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El reacomodo de Julián Bedoya: ¿ganó más poder tras perder la Gobernación de Antioquia?

Este político ha obtenido más relevancia nacional y acrecentó los municipios y entidades donde se siente su influencia.

  • El exsenador y excandidato a la Gobernación de Antioquia, Julián Bedoya Pulgarín, ahora tiene incidencia en entidades regionales y nacionales. FOTO el colombiano
    El exsenador y excandidato a la Gobernación de Antioquia, Julián Bedoya Pulgarín, ahora tiene incidencia en entidades regionales y nacionales. FOTO el colombiano
El reacomodo de Julián Bedoya: ¿ganó más poder tras perder la Gobernación de Antioquia?
22 de junio de 2024
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Golpes como el fracaso de su aspiración para llegar a la Gobernación de Antioquia en las últimas elecciones o la reciente imputación penal que le hizo la Fiscalía por la presunta expedición fraudulenta de su diploma de abogado no han minado el poder que Julián Bedoya detenta a nivel regional y nacional.

Es más, fuentes conocedoras del tejemaneje político aseguran que Bedoya cayó parado en la última contienda porque si bien declinó en su intento por obtener el primer cargo del departamento para apoyar a Luis Pérez, quien también perdió, ganó una gran influencia en el gobierno de Gustavo Petro e hizo carambola porque a la vez incrementó las regiones, organizaciones y municipios que lo reconocen como jefe político.

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La ventaja, según esas mismas fuentes, es que quienes hacen parte de la red clientelar de este político de origen liberal, suelen ser fieles debido a que no hay otra alternativa para “mantenerse en el llavero“, pero también es cierto que él sabe corresponder mediante la repartición de puestos burocráticos y haciendo favores en momentos cruciales.

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“El voto de Julián Bedoya es un voto seguro porque si usted no vota por él pierde su trabajo, así de sencillo; además, una característica de él es que cumple porque genera puestos burocráticos y hace favores con las entidades que tiene bajo control”, dice la fuente.

Esta relación, por supuesto, se traduciría en votos por un lado, y posiblemente en ubicación de cuotas y otorgamiento de contratos para los amigos, por el otro, en una retroalimentación continua entre lo nacional y lo local. Al respecto, fueron elocuentes las declaraciones del ministro del Interior, Juan Fernando Velasco, cuando, a mediados del año pasado, lo confrontaron acerca de si era verdad que se aproximaba un relevo en la dirección del Fondo Nacional del Ahorro porque el manejo burocrático de la entidad se lo darían a Julián Bedoya.

“Uno debe tener un mínimo de carácter y coherencia, el grupo de Julián Bedoya, Juan Diego Echavarría y María Eugenia Lopera fue un grupo que nos ayudó muy fuerte en la campaña para que Gustavo Petro fuera presidente. A mí me parecería de quinta salir a pedirle respaldo a ese grupo y hoy presentarlo como que no queremos que se nos relacione”, le dijo en aquel momento a la emisora La W el ministro Velasco.

Luego, el 10 de marzo pasado, ocurrió una escena insólita que hasta hizo sonrojar al presidente Petro en una visita a Urabá. Alejandro Abuchar se le acercó y, sin pizca de pudor ante los micrófonos que estaban abiertos, le dijo mientras lo saludaba de mano: “Gracias, yo soy del equipo de Julián Bedoya”, como si esa fuera mejor carta de presentación que sus credenciales de alcalde de Turbo.

La alianza con el senador Carlos Andrés Trujillo (conservador) y el senador John Jairo Roldán (liberal) le habría valido que el triunvirato tenga una interlocución con el gobierno Petro que le permite acceder con facilidad a altos funcionarios en la Casa de Nariño y obtener cuotas en por lo menos cuatro entidades del orden nacional.

El propio director de la controversial Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), Carlos Carrillo, denunció que, aparte de que el anterior director Olmedo López –enredado en un lío de contratación indebida y presunto cobro de coimas– era ficha de Trujillo, tanto este como Bedoya y el exalcalde de Medellín Daniel Quintero, seguirían manejando cuotas burocráticas en esa entidad.

Igualmente, el portal Cuestión Pública reveló en febrero pasado que una de las financiadoras de Bedoya, Ana Cecilia Valencia, estaba lista para posesionarse en el Icfes como subdirectora de Talento Humano. El monto aportado por ella y sus hermanas Claudia y María Isabel habría sumado $19 millones, cifra que equivale al 10% de la plata recaudada por esa empresa proselitista, también según Cuestión Pública.

Otra tajada del poder en manos de Bedoya corre por cuenta de su allegado Luciano Grisales, quien se posesionó hace varios meses como director de la UGPP (Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales) del ministerio de Hacienda, donde el subdirector es Juan Pablo Ramírez, que a su vez es alfil del exalcalde Quintero. A Grisales lo iban a ubicar inicialmente en el Fondo Nacional del Ahorro, pero el nombramiento se echó atrás.

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Igualmente, es un secreto a voces la influencia de Bedoya y Trujillo en la Agencia Nacional de Seguridad Vial. “Ese es como un matrimonio, y donde está uno es como si estuviera el otro también”, aseguró una fuente.

La burocracia en Bogotá, así como la posibilidad de traer recursos a los municipios que gozan del favor de Bedoya, serían el producto de los votos que le puso a Petro para establecerse en el domicilio de la carrera Séptima en el centro de Bogotá y del apoyo de sus aliados –la representante a la Cámara María Eugenia Lopera y el senador Juan Diego Echavarría- a las reformas que Petro ha querido sacar adelante en el Congreso.

Otro rédito para nada despreciable del “matrimonio” Bedoya-Trujillo es haber aumentado el número de municipios con alcaldes a su favor en Antioquia. Antes de las elecciones, afirman fuentes informadas, Bedoya detentaba cierto poder en regiones como el Bajo Cauca y Urabá, fuera de que contaba con cuotas en la Contraloría General de Antioquia. Pero un día después de los comicios él mismo puso una foto en su cuenta de Twitter (hoy X) con los alcaldes que había logrado posicionar, acompañada de un mensaje anunciando que su movimiento, llamado movimiento de Renovación, había quedado nutrido con “21 alcaldías, 2 diputados, cientos de concejales y juntas administradoras locales”.

De manera curiosa, hoy solo un corporado departamental se autoproclama como adepto de Bedoya: Hernán Torres, aunque en su listado Bedoya pudo estar contando al diputado Jaime Cano, que ha sido aliado de Trujillo.

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Algunas fuentes indican que al final los municipios que resultaron siendo bedoyi-trujillistas serían actualmente unos 40, porque aunque varios alcaldes no llegaron con su aval, se habrían adherido después por conveniencia.

Además del mencionado alcalde de Turbo, entre los mandatarios del triunvirato se contarían los de Mutatá y Apartadó (Urabá), Puerto Berrío (Magdalena Medio), Cáceres (Bajo Cauca), Santa Bárbara (Suroeste), Armenia Mantequilla y Santa Fe de Antioquia (Occidente), así como La Estrella, Itagüí, y Barbosa (Valle de Aburrá).

Así mismo, el mandatario de Heliconia, Jorge Álvarez, aunque es del partido Verde, habría ayudado para que Bedoya y Trujillo se quedaran con el manejo de Corantioquia en la última elección.

Y aunque Bedoya no cuenta formalmente con representación en el Concejo de Medellín, Carlos Gutiérrez, el concejal que llegó por Independientes (el partido de Daniel Quintero) tiene un recorrido político que lo liga con el cacique político de Itagüí y hay quienes lo catalogan como “trujillista de corazón”.

Bedoya con sus aliados no pudo tomarse ciudades capitales, ni con Luis Pérez conquistó el millón de votos que proponían en sus discursos, pero incluso algunos contradictores no se atreven a tomarlo como perdedor en esa contienda.

¿Plan para captar recursos?

Una de las fuentes consultadas por EL COLOMBIANO expresó que “él iba era por votos estratégicos. Más que todos esos votos, le interesaban eran los 4.000 votos de la alcaldía de Puerto Berrio, o los 23.000 de Turbo, porque estos le daban un voto para ganar después en las CAR (Corporaciones Autónomas Regionales), ayudado con los votos de miembros de los consejos directivos que pone Petro”.

Así fue como los socios políticos se habrían hecho al manejo de Corantioquia y Corpourabá, a las que Sneyder Pinilla, el ex subdirector de la Ungrd, les iba a girar $96.500 millones y $43.500 millones respectivamente.

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También se han elevado alertas acerca de que otro de sus objetivos sería dominar las provincias y las asociaciones de municipios, pues la estrategia sería aprovechar la influencia en las oficinas de Bogotá para canalizar la plata del erario a las subregiones sin que pase por la Gobernación de Antioquia, cuya cabeza tiene serias diferencias con el gobierno de Petro.

Luego, valiéndose de la modalidad de convenios interadministrativos, les sería posible controlar el flujo de recursos contratando con empresas del sector privado que sean allegadas a ellos.

En ese esquema viene al dedillo poder tener la Contraloría departamental, como en efecto ha hecho Bedoya durante varios años. Su hermana, Andrea Bedoya, es la subcontralora y hace poco estuvo a punto de reemplazar por tres semanas a la titular, Enedith González, mientras salía de vacaciones. Solo que el ruido mediático hizo que reversaran la posesión. El argumento fue que la señora Bedoya se había declarado impedida “por motivos personales”.

La conjetura del diputado Luis Peláez (movimiento Dignidades), que hizo el aspaviento, es que iban a ser 20 días valiosos para que se fallaran todos o algunos de los 77 procesos en que la señora González se ha declarado impedida, y en particular algunos que comprometen a aliados de Julián Bedoya.

En enero la Procuraduría inhabilitó a este político para ejercer cargos públicos por el escándalo con su diploma obtenido presuntamente de forma fraudulenta en la Universidad de Medellín, pero ya Bedoya se ha ido acostumbrando a que a veces es más productivo ejercer el poder tras bambalinas.

“NO TENGO NADA QUE VER CON JULIÁN BEDOYA”

Después de esta publicación, el alcalde actual de Heliconia, Jorge Alexánder Álvarez, se comunicó con EL COLOMBIANO por considerar que lo escrito acá atenta contra su buen nombre. En una carta indica que no tiene ninguna relación con Julián Bedoya y sus aliados. “No conozco a estas personas de forma personal”, recalcó.

Añadió además que el aval para su elección provino del representante a la Cámara por Antioquia Camilo Londoño “que nada tiene que ver con el señor Bedoya; igualmente, el candidato que derroté fue el señor Arley David Bedoya Penagos, quien aspiró por el partido Conservador Colombiano avalado por el senador Carlos Andrés Trujillo, mismo que le otorgó el aval al ex alcalde John Fredy Ortiz Tabares”.

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