Aunque la primera gracia se les salió de las manos no titubearon en repetirla. En febrero pasado, al menos un centenar de jóvenes menores de 17 años se pusieron de ruana el recién inaugurado Parque Fabricato y lo que ellos calificaron como una broma se convirtió en un tropel con vigilantes heridos, familias asustadas y comerciantes afectados.
Después del hecho los mismos jóvenes lo volvieron a hacer varias veces. Estampidas, amagues de peleas, consumo de drogas, en fin.
Pero no ocurrió solo en Bello. A estos menores de edad se les convirtió en un hábito citarse en centros comerciales de Medellín y hasta en el Viva de Envigado, no para cometer actos delictivos, sino para juntarse a hacer recocha y medirse el aceite con retos virales que suben a Tik Tok.
Según Rolfy Mauricio Jiménez Páez, subcomandante de la Policía del Valle de Aburrá, al hacer seguimiento de la mano de Infancia y Adolescencia para esclarecer las causas detrás de estos actos, determinaron que el grupo responsable se hace llamar los Leones y se cita a través de un grupo de Whatsapp en el que definen cuáles son los retos que llevarán a cabo en los establecimientos comerciales y luego se vanaglorian de ello difundiendo el material en sus redes.
Los videos con etiqueta de los Leones en centros comerciales superan los 30 millones de visualizaciones en Tik Tok.
Posteriormente las autoridades identificaron más grupos. Otro por ejemplo, autodenominado Gudiz que, inicialmente, se citaba con “leones” para confrontarse mediante diversos retos virales, y luego empezaron a encontrarse y a ponerse de acuerdo para consumir alucinógenos al interior de los baños y en zonas comunes de los centros comerciales y armar alboroto.
¿Por qué lo hacen? Según Ximena Monsalve, psicóloga clínica y especialista en pautas de crianza, la irreverencia frente a la autoridad y el orden es algo inherente de la mayoría de los jóvenes. El factor agravante aquí, indica, es el poder de convocatoria y lo imprevisible de las consecuencias que tienen estas nuevas formas de rebeldía expresadas en redes sociales.
La especialista plantea que aunque los muchachos actúan en masa siempre hay razones individuales detrás de su participación, como trastornos afectivos, emocionales, el riesgo de ser víctima de bulliyng, estar sometido a presiones sociales o estar en entornos de riesgo.
El gran problema que puede recaer sobre una familia –apunta– es que si la comprensión y solución de estas razones se hace en sí compleja, es mucho más difícil cuando además le toca lidiar con las secuelas de actos cometidos bajo la irreflexión juvenil.
En los retos virales, la línea roja entre una pilatuna, el vandalismo y el delito está cada vez más difusa. La exposición y las consecuencias potencialmente graves pueden ser situaciones de difícil manejo para un adolescente, advierte.
En este caso concreto, los jóvenes que han participado en las trifulcas y desórdenes han quedado reseñados en cientos de videos por redes sociales, amplificados por medios locales y hasta nacionales.
Para colmo, ante la reiteración de estos actos en Bello, circularon versiones sobre supuestas recompensas de grupos delincuenciales en dicho municipio por información sobre los jóvenes participantes.
Responsabilidad de los papás
Tras los hechos ocurridos en los centros comerciales, el coronel Jiménez reiteró que los padres de familia y acudientes son plenamente responsables de verificar, controlar y hacerle acompañamiento al uso de redes sociales de sus hijos y evitar que las situaciones lleguen al punto en el que se comprometa la integridad de sus hijos y de los demás.
Judy Benavidez, gestora de Redpapaz, insiste en que los padres y cuidadores deben acercarse a conocer cómo se relacionan sus hijos con las redes sociales; cuáles usan, cómo y por qué. No tanto desde una mirada de autoridad sino de comprensión.
Además, señala, para hacerle frente a las amenazas que pueden recaer desde internet sobre sus hijos es necesario que se mantengan informados de los fenómenos y problemáticas que circulan: retos virales peligrosos, nuevas formas de ciberacoso y explotación sexual, entre otros.
Esto implica que, así como los jóvenes arman sus propios grupos y códigos, los cuidadores también deben crear sus redes de apoyo entre padres y docentes: grupos de Whatsapp en los que se comparta información útil y verificada o incluso abrir redes para comprender cómo funcionan.
En Bello, según la secretaria de Seguridad, Daniela Ortega, decidieron afrontar estas situaciones suscitadas entre los jóvenes del municipio desde la pedagogía y no desde lo policivo.
La alcaldía se unió con influenciadores y desde los barrios, colegios y también desde las redes están haciendo viral la prevención contra el consumo de drogas y la convivencia pacífica