El Ministerio de Ambiente se la jugó por el camino difícil, menos viable y más costoso para empezar a enfrentar el problema de los hipopótamos invasores del Magdalena Medio. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, anunció este jueves que la próxima semana comenzarán los procesos de esterilización, una de las medidas recomendadas por los científicos asesores para erradicar la problemática que amenaza con provocar daños sociales y ecológicos irreversibles en todo el Magdalena Medio, pero no la más efectiva ni urgente, de acuerdo a las conclusiones de los expertos. Después el anuncio varios expertos señalaron a la ministra de sucumbir a las presiones de los animalistas en detrimento de la biodiversidad que está en peligro.
Según Muhamad, serán 20 hipopótamos los que harán parte del primer “lote” de individuos esterilizados. Cada procedimiento, explicó, toma un día y cuesta $40 millones. La ministra explicó que “es un procedimiento complejo y costoso, que solo permite una esterilización por jornada. Representa riesgos para los animales como: complicaciones que ocasionen la muerte, reacción alérgica a la anestesia, escape, entre otros y además también representa riesgos para el personal, puede haber riesgos a la hora del acercamiento”. El procedimiento se adelantará en convenio con Cornare y la Gobernación de Antioquia. La ministra aseguró que el objetivo es esterilizar a 40 individuos cada año.
Pese a estas dificultades y al alto costo que impone este proceso, esta fue la primera medida que determinó el Ministerio de Ambiente, a pesar de que sobre la mesa estaban otras opciones prioritarias.
El Ministerio de Ambiente había pagado por un estudio que adelantó el Instituto Humboldt, el cual adelantó un equipo de los principales expertos del país. Pese a tener esa hoja de ruta clara desde el año pasado, apenas el Gobierno Nacional empezó a hacer pública la información en abril de este año. Desde marzo de 2022 el Ministerio de Ambiente había declarado al hipopótamo como especie invasora, pero un año después de esto ni siquiera había entregado el plan de manejo y control de esta especie.
La dilación de las decisiones molestó a los investigadores, pues en el estudio quedó completamente claro cuáles debían ser los pasos a seguir, priorizando la caza de control y eutanasia como medida más efectiva, y también incluyendo el confinamiento, la castración y contracepción y la translocación, es decir, encontrar lugares adonde enviarlos.
Rafael Moreno, uno de los biólogos expertos que hizo parte del estudio entregado a MinAmbiente, explicó que la medida más urgente es emprender con la captura de caza y eutanasia. Según el experto, es la medida más viable dada la dimensión que ha alcanzado el problema y dados los recursos con los que cuenta el Gobierno para enfrentarlo. Además, señaló, la implementación de caza de control y eutanasia permite tener mayor margen de acción para implementar acciones que tienen un mayor grado de complejidad, y aquí se incluyen las esterilizaciones.
El confinamiento, por ejemplo, implica construir infraestructura para garantizar su salud física y el bienestar animal el resto de sus vidas. Además, el confinamiento exige que se implemente la esterilización, caras y difíciles y Cornare sí que puede dar fe de ello.
Corantioquia ha realizado trece castraciones químicas y Corantioquia una, en 2022, que costó casi $100 millones y requirió la participación de 30 profesionales. La esterilización tiene además otro gran problema y es que es necesario esperar a que tengan entre 6 y 8 años cuando alcanzan la madurez sexual, para ejecutar el procedimiento. Seleccionar a los individuos en este rango de edad, extraerlos de la población en general, es un problema logístico enorme.
Una intervención quirúrgica a cada hipópotamo requiere tener un quirófano completo compuesto por una máquina de anestesia para grandes especies, equipos de coagulación avanzada, un monitor de signos vitales, laparoscopia y un telepac. Entre los especialistas necesarios se incluyen cirujanos, anestesiólogos, instrumentadores, médicos veterinarios, biólogos y auxiliares.
Es un procedimiento que, en el mejor de los casos, toma hasta 10 horas, entre inducción anestésica mediante inyección remota, el acto quirúrgico y la recuperación. Esto sin contar el tiempo que toma capturarlos utilizando dardos sedantes.
Sin embargo, según la ministra, esta vez los equipos encargados de las esterilizaciones estarán conformados por otro especialistas: cuatro veterinarios, dos técnicos y personal de apoyo para el manejo del animal.
La ministra se contradice
En el debate de control político al que asistió el pasado mes de agosto, la ministra Muhamad había asegurado que era indispensable combinar todas las acciones para erradicar efectivamente en dos décadas la invasión de los hipopótamos. Y fue enfática al señalar que la utilización de eutanasia estaba sobre la mesa como una medida ponderada para enfrentar la crisis.
En la rueda de prensa de este jueves nuevamente ratificó que “la esterilización no es la única estrategia, ni va a ser suficiente. No podemos controlar las poblaciones solo con esterilizaciones”. Incluso fue más allá y reconoció que incluso si las esterilizaciones resultan efectivas, esto no quiere decir que el impacto contra los ecosistemas frenen. “Luego regresan al hábitat y sigue generando un impacto. Por eso las otras dos estrategias son importantes. Primero se controla la población y luego eventualmente la población se extingue. Pero hoy no hay condiciones para mantener estos animales en cautiverio en Colombia”, enfatizó la ministra.
Por eso resultó decepcionante para los expertos que a pesar de tener el diagnóstico correcto la decisión que anunció vaya en contravía del mismo. Las críticas de académicos y científicos no se hicieron esperar y señalaron a la ministra de estar “sometida” a la agenda animalista, que se niega a aceptar esta opción, a pesar de que la ciencia ha sido clara en que los devastadores impactos ecológicos requieren obligatoriamente de esta medida.
Muhamad aseguró que sí, que sí emplearán eutanasia ética. Dijo que el próximo mes empezará la discusión pública para establecer el protocolo de implementación. Sin embargo, la bióloga Nataly Castilblanco reiteró que las estrategias tienen que aplicarse de manera simultánea y no por fases pues la eficacia queda completamente comprometida.
Las críticas tienen asidero. En el estudio que entregó el Humboldt fruto del trabajo de las 28 principales autoridades en este campo, se logró rastrear 169 hipopótamos, lo que quiere decir que en realidad la cifra puede estar entre 181 y 215. Estos viven en siete grupos en un área estimada de 43.342 kilómetros cuadrados.
Tres de estos grupos, los de Nápoles, Cocorná y Tolones están en fase de invasión total, habitan con recursos suficientes para seguir prosperando, según la investigación. Los del Nare y Berrío están en fase de invasión 3, es decir, aunque se alejaron mucho de su punto inicial encontraron la manera de ser autosostenibles y se reproducen a ritmo acelerado. Y los de Yondó y la Depresión Momposina están sobreviviendo aunque al parecer todavía no se reproducen, pero tienen el Magdalena como autopista para explorar nuevos hábitats. Casi la mitad del total de los hipopótamos son crías o jóvenes.
Por la cantidad de hipopótamos que existe actualmente, su fácil reproducción y diseminación la investigación estima que solo hasta 2040 podría erradicarse esta especie invasora, pero solo si se ejecuta a cabalidad la estrategia recomendada, es decir, comenzar este año con eutanasia y caza de control y continuar progresivamente combinando todas las opciones: esterilización, cautivero y translocación. De no hacerse de esta manera el país se expone a que en 2035 la cifra de hipopótamos llegue a 1.000.
Muhamad también confirmó que el plan para trasladar 10 hipopótamos a México se cayó. Asegura que el gobierno mexicano no aprobó dicho procedimiento detrás del cual está un polémico mexicano llamado Ernesto Zazueta que asegura tener la capacidad financiera y la capacidad logística para extraer estos megamamíferos del Magdalena Medio. El que sí aceptó fue el gobierno de la India, por lo cual el camino para trasladar allí 60 hipopótamos estaría más expedito, pero tampoco se realizaría este año.
Entre reveses y polémicas avanza a paso lento la ejecución de soluciones para enfrentar uno de los problemas ecosistémico más críticos que tiene el país entre manos. Hace varias semanas se conocieron videos de hipopótamos conviviendo con perros y familias y de individuos atravesados en plena autopista Medellín Bogotá. Según Rafael Moreno esto último sería síntoma de que un grupo grande diseminado en varios subgrupos estarían intentando “colonizar” territorio urbano. Otro capítulo más para configurar la catástrofe.
En cuanto al hipopótamo convertido en mascota, es otra muestra del tráfico de crías de hipopótamo, otra bomba de tiempo a punto de estallar. La investigación hizo modelaciones y arrojó una conclusión que debería tener al país con los pelos de punta y al Gobierno tomando decisiones basadas en la ciencia y con cabeza fría. Ya están en marcha una serie de dinámicas que podrían causar que los hipopótamos terminen de colonizar la cuenca del Magdalena, arrasen con la Depresión Momposina y, hacia el sur, encuentren la ruta para establecer grupos en el pacífico nariñense, el Valle del Cauca, en los piedemontes amazónico y orinocense, las sabanas inundables de la Orinoquia y en la estrella fluvial del Guainía. Sería la debacle total de la biodiversidad del país.