La Corte Suprema de Estados Unidos suspendió la deportación de varios supuestos pandilleros venezolanos desde Texas a una prisión salvadoreña decretada en virtud de una ley del siglo XVIII.
El presidente estadounidense, Donald Trump, invocó el mes pasado la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para arrestar a supuestos miembros del Tren de Aragua y deportarlos a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador.
Hasta ahora, la ley solo se había usado durante la guerra de 1812 contra el Imperio británico y sus colonias canadienses y en las dos guerras mundiales.
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“Se ordena al gobierno no expulsar a ningún miembro de la supuesta clase de detenidos de Estados Unidos hasta nueva orden de esta corte”, decretó el tribunal.
La decisión responde a la apelación de emergencia presentada por abogados de derechos humanos con tal de frenar la deportación de migrantes actualmente retenidos en un centro del estado de Texas, en el sur.
En su recurso presentado el viernes por la noche, la Unión de Libertades Civiles Estadounidenses (ACLU, por sus siglas en inglés) argumentó que se había comunicado al grupo de venezolanos retenidos en Texas que “iban a ser expulsados inminentemente” en virtud de esa ley.
Los abogados de varios venezolanos deportados previamente insisten en que sus clientes no eran miembros del Tren de Aragua y aseguran que no habían cometido delitos y que, en gran medida, fueron blanco de esta campaña por los tatuajes de su cuerpo.
Trump, que en campaña prometió expulsar a millones de migrantes indocumentados, acusó a Venezuela de “perpetrar una invasión” de Estados Unidos a través de la entrada al territorio norteamericano de presuntos miembros del Tren de Aragua.