 2018. Fue concejal de Envigado durante ocho años. En 2015 y 2019 también se lanzó a la Alcaldía, siendo derrotado ambas veces.
Sergio Molina
Administrador de empresas de la Universidad Cooperativa de Colombia y doctor en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana. Actualmente se desempeña como concejal de Envigado por el Partido Conservador. Desde allí ha sido una de las voces críticas al alcalde Braulio Espinosa.
